𝟗. 𝐌𝐞𝐠𝐚-𝐦𝐚𝐧𝐬𝐢𝐨́𝐧

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En medio de la batalla, Luffy había quedado perdido en la casa y Sanji y Nami estaban en una habitación, encerrados con aquel hombre.

De pronto, el delincuente se abalanzó hacia Nami sin piedad, decapitándola con su gran espada. Sanji se quedó en shock y por un momento se desmayó, viendo por último al hombre aproximándose a él con la cabeza de su nakama.

— AHHHHHHHHHHH — Sanji se despierta, dándose un cabezazo con la cama de arriba al haberse levantado de golpe.

— Mgh..deja de hacer el tonto, quiero dormir...— Susurró el espadachín medio dormido.

Sanji solo le ignoró, pero estaba aún en shock.

Volvió a sus pensamientos normales, notando una gran resaca. No podía recordar con exactitud lo que había pasado la noche anterior, pero se podía hacer una idea.

Se frotó los ojos, listo para seguir con el día...Más o menos.
Sentía como la ropa aún le olía a alcohol y como la corbata estaba más aflojada que nunca.

Le dolía bastante la cabeza, pero sabía que tenía que superar la resaca fuera como fuera, así que con una gran fuerza de voluntad, se levantó y siguió el día como si nada, pero por dentro parecía que se estaba muriendo.

Todos a su hora se levantaron como si nada, excepto Nami y Usopp que no podian ver a ninguno del "dúo del viejo matrimonio" igual.

Seguía el buen rollo en el barco; chistes, juegos, peleas... Pero todo se esfumó cuando después de comer, ya que el capitán mencionó que tenían que ir a casa del delincuente.

— ¡Vamos ahora! — Gritaba este muy emocionado, dando saltos por todo el comedor.

— No. Tenemos que idear un plan por lo menos. — Dijo Nami extendiendo una hoja de papel en la mesa y agarrando un lápiz.

— Cierto. — Dio la razón Sanji, atento a la hoja.

— Bien... Por la mañana fui a ojear por fuera la casa del tipo. Tiene muchas trampas así que va a ser muy difícil poder pasar con facilidad. — Habló la navegante.

La explicación se extendió una hora, hasta que ya todos estaban "bien enterados".

El plan consistía en entrar en la casa por la chimenea con cuidado, ya que en el techo no había tantas trampas y dentro de su casa era muy improbable que hubiera. Irían todos juntos, hasta que se encontraran al delincuente, que en ese caso Nami se escabulliría a la parte oeste de la gran casa (donde estaba el borde de la isla) y ahí memorizar como se veía.

Ya eran casi las seis de la tarde, así que se dispusieron a ir, con parte de la tripulación vigilando desde lejos por si algo salía mal.

— Tengo mucho miedo... — Dijo Nami mientras los involucrados en el plan iban hacia la casa.

— No te preocupes, navegante, Franky, Chopper y yo vamos a estar vigilando por fuera a que no os pase nada. — Contestó Robin poniéndole una mano en el hombro.

— Ayy, ¿Por qué no podéis venir dentro vosotros también? — Nami la miró con lástima intentando darle pena.

— Seríamos demasiadas personas, nos encontrarían con facilidad. —

— Meh, tienes razón, perdona. — La navegante lloró internamente, pensando en todo lo que podría pasar, pero esos pensamientos se intensificaron cuando sin darse cuenta, habían llegado a la casa.

— ¡Sí! ¡Entremos! — Gritó Luffy muy emocionado.

— Claro...— Susurró Nami aterrada acercándose a Luffy.

𝐏𝐥𝐚𝐭𝐢𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨𝐬 (Sanji x Nami) ¡Fanfic terminado!Where stories live. Discover now