Roxanne escuchaba atentamente cada palabra que decía Megamente, no porque realmente le interesara sino porque su deber como amiga era escuchar.
– Así que...– dijo ella cuando por fin Megamente dejó de hablar – Dices que no pudiste seguir.
– Sí, y no entiendo por qué, te juro que yo sí quería – decía Megamente frustrado.
– Bien... Entonces no pasó lo que habías planeado– Roxanne trataba de no hablar de manera explícita, pues le daba algo de bochorno imaginar a Megamente y a Metroman.
– Pues lo de la penetración no, no pudo meter todo su pene pero seguimos con los besos y yo descubrí que si enrollo mi lengua en su-
–¡Demasiada información!– interrumpió Roxanne.
– ¡Tienes que ayudarme! Eres la única con la que puedo hablar sobre esto, sé que no lo parece pero realmente esto me avergüenza – suplicó Megamente.
–¿Y que hay de Servil?–
Megamente la vio con las cejas fruncidas.
– Como si Servil ya no fuera virgen– dijo.
– Quién sabe, tal vez podría sorprenderte– río Roxanne.
– ¡Estoy hablando en serio!– se pasó ambas manos por la cara – Quiero hacer el amor con Brad pero no quiero sentir ese terrible dolor otra vez.
Roxanne suspiró, tener a Megamente chillando en la mesa no era algo que le agradara, pero debía admitir que era divertida la situación.
– Ya, cállate bebé llorón – dió palmaditas en su espalda – ¿Intentaste con lubricante?–
–Sí, pero incluso si usamos lubricante me duele–
–¿Prepararte antes de empezar?–
–También, nos tienes idea de todo el juego previo que hicimos –
– ¿Cambiar de posición?–
– Tambie- No... – Megamente se quedó pensando – No intentamos cambiar la posición, yo estaba tan asustado que ya no quise intentar.
– Tal vez ahí está el problema – dijo Roxanne – Cada cuerpo es diferente y puede que una posición te duela y otra no, todo esto es ensayo y error para conocer tu cuerpo.
–¡Eso es brillante! – Megamente exclamó emocionado – Tienes toda la razón, es verdad, eres brillante.
– Gracias – No era que se sintiera orgullosa por este tipo de consejos pero que el tipo más inteligente de la ciudad le dijera que era brillante enaltecia su ego.
Continuaron con su charla, ésta vez variando de temas, Servil no volvería hasta más tarde ya que recientemente se había unido a un club de lectura, al llegar la noche Roxanne se fue a su casa, Servil llegó y él y Megamente cenaron.
Avisó a Servil que pasaría la noche en la guarida de Brad y ni bien se despidió se fue corriendo a casa de su amado trazando un plan.
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