𝟐. 𝐌𝐚́𝐬 𝐩𝐫𝐞𝐠𝐮𝐧𝐭𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚𝐬

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A la mañana siguiente, en el Thousand Sunny, destacaba en si una brisa fresca y acogedora.

Eran las 5AM, la hora habitual en la que se levantaba el cocinero, aunque esta vez se quiso quedar algo más en la cama, dando vueltas muy emocionado pensando en general mujeres, aunque sus fantasías terminaron cuando vio asomándose la cabeza de su capitán.

— Sanji..mhm..comida~...—balbuceaba medio dormido Luffy mientras miraba a Sanji con los ojos entrecerrados.

—Venga, que sí... — respondió en voz baja Sanji a la vez que se levantaba un poco cansado, pero ya dormiría más después de comer. Se cambió de ropa, se peinó... Lo básico para ser un "seductor" según él.
Bajaba las escaleras mientras tarareaba una canción, llevando a Luffy en la espalda prácticamente dormido, ya que aunque tuviera sueño, se empeñaba en que quería desayunar.

Con cuidado, el cocinero dejó a su capitán en un sofá grande que había en el comedor y sin más espera, se dispuso a cocinar. Esta vez tardó un poco más de lo habitual, ya que quería dar una recompensa a su tripulación por el gran éxito que hubo en la anterior isla, aunque el final para él presenciarlo fuera devastador.

Pasó una hora, y por fin terminó el desayuno. Se sentó al lado de su capitán mientras volvía a fumar, volviendo a pensar en la isla. Por unos instantes recordó la noche pasada con una sonrisa en la cara, mientras balbuceaba en voz baja onomatopeyas que ni se entendían. Entre ellas, pudo recordar que mientras le lanzaba besitos, Nami seguía muy extraña, casi paralizada.

Los balbuceos pararon a un silencio, donde lo único que se podía escuchar eran los ronquidos de Luffy. La cabeza de Sanji empezaba a dar vueltas, ¿Habría dicho algo malo?

Se sentía muy culpable, por unos momentos pensaba que era como si hubiera visto a un fantasma, pero esos pensamientos cesaron cuando vio al espadachín entrar por la puerta y murmurar: "Quiero comer".

— Joder, espérate a que vengan todos, o por lo menos dos personas. — Contestó Sanji cruzándose de brazos y mirándole fijamente.

—Ya hay dos energúmenos a demás de mi, por favor, tengo un hambre que flipas. — Recalcó Zoro mirándole desafiante antes de fijarse en lo que había cocinado — ¿Cómo te dio tiempo de hacer todo esto? Hay hasta un montón de masas extrañas que parecen truños, de estos que haces tú.—

— ¡SE LLAMAN MAGDALENAS DE TODA LA VIDA!—

— ¡PUES ESTÁ MÁS AMORFO QUE TODA TU DIGNIDAD JUNTA! —

— ¡LO QUE SÍ ESTÁ AMORFO ES TU SENTIDO DE LA ORIENTACI-...!— Sanji no pudo terminar su frase, al ver que Luffy se había despertado, con toda la energía para empezar a comer, a lo que por órdenes suyas, el escandaloso dúo también se dispuso a comer, aunque intentando evitar que el capitán comiera de más y que no dejara comida a nadie.

Mientras tanto, Nami y Robin se despertaban por el escándalo, pero sus reacciones eran completamente distintas; Mientras Nami parecía que en cualquier momento iba a pegar un grito de lo enfadada que estaba, Robin se reía en voz baja, feliz de que ya haya alguien despierto y que sea un nuevo día para vivir aventuras.

— No se como les soportas, de verdad. — Murmuró la navegante mientras se levantaba y se empezaba a poner la ropa.

— Son muy hiperactivos, déjalos. — Contestó la arqueóloga mientras hacía lo mismo que su amiga, pero tomándose más tranquilidad.

En un rato, ambas ya estaban preparadas y cuando bajaron ya estaban todos desayunando, a lo que se unieron.

La comida fue bien, como siempre; algunas patadas por debajo de la mesa, chistes,... Aunque esta vez, podía de notarse una gran tensión en la navegante y el cocinero.

𝐏𝐥𝐚𝐭𝐢𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨𝐬 (Sanji x Nami) ¡Fanfic terminado!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora