NICOLE

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PRIMERO QUE NADA QUIERO DECIDARLE ESTE CAPÍTULO A UNA PERSONA ESPECIAL

Esto va para ti Gabryelly ❤️

Te lo dedico con mucho amor, porque confías en mi

y ambas soñamos a lo grande

Gracias por creer en mi y gracias a todos

por hacer mi sueño posible

Sin nada más que decir os dejo aquí con la sorpresitaaa


Estábamos ya de camino hacia casa, si, casa porque ese apartamento era nuestro hogar.

Aún seguía con mareos, pero no quería preocupar a Matteo y mucho menos estropearle los planes. Hacía un frío tremendo aquí en San Diego, había comenzado a chispear y el reloj marcaba las seis de la tarde.

Según Matteo, los demás ya habían llegado. Me alucinaba el plan de hacer las Navidades en "familia" aunque siento que va a ser un caos tremendo. Matteo estaba algo tenso al volante así que decidí acariciarle la pierna para calmarle.

Me sentía mal por todos los regalos que me ofreció porque yo no tenía nada para ofrecerle a cambio, aunque según él con el amor y el cariño que le daba le eran suficientes.

Habíamos llegado ya al piso, mi novio estacionó el auto en el garaje y luego subimos hasta nuestro apartamento.

Al abrir la puerta, todas las luces estaban apagadas, las encendí y de la nada salieron todos de sus escondites gritando:

― ¡Sorpresa! ― dijeron en unísono y me emocioné.

― ¡Feliz cumpleaños! ― dijo Iván abrazándome, cosa que a Matteo no le gustó para nada, pero le devolví el abrazo al rubio.

― Muchísimas gracias a todos. ― dije emocionada secándome las lágrimas.

Todos nos sentamos en la mesa del salón preparándonos para la cena navideña, era muy bonito ver a todos vestidos conjuntados. Por primera vez en mi vida pude decir que me sentía feliz.

― ¿Entonces qué hicieron? ― nos preguntó la rubia y vi a Matteo atragantándose con el trozo de pollo que había comido, le pise debajo de la mesa.

― Me llevó a patinar y dimos una vuelta por el centro. ― sonreí y Matteo asintió limpiándose la boca. ― ¿Y vosotros dos? ― les dije a los rubios que tenía delante.

― Iván y yo fuimos al parque de distracciones y él me consiguió un peluche. ― dijo abrazándose al brazo de Iván y vi como Matteo se tensó.

― Ya pagué la multa... ― dijo el afroamericano. ― Esto cada vez se vuelve más complicado, señor... ― le dijo a Matteo.

― ¿Cuánto dinero queda disponible? ― preguntó mi novio a Ramiro.

― En la cuenta principal aproximadamente unos setenta millones de dólares. ― escupí el agua de mi vaso.

― ¡¿Setenta millones?! ― dije exclamando.

La cena se mantuvo en silencio, sin ningún incidente, hasta Spike tuvo su propio plato y de tanto comer se llenó que acabó durmiendo boca arriba al lado de la chimenea. Los demás estuvieron peleándose jugando a la Nintendo Switch al Mario Kart, pero se me hizo raro que Matteo no jugara, ya que era un obsesionado con los videojuegos.

Dangerous: Juego TóxicoWhere stories live. Discover now