Sanji quedó unos minutos pensando, hasta que al fin comprendió que no había otra persona y que nunca hubo, ni debería haber habido.
La tarde pasó volando, pero Sanji minutos después de cenar, se volvió a sentar en el mismo sitio a descansar.
Antes de que el cocinero se levantara, se oyó un portazo, seguido de un icónico grito.
— AUUUU, ¿QUÉ TAL? — gritó Franky como siempre, cosa que asustó a Sanji al punto de casi gritar.
— Que susto... Aunque, bien, gracias por preguntar, supongo. — Contestó el cocinero mientras se levantaba de la silla con el corazón a mil.
— ¡Que amable estás! ¡¿Te va bien con una chica, eh?! — el carpintero le dio un pequeño codazo a Sanji, quien no dijo nada porque aunque era difícil estarlo en esa situación, estaba agradecido, por entender lo que había reflexionado.
— No creas, ¡simplemente estoy bien!—
— SUPERR — Exclamó Franky con su icónica pose. — ¿De casualidad no habrás visto a Robin? —
—Curiosamente sí, aunque debe estar acompañada. — Dijo Sanji, mirandole curiosamente para ver como reaccionaba.
— Oh, de acuerdo, seguro que está SUPER entretenida. — Contestó Franky sin tantas ganas como siempre, pero con una sonrisa.
— Anda, ve a esperarla, si quieres te preparo algo. —
— ¡No hace falta! AUUUU —
Después de esa conversación y de una mirada extraña en Sanji, Franky se dispuso a irse a dormir, caminando de espaldas con un paso de baile extraño.
— Nunca va a cambiar...— Se dijo a sí mismo Sanji antes de encenderse un cigarrillo y fumar.
Pasó parte de la noche tranquilo, recordando viejos momentos con Zeff y sobretodo, con su tripulación. Su tranquilidad paró de repente, cuando escuchó cuchicheos detrás de la puerta hacia el pasillo. Supuso que era Luffy y Chopper, ya que eran voces agudas.
Pero las dudas se la quitaron cuando vio asomar la cabeza de Nami, con un ligero sonrojo en sus mejillas y un poco detrás suya a Robin, con su sonrisa tranquila de siempre.
— E-Ey, Sanji... — Susurró Nami antes de salir completamente de la puerta.
Usaba un vestido verde claro algo corto, y una pequeña chaqueta negra para el frío, pero el pelo recogido, según ella para no "sudar" tanto.
— ¡Estás preciosa! — Exclamó inconscientemente el cocinero, acercándose a ella con una mirada de admiración.
— ¿Q-Que? — Dijo ella nerviosa, retrocediendo unos pasos hacia Robin, pero ella ya no estaba. Se había ido a dormir, ya que estaba muy cansada de todo lo que había pasado hoy.
— Oh, lo siento. — Dijo Sanji sonriendo por lo bajo, ya que era incapaz de dejar de ser feliz después de haberla visto después de todo lo que había pensado en ella.
— No, discúlpame... ¿Te gustaría ir a dar un paseo por la ciudad? —
Los dos quedaron en silencio unos segundos eternos, pero al fin, con la cara algo colorada, Sanji dio unos pasos hacia ella y agarró su mano, al fin, con la cita que tanto había anhelado.
— Me encantaría, madame~ — Susurró él, mirándola con emoción.
— No pienses cosas raras, solo de nakamas, ¿Entendido? — Dijo ella sin pensar, arrepintiéndose al instante, aunque minutos después comprendiera que podría haberla liado fuerte.
VOCÊ ESTÁ LENDO
𝐏𝐥𝐚𝐭𝐢𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨𝐬 (Sanji x Nami) ¡Fanfic terminado!
Romance¿Que harías si te empiezas a enamorar de alguien solo por un comentario? Así de confundida está Nami, pero no sabe que alguien está igual que ella... (Personajes no originales)