NICOLE

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 Los días en el hospital se convertían en una mezcla de dolor físico y emocional. Cada paso hacia la recuperación se veía opacado por la sombra de la incertidumbre. Las visitas de Iván y las conversaciones con los médicos eran mi única conexión con el mundo exterior.

Sentía que mi cuerpo se debilitaba, pero la determinación por proteger a nuestro hijo y enfrentar a Giovanni me daba fuerzas. Cada prueba médica, cada conversación sobre el estado del bebé, aumentaba la carga emocional que llevaba a cuestas.

― Nicole, entendemos que este es un momento difícil para ti. Estamos haciendo todo lo posible para mantener la salud de tu bebé y la tuya. Pero necesitas descansar y cuidarte. ― me decía el médico con tono compasivo, pero sus palabras no lograban aliviar completamente mi ansiedad.

Las noches en la habitación del hospital eran largas y solitarias. Iván se mantenía a mi lado tanto como podía, pero la ausencia de Matteo se sentía como un vacío palpable. Las pesadillas me atormentaban, recordándome la violencia de Giovanni y la amenaza constante que aún representaba.

Cada día se volvía una batalla interna entre la esperanza y el miedo. La idea de perder a nuestro hijo se volvía insoportable, pero la realidad de la situación parecía pesar más que cualquier optimismo que intentará mantener.

En la quietud de la habitación, mi mente divagaba hacia Matteo. Imaginaba cómo estaría enfrentando la situación en la prisión, lidiando con la traición de Scott y la conspiración tejida por Giovanni. La distancia entre nosotros se volvía más evidente, pero la promesa de reunirnos nuevamente era la luz que guiaba mi resistencia.

Mientras esperaba noticias sobre la investigación y el estado de Matteo, mi determinación crecía. Giovanni no escaparía de las consecuencias de sus acciones. El juicio se acercaba, y la verdad finalmente saldría a la luz.

Chiara entró en la habitación del hospital con una expresión preocupada, llevando consigo una pequeña bolsa con algo que parecía ser comida. Su presencia era un rayo de luz en medio de la oscuridad que rodeaba mi situación.

― Hola, Nicole. Traje algo de comida, pensé que podrías necesitar algo diferente de la comida del hospital. ― dijo Chiara con una sonrisa tenue mientras dejaba la bolsa sobre la mesita cerca de mi cama.

Agradecí su gesto con una sonrisa débil. La conversación se volvía un refugio momentáneo de las preocupaciones que pesaban sobre mí.

― Gracias, Chiara. ¿Cómo estás? ― pregunté, intentando desviar la atención de mi propia situación.

Chiara suspiró antes de responder, mostrando un rastro de fatiga en su rostro.

― Estoy bien, Nicole, pero estoy más preocupada por ti. Sé que esto ha sido una montaña rusa emocional, y quiero que sepas que estamos aquí para apoyarte, yo y los demás. ― expresó sinceramente.

Asentí, agradecida por tener amigas como Chiara a mi lado en estos momentos difíciles. La conversación continuó, abordando temas más ligeros para alejar momentáneamente la pesadez en el aire.

― ¿Cómo llevas la espera de noticias sobre Matteo? ― preguntó Chiara, mostrando su preocupación genuina.

― Es difícil, Chiara. Cada día se vuelve una prueba, pero estoy decidida a enfrentar lo que sea necesario para proteger a nuestro hijo y asegurarme de que Giovanni pague por lo que ha hecho. ― respondí, apretando con determinación la mano sobre mi vientre.

Chiara asintió comprensiva, compartiendo mi deseo de justicia. La conversación nos unió en un lazo de solidaridad, recordándome que no estaba sola en esta batalla.

― Estamos aquí para ti, Nicole. No estás sola en esto. ― dijo Chiara, ofreciéndome un apoyo invaluable.

Mientras compartíamos ese momento de conexión, la promesa de amistad y apoyo me daba la fortaleza necesaria para enfrentar lo que estaba por venir. La incertidumbre podía ser abrumadora, pero la fuerza de la unidad entre amigos era un faro de esperanza en medio de la tormenta.

Dangerous: Juego TóxicoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant