SIEMPRE HAS SIDO TÚ

CAPITULO 12

Varios días habían pasado.

Se suponía que esa noche Bernard y Roxanne se verán en el restaurante que más les gusta.

Esa noche la chica planeaba confesar sus sentimientos a Bernard, pero no era la única que planeaba confesarse esa noche.

El joven pelirrojo ya se estaba poniendo si traje de héroe para ir a verla.

Mientras tanto en la guarida de Megamente, Servil hablaba emocionado sobre la batalla que tendrían con Titán al día siguiente, mientras tanto el de cabeza azul tenía sus pensamientos muy lejos de la pelea. Por su mente solo pasaban los besos que había recibido por parte de Brad la noche anterior cuando habían ido al cine y el musculoso no lo dejó ver la película por estarle dando besitos en la mejilla cada cinco minutos.

–Solo un par de correcciones y su capa más aterradora estará lista y se llamará... LA MAMBA NEGRA– dijo Servil con entusiasmo.

–Mamba negra, perfecto ¡Uh! Que cosa ya se me hizo tarde... Ahora me voy– dijo Megamente.

–¿Qué? ¿A dónde va señor? Tenemos la batalla debut con Titán mañana temprano, y ni siquiera hemos probado su traje de batalla–

–Tú encárgate de los detalles yo debo... Hacer un mandado–

–Usted no hace mandados ¿Qué está ocurriendo?– preguntó el pez lazando una ceja.

–¿Qué?–

–Un momento...– Servil olfateó algo extraño que provenía de su amo –¿Estoy oliendo Jean Paul gutier?

–Es mi esencia natural Servil, ahora ¿Y las llaves del auto?–

Megamente quiso tomar las llaves pero Servil fue más rápido y las tomó primero.

–¿Se trata de la señorita Richie no es así? ¡Va a ir a una cita con ella!– exclamó molesto el pez.

Megamente se rió, ¿Cómo se le ocurre que tendría algo con Roxanne? La salida de ésta noche era solo una salida de amistad.

–Jajajaja no mi fiel compañero ¿Que cosas dices?–

–Ay, esto es muy grave ¡Usted está enamorado!–

Megamente se quedó quieto un segundo, pero recordó que ni Servil ni nadie  sabían de la existencia de Brad, así que se relajó.

–Estás olvidando tu puesto Servil... Ahora dame las llaves–

Se desató una discusión entre ambos que terminó con palabras muy hirientes por parte del azul. Ya para la tarde Servil se había ido, la guarida se sentía muy sola sin él. Pero no había tiempo para sufirir, Megamente fue al restaurante a esperar a Roxanne, planeaba contarle sobre lo feliz que estaba, le platicaría sobre el hombre al que había conocido y lo mucho que ahora se queríamos.

Pero Roxanne llegó media hora tarde y con tanto que contar que Megamente no tuvo más opción que escuchar todo el parloteo de la confundida y exaltada chica.

–¡Está muy claro! Extrañaba que le dieran palizas y creo un nuevo héroe que le diera esas golpizas ¿Pero por qué eligió a Hall? ¡Hall era el peor candidato posible para elegir!– decía Roxanne.

– Eso, no es fácil de digerir –

– ¡Es que eso me dejó boquiabierta!–

–Yo estoy muy boquiabiertado...oye, pronto llegaremos al fondo de quién le da a quién golpizas pero por ahora, hay que gozar de nuestra compañía –

– Disculpa Bernard, sé que tienes razón y que necesito un respiro – dijo la chica tomando un respiro – Por Bernard, que representa lo único normal que hay en mi alocado mundo de cabeza.