𝐎𝐋𝐃 𝐋𝐎𝐕𝐄 ▪︎D. SHAW

0016 ↬ LÁGRIMAS SILENCIOSAS ⁵

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5 AÑOS ATRÁS

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El británico apenas había podido conciliar el sueño porque la preocupación por sus niñas era mucho más grande que cualquier otra cosa en el mundo. Era una situación tan difícil para los dos, pero sabía que la noticia estaba destruyendo a Cindy por completo, aunque él también se encontraba mal sabía que para ella todo era peor, porque al final del día era ella quien daría a luz a esa bebe.

Su áspera mano acarició el vientre abultado de la joven que se encontraba profundamente dormida después de haber llorado mucho entre sus brazos por todas las sensaciones y emociones que le había traído saber que la pequeña padecía osteogénesis imperfecta.

Suspiro abriendo los ojos nuevamente porque se le hacia imposible dormirse de manera profunda. Al abrir sus ojos se encontró con una mujer parada junto a la pelinegra apuntándole directamente a la cabeza con su arma.

—Muévete.—Ordenó moviendo solo sus labios sin emitir sonido para que la contraría no se despierte. Sintiéndo impotencia salió de la cama intentando hacer el menor ruido posible para no alarmar a Cindy.

—¿Qué quieres Jessica?—Pregunto cuando bajaron al piso de abajo para poder hablar mejor. El británico no sabía cómo la rubia había pasado sus barreras de seguridad o como no la escucho entrar a la casa, a la habitación. Se sentía un idiota.

—Mantén las manos donde las vea, Shaw.—Ordenó.—No intentes nada en mi contra o la mujer que duerme en tu cuarto morirá, y al morir ella, también lo hará tu hijita.—Aclaro seriamente sin dejar de apuntarlo.

—No las involucres en esto.—Pidió mirándola. Probablemente estaría la casa rodeada de gente y no podía hacer nada sin ponerlas en peligro.

—No quiero involucrarlas, sabes que no mato mujeres y mucho menos niños pequeños, no son mis principios, pero no me busques o lo haré.—Aclaro seriamente.—Solo acompáñame y ellas estarán a salvo en la seguridad de tu casa, que por cierto es muy buena, nos costó bastante apagar todo.

—No puedo irme hoy..—Susurro.

—Vienes o mueren.

—Esta bien. Iré.

—Buena elección, muchacho.

「 HORAS MÁS TARDE.

El hombre de acento británico se sentía ansioso, casi desesperado por poder llegar a su hogar. Al llegar, estacionó el auto como pudo y corrió al interior de la casa sin importarle la herida de bala que tenía en la piernas o los golpes que tenia por todo su cuerpo, aún sentía la sangre bajar por su labio inferior, pero poco le importaba, solo necesitaba llegar a los brazos de Cindy.

—¡Cindy!—Grito mientras subía las escaleras sintiendo un agudo dolor en su pierna. Cuando entró al cuarto se encontró con la sorpresa que no había nada de su mujer ahí dentro y todo estaba ligeramente revuelto.—¡Cindy! ¡Amor!—Grito nuevamente con la esperanza que estuviera en la casa, pero era obvio que no estaba y que se había ido, imaginaba porque.

Golpeó la primera pared que tuvo enfrente intentando desahogar todo lo que sentía en ese momento, pero ni eso fue suficiente.

Volvió al piso de abajo y llamó al hospital preguntando por su mujer. Las doctoras le contaron que ella había asistido a primera hora de la mañana, qur el procedimiento había salido bien y que lamentaban lo de sophie... dijeron que Cindy debía estar en casa, descansando y le pidieron que la acompañe mucho.

Les agradeció.

Se dejó caer en el sofá que estaba junto al teléfono sin importarle que seguía perdiendo sangre. Intento llamarla, pero ese número ya no existía y fue en ese momento que las lágrimas silenciosas comenzaron a mojar sus mejillas.

Lo había perdido todo.

Había perdido a las dos mujeres más importantes de su vida en solo un segundo.

Ahora solo quedaban sus lágrimas silenciosas que acompañaban el dolor que sentía su corazón.