Capítulo cuarenta y cinco (último)

784 136 96
                                    

 JOY

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 JOY

Jueves 10 de marzo

Monfort

Al final, Shelley tenía razón. Las cosas han comenzado a calmarse después de que pasó la vista y el jurado dio su veredicto. Todavía me llegan invitaciones para ser entrevistada sobre el tema, pero la verdad es que no tengo más que decir, así que prefiero declinarlas. Lo que quería expresar al respecto lo hice en una entrevista con la columnista del Bellington Post que me hizo viral y luego en mi visita a Buenos días, Bellaterra. Tal como declaré a ambos medios, espero quedarme con las lecciones aprendidas y dejar atrás lo sucedido para enfocarme en mi carrera.

Y eso justo lo que estoy haciendo. Es por ello por lo que, con mi aspecto más profesional, me hallo en una pequeña sala de reuniones en el piso número once de la torre Sapphire, donde me encontraré con un representante de Monfort, la exclusiva marca de perfumes.

Le doy un sorbo a la taza de café que me ofrecieron y, solo un momento más tarde, alguien por fin entra. Es una mujer alta, de cabello platinado y lacio, esbelta y muy elegante.

—Señorita Rodríguez —extiende los brazos mientras se acerca, yo me pongo en pie enseguida—. Hélène Monfort —se presenta a la vez que me ofrece una mano—. ¡Qué alegría conocerla por fin!

¿Hélène Monfort? Cuando dijeron que me reuniría con un representante de la marca, nunca imaginé que se referían a la actual directora y heredera de Monfort. ¿Y por qué parece ella tan feliz de verme?

—Es un honor estar aquí, señorita Monfort.

—Te estuve buscando por más tiempo del que imaginas, querida. Por favor, sentémonos y hablemos de negocios.

—¿Sí? —repongo, confundida, mientras vuelvo a sentarme y ella ocupa la silla a mi izquierda.

—¡Por supuesto! Hemos trabajado juntas antes, ¿no es así? Tú estuviste a cargo de la campaña publicitaria de Divinity hace poco más de un año.

No puedo evitar que la sorpresa se refleje en mi rostro. Ella tiene razón. La campaña para su perfume Divinity fue algo que hice cuando era parte de Relevance, pero Rick Green tomó el crédito, como otras tantas veces.

Abro la boca, pero no se me ocurre nada que decir, así que la cierro otra vez. Hélène Monfort enarca las cejas con astucia, a la espera, así que lo vuelvo a intentar.

—¿Cómo lo supo? —consigo preguntar.

Ella me sonríe.

—No lo sabía en un inicio, querida. Verás, estaba encantada con el trabajo que la agencia hizo, con el éxito que obtuvimos al lanzar Divinity al mercado. Entonces, en enero, busqué de nuevo a Relevance y le pedí trabajar con la misma mente maestra de antes para el perfume que lanzaremos este año.

Sol de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora