꧁༺օʟɖ ʟօʋɛ༻꧂
Un viejo amor.
Cindy Jones era un camaleón.
Nunca nadie sabía dónde estaba o como lucía, pero deckard shaw juraba poder encontrarla con solo verla durante unos segundos.
Pero Cindy no quería ser encontrada.
Quería perderse en el abismo...
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La pelinegra lo miró.-No quiero irme con él, Hobbs. Nada bueno va a salir de eso, no puedes dejar que eso suceda.. Se que en el fondo sabes que esta mal, Luke, por favor.-Le reclamo seriamente.
Suspiro.-Solo intento protegerte de toda la gente que te quiere ver muerta, Cindy. Nadie va a cuidarte mejor que deckard y su hermana, muñeca. Es por tu propio bien.-Intento hacerla entrar en razón.
-¿Y tú, por qué no puedes?
-Yo tengo que proteger a Sam. No puedo tenerte en casa sabiendo que ella puede estar en peligro. Lo lamento, Muñeca, pero tienes que irte a Inglaterra con Shaw.-Murmuro sintiéndose mal por no poder hacerse cargo él de la situación.
La pelinegra asintió totalmente resignada.-Esta bien, te entiendo, Hobbs. Ya veré como solucionar mis problemas yo sola, tranquilo.-Le aseguro abrazándolo fuertemente-Mandale un saludo de mi parte a la pequeña Sam.-Pidió.
-Bien. Intenta no matar a Shaw, por favor, él te echa de menos más de lo que dice.. y esta más herido de lo que parece, tenle un poco de paciencia. Él te ama.-Le pidió.
-Si, esta bien.
Hobbs se subió a su auto, despidiéndose una última vez con la mano antes de irse de allí. Ahora estaba ella sola contra Deckard Shaw y bueno, la señora Evans, pero ella era un amor de mujer y no se metería.
-Bien, Shaw, hora de irnos.
Aviso entrando nuevamente a la casa, encontrándose con deckard y la señora Evans con sus maletas listas.
-Bien, vamos.
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La pelinegra se adentro a la casa sintiéndose nerviosa. Había vivido tantas cosas dentro de esa casa, que el hecho de volver a estar ahí dentro, le ponía la piel de gallina y las piernas temblorosas, casi como si fueran de gelatinas.
Le costaba afrontar las cosas, pero sabía que era necesario. Todo lucía como la última vez que estuvo en la casa y eso era sorprendente. Su hogar seguía intacto, esperándola después de tanto tiempo.
-¿Como te sientes?-Pregunto deckard apoyando las maletas junto a ella, que seguía viendo cada detalle de la casa como si no la conociera de memoria.
Lo miro con una sonrisa.
-Estoy bien.-Aseguró.-Todo luce como la última vez, ¿Por qué?, Digo, no me molesta.. pero creí que estaría todo distinto porque ya han pasado muchos años.-Pregunto intentando entender porque había dejado todo así.
-Bueno, creo que esta era la única manera de sentir que seguías a mi lado.. no quería perder lo último que me quedaba de ustedes.-Murmuro seriamente volviendo a agarrar las maletas.-Ven, vayamos al piso de arriba.
Lo siguió.
-El cuarto de Sophie, sigue como lo dejaste.-Comento viendo la puerta que tenia el nombre de su hija grabado en un cartel de madera.-Esta cerrado con llave de todas formas, debería buscar la llave si quieres.-Murmuro suavemente mirándola a ella.
-Oh.. lo pensaré, no te preocupes.-Le contesto sin estar demasiado segura. No sabía si le haría bien ver todo lo que era de sophie.
-Esta bien, este es el cuarto de invitados.. enfrente esta el de la señora Evans o puedo darte el cuarto principal, para que estés más cómoda.-Dijo mientras dejaba las maletas.
-Tranquilo, este está bien, gracias.
-No me agradezcas.-Le sonrió.-Bienvenida a casa, Jones.
