𝟏𝟎. 𝐕𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝𝐞𝐫𝐨 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐦𝐚𝐝𝐫𝐞

125 13 1
                                    

En la mente de Sanji todo se veía oscuro, no estaba muy consciente, solamente no pensaba en nada, había muerto en paz.

De pronto empezaba a visualizar de cuando hacía unos días, le había echo las trenzas a Nami. Sentía calidez, la textura de su pelo y la tranquilidad que aquello suponía para él.

Segundos después, veía casi a la perfección como en algunas mañanas cuando era niño, ayudaba a Zeff a hacerse las trenzas en el bigote. Como era el frío de aquellas mañanas, sabiendo el día que les esperaba podía ser bueno o malo pero siempre con un aura positiva. Notaba una pequeña brisa que venía de la ventana, dándole un espacio seguro de una gran nostalgia.

De pronto, todo eso se desvanecía y aparecía un recuerdo borroso.

Al principio era todo blanco, no comprendía que era ¿Ya estaba en el cielo? ¿O eso no existía y simplemente era lo último que iba a ver?

Nada de eso. Sus recuerdos empezaron a enfocarse un poco más, escuchándose una risa de mujer muy conocida. Se esmeraba en reconocerla, hasta que podía verse a una mujer rubia en una cama, sabía perfectamente quien era; su madre.

Junto a ella estaba él, pero cuando solo era un simple niño, trastornado de aquel infierno que vivía con su familia pero teniendola a ella de una zona de confort.

Tal y como pasaba en las anteriores visualizaciones, le estaba haciendo trenzas, viendo a los dos reirse y hablando, como si lo del exterior fuera otro mundo y lo que estaban viviendo en ese instante, nunca se fuera a acabar.

Las imágenes terminaron, haciéndole solo recordar algunas vivencias pasadas que le hicieron como persona, tales como cuando se unió a la tripulación, cuando Zeff le rescató... Pero todo se tornó en negro, escuchando un pequeño tarareo entre todo el silencio que había.

Se sentía otra vez como si alguien le sujetara como había hecho Nami anteriormente, pero con una leve caricia en el pelo muy acogedora.

"Ya es hora de despertarse, cariño."

Escuchó en un susurro para poder darse cuenta que podía abrir los ojos.

Los entreabrió mirando hacia arriba, descubriendo el rostro borroso de una mujer, pero se distinguía perfectamente una sonrisa dulce.

Para cuando ya podía verla perfectamente, esta le seguía mirando con atención y tranquilidad. Pasaron unos segundos en silencio, con Sanji totalmente paralizado, hasta que finalmente fue capaz de hablarle.

— Mamá...— Susurró él, con un par de lágrimas cayendo por su mejilla, para luego abrazarla con fuerza.

— Te estaba esperando, Sanji. — Sora le acariciaba el pelo como buena madre. No lloraba, sabía que había estado bien cuidado y que había tenido una buena vida fuera de los mandados de su padre de sangre.

Sanji simplemente la abrazaba con fuerza. No pensaba que la volvería a ver y en verdad, en esos momentos se le había olvidado por completo que estaba muerto. Solo se fijaba en que por fin volvía a ver a su madre después de no haberse podido despedir divinamente de ella.

Estaban en una especie de sala blanca. No se distinguían paredes, todo era de un luminoso color blanco.

Se separó un poco y le miró el rostro, aquella cara que casi no recordaba, pero ahora estaba ahí.

Sora se puso algo seria, mirando hacia otro lado algo entristecida.

— Eh, ¿Que ocurre? ¿Has estado mal aquí? — Preguntó Sanji confundido, agarrándole de sus frías pero suaves manos con firmeza y preocupación.

— Hijo... De vez en cuando te he estado observando, tienes una familia hermosa de piratas, eres un gran caballero y muchas más cosas, pero no es tu momento. — Sora le miraba atentamente, con algo de pena, pero una pequeña sonrisa.

— No te entiendo, ya estoy aquí, c-contigo... —

— Lo sé, pero tienes una familia que te necesita, incluyendo a una bonita chica. — Dijo Sora señalando detrás de Sanji, haciendo que este se girara.

El espacio en blanco había un momento que volvía a la normalidad, viéndose con claridad el jardín de antes, con en primer plano a su propio cadáver con Nami llorando sobre él, intentando reanimarle.

— ¿Ya lo entiendes? — Preguntó la madre, apoyando una mano en su hombro.

— No quiero dejarte sola, ma. — Sanji se giró hacia ella con tristeza, pero a la vez algo de miedo.

— ¡No estoy sola! No se como explicártelo... Pero bueno, igualmente si lo fuera yo solo soy una persona y tú dejarías a muchísima más. — Habló Sora seriamente, intentando convencerle.

— Vale, es verdad, pero no quiero volver a alejarme de ti, te debo demasi- —

— ¡Déjate de tonterías! ¡Soy tu madre! Si me quieres recompensar con algo háblale al señor este... ¡Zeff! Bien de mi, que es muy guapo y a ver si cuando muera...—

— ¡Oye! —

— Vale perdón. —

Ambos se miraron y se rieron. Hacia años pasaban el tiempo así, para ambos fue muy nostálgico, pero a los pocos segundos volvieron a recordar su dilema.

— Entonces ¿Voy a resucitar de alguna manera? — Preguntó Sanji mirándola aún sorprendido.

— Lo supuse. — Dijo Sora con una sonrisa decidida.

— ¿Qué? Pero allí solo está Nami. —

— ¿Y? —

— Pues que ella no es médica, la amo mucho pero no podría revivirme... —

— Puede que ella no, pero ¿Y los demás de tu familia? —

En ese momento, se podía ver perfectamente a Nami mirando hacia un sitio del que ellos no podían ver.

— ¡Eh! ¿¡Que le ocurre!? — Exclamó Sanji pensando en que Nami estaba en peligro, pero estaba muy equivocado.

Vio como Robin, Franky y Chopper, quienes se habían quedado de refuerzos por si salía mal, corrían hacia Nami y hacia él. Sentía como Chopper intentaba reanimarle, lo que hacía que se sintiera mareado.

— Creo que es hora de despedirnos, cielo. Esta vez de verdad. — Dijo Sora poniéndole una mano en la mejilla, con una expresión alegre. A ver, no se sentía súper feliz de que se volviera a separar de su hijo, pero este todavía era joven y tenía muchas cosas pendientes por hacer.

— Tienes razón... — Sanji volvió a abrazarla con fuerza, peor sabiendo que algún día se volverían a ver. — Gracias por todo. —.

— A ti. —

Los dos estaban tristes de volver a separarse, pero agradecían a todo que aún así, pudieran haberse despedido de verdad, además de que aún había esperanza de que en unos años, pudieran volver a verse si es que el destino lo quería.

Y después de eso, aún abrazado a su madre, todo se tornó negro y se quedó inconsciente.



(😇)

𝐏𝐥𝐚𝐭𝐢𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨𝐬 (Sanji x Nami) ¡Fanfic terminado!Where stories live. Discover now