𝐎𝐋𝐃 𝐋𝐎𝐕𝐄 ▪︎D. SHAW

0015 ↬ ¿QUÉ PASO ESE DÍA?

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La ahora nuevamente pelinegra se adentro al cementerio donde descansaba su pequeño ángel de ojos avellanas. Ambos hombres caminaban detrás de ella como si fuesen dos guardaespaldas que llevaban ramos de flores en sus manos y armas en su cintura.

Se acercó a la tumba de su niña, arrodillandose frente a ella. Estaba descuidada y llena de hojas secas, lo único que nunca quiso que pasara, que pareciera olvidada.

—Vino papá y el tío hobbs—Le informo con una sutil sonrisa mientras se encargaba de quitar las hojas secas del lugar.—Te trajimos flores y un oso de peluche, porque no tuvimos mucho tiempo para planear esto, pero no queríamos fallarte..

Hobbs se agacho entregándole las flores y deseándole un feliz cumpleaños a la pequeña. Sabía lo importante que era esto para ellos como padres y en general para ellos mismos.

—Iré a dar una vuelta.—Murmuro levantándose. Quería darles privacidad como familia.—Cualquier cosa tienes la radio para avisarme y vendré en menos de un segundo.—Se dirigió a Shaw.

—Si, claro. Gracias.

Hobbs asintió con una sonrisa dándole una palmada en el hombro antes de irse.

Shaw se agacho junto a la pelinegra dejando el otro ramo de flores mientras ella seguía acomodando y limpiando todo, para que se viera lindo. Ella le sonrió ampliamente al verlo a su lado.

—Gracias por hacer esto posible, Shaw.

—Se que esto es importante para ti, Jones. Movería cielo, mar y tierra con tal de verte feliz.—Le aseguro con una sonrisa.

Era su chica especial haría hasta lo inimaginable por ella, por algo la había hecho su esposa. Aunque para él también era importante poder traerle flores a su bebé, sabía que para Cindy lo era mucho más y que se sentiría destruida si no iba.

—Lo se, gracias.

La pelinegra volvió a poner su mirada sobre la tumba quedando completamente en silencio y perdida en sus pensamientos, durante unos minutos que se sintieron eternos. No tenía palabras y sus emociones se sentían confusas, más que otras veces. Todo se había vuelto más caótico que lo que era normalmente.

—¿Iremos por ese café?—Pregunto rompiendo el silencio profundo que se había formado. Sonrió mirando el oso de peluche entre sus manos antes de ponerlo entre las flores.—Mamá y papá están haciendo esto por ti, cariño...

—Si, claro, lo haremos.

Alguien se aclaro la garganta junto a ellos, ganándose su atención. Era hobbs.

—No quiero interrumpir, pero creo que es hora de irnos. No podemos estar tanto tiempo estáticos en un lugar, podrían encontrarnos.—Murmuro mirando a la pareja. Ambos asintieron levemente.

—Vendremos pronto, Princesa.—Musito deckard dándole una última mirada a la tumba de su niña. No le gustaba hablar mucho porque era algo que lo sensibilizaba mucho y no lloraría delante de nadie, menos de hobbs.

—Nos vemos, cariño.

Los dos se encontraban nuevamente en el avión que los llevaría de regreso a la casa en república dominicana donde probablemente los regañarian por haberse ido en la madrugada y sin darle aviso a nadie, pero todo había salido perfectamente bien como lo tenían planeado, entonces no podrían decirles mucho.

Deckard se sentó a su lado.

Hobbs dormía en los asientos de adelante así que no era un problema para ellos hablar de una manera más privada. Era el momento perfecto.

—Aquí tienes.—Le entrego una taza de café. Ella le sonrió en forma de agradecimiento.—No tenían con leche, pero algo es algo..—Comento sabiendo que el café con leche era su favorito.

—Bueno, decks, tenemos un viaje bastante largo como para que puedas contarme que sucedió ese día.—Murmuro con ansias.—Tanto insististe por decirme la verdad, aquí me tienes. Sorprenderme.

—Si.. llego el momento y espero que esto haga que me entiendas un poco más..

Estaba nervioso.

—Te escucho, Shaw.