MATTEO

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Iván asintió, entendiendo mi preocupación. Mientras nos preparábamos para la despedida, sentí la necesidad de arreglar las cosas con Nicole antes de partir. Era evidente que la discusión aún pesaba en el aire, y no quería que se quedara con malos sentimientos.

Me acerqué a Nicole y la tomé por el brazo, alejándonos un poco de la vista de Iván.

― Lo siento, Nicole. No debería haber ocultado mis planes. Fue un error, y lamento que lo hayas descubierto de esa manera. ― Mis ojos buscaban los suyos, esperando encontrar algún rastro de comprensión.

Nicole suspiró, su expresión todavía mostraba cierta molestia, pero también se vislumbraba una chispa de entendimiento. ― Matteo, entiendo que tengas tu mundo, pero también soy parte de él. No puedes protegerme excluyéndome de todo.

― No quiero ponerte en peligro, entiéndelo. ― Repetí, aunque sabía que eso no era suficiente para calmar sus preocupaciones.

Ella apartó la mirada por un momento, como si estuviera debatiéndose internamente. Estaba muy enfadada, y me di cuenta de que cometí un error ocultándoselo.

― Pensé que confiabas en mí. ― Dijo finalmente, mirándome con firmeza.

La miré directo a los ojos, sinceramente arrepentido. ― Nicole, lamento sinceramente no habértelo dicho antes. Fue un error, y asumo la responsabilidad. Pero necesito que confíes en mí, aunque no te cuente cada detalle.

Ella soltó un suspiro y cerró los ojos, como si intentara calmarse. Sin embargo, sus palabras finales resonaron en el aire, recordándome la necesidad de reconstruir la confianza que había perdido.

Ella se apartó un poco, pero decidí no rendirme. Me acerqué a Nicole, tomando su rostro entre mis manos y obligándola a mirarme.

― Amore, no quiero que pienses que no confío en ti. Es todo lo contrario. Mi mundo es peligroso, y la última cosa que quiero es que te veas envuelta en él. Pero quizás fue un error intentar protegerte de esa manera. Necesito que entiendas que cada acción que tomo, aunque no lo parezca, es para mantenernos a salvo a ambos.

Nicole me miró fijamente, y pude ver en sus ojos que, a pesar del enfado, también había un rastro de comprensión. Era complicado equilibrar la vida en la mafia con la relación que compartíamos, pero estábamos decididos a superar cada obstáculo.

― Entiendo que quieras protegerme, Matteo, pero no puedo vivir en una burbuja. Necesito saber qué está pasando, especialmente si hay peligro. No quiero ser una carga, pero tampoco quiero que tomes decisiones importantes sin considerarme. ― Sus palabras fueron firmes, pero también mostraban un anhelo de participar más activamente en nuestra realidad compartida.

Asentí con seriedad. ― Tienes razón, Nicole. No deberías sentirte excluida. A partir de ahora, te prometo que compartiré más contigo, incluso las partes más difíciles. Pero necesito que prometas que, si alguna vez sientes que es demasiado, me lo dirás. No quiero que te sientas atrapada.

Ella sonrió ligeramente, aceptando mi compromiso. ― Prometo ser honesta contigo, pero también quiero estar a tu lado en cada paso del camino.

Me acerqué y la besé con suavidad. ― Gracias por entenderlo, amore. Ahora, tengo que lidiar con lo que esté ocurriendo en Nueva York, pero no te preocupes, estaré de vuelta pronto. Iván te protegerá en mi ausencia.

― Espera... ― dijo ella y la miré seriamente. ― Tengo un mal presentimiento Matteo...

La expresión preocupada de Nicole hizo eco en mi propia inquietud. Tomé sus manos en las mías, buscando tranquilizarla.

― No te preocupes, cariño. Será solo un viaje rápido. Resolveré lo que sea que esté sucediendo y regresaré contigo. ― Intenté infundir confianza, aunque en mi interior también sentía esa inquietud que ambos compartíamos.

Dangerous: Juego TóxicoWhere stories live. Discover now