Dangerous: Juego Tóxico

NICOLE

Estaba tranquilamente preparándome un bocadillo con tortilla de patatas hasta que mi móvil se iluminó en la mesa vibrando. Marcaba un número desconocido, pero igualmente lo cogí.

― ¿Diga? ― dije y esperé unos segundos, pero no había respuesta. ― ¿Hola? ― el corazón comenzó a darme un vuelco sin entender nada y apareció Iván al margen de la puerta.

― ¿Nicole, con quién hablas? ― me miró preocupado y me volví hacia él.

― No sé, alguien me llamó de la nada y... ― escuché un suspiró en la llamada y la voz que escuché me dejó paralizada.

― Amor, rastrea lo más rápido posible la ubicación de esta llamada... ― dijo Matteo al otro lado de la línea como si estuviese cansado y de la nada un zumbido se escuchó en el otro lado de la línea.

― ¿Matteo? ― dije desesperadamente. ― ¡Matteo! ― dije entre lágrimas y vi que la llamada se colgó y caí al suelo derrotada entre lágrimas.

Iván corrió rápido hacia mi abrazándome en el suelo mientras me consolaba, sentía mi corazón rompiéndose a pedazos. Ese zumbido fue un disparo... Le habían disparado.

― Él... ― dije sin poder procesar todo lo que pasó en el último minuto. ― Le han disparado... ― dije llorando. ― No puede morir, Iván. ― dije desesperada.

― Tranquila... ― me acarició el pelo mientras yo lloraba en su hombro. ― Él está bien, te lo prometo... ― dijo aunque ambos sabíamos que no era así.

― Tenemos que rastrear aquella llamada... ― dije llorando y rompiéndome más.

― Lo haremos, tranquila... ― siguió abrazándome y en eso llegó Chiara dándonos una mirada significativa.

― Tenemos que rastrear aquella llamada... ― dije, levantando la mirada hacia Iván. La urgencia de encontrar a Matteo y enfrentar la amenaza que se cernía sobre él se volvía más apremiante con cada latido de mi corazón roto.

Iván asintió con seriedad, comprendiendo la gravedad de la situación. Nos pusimos de pie, y con un gesto de complicidad, nos dirigimos hacia el equipo tecnológico que podría revelar la ubicación de la llamada. Mientras tanto, la incertidumbre y el temor se entrelazaron en mi interior.

Chiara observaba con preocupación desde la distancia, sus ojos reflejaban la misma angustia que sentía. Nos unía la conexión con Matteo, y su ausencia dejaba un vacío palpable en el aire.

Enfrentamos la pantalla con determinación, rastreando la llamada que había llegado desde el móvil que llamó Matteo. Cada segundo era una eternidad, y el silencio se volvía ensordecedor mientras esperábamos los resultados. La incertidumbre se apoderaba de mi ser, y mi corazón latía al compás de la ansiedad.

No podíamos acceder a la ubicación ya que según Iván estaba oculta y no quedó de otra que llamar a Ramiro el cual seguía en el hospital después de aquella emboscada.

Iván marcó rápidamente el número de Ramiro, y la espera se volvió aún más angustiante. Finalmente, después de algunos tonos, Ramiro contestó, su voz resonando con preocupación.

― ¿Iván, qué pasa? ¿Cómo está Nicole? ― preguntó, notando la tensión en la voz de Iván.

― No hay tiempo para rodeos, Ramiro. Necesitamos tu ayuda. Alguien ha secuestrado a Matteo, y Nicole recibió una llamada amenazadora. Necesitamos rastrear la ubicación, y pensamos que tu experiencia en el hospital podría ayudarnos. ― explicó Iván, compartiendo la gravedad de la situación.

Hubo un breve silencio antes de que Ramiro respondiera seriamente:

― Entiendo. Dame unos minutos, y estaré en la dirección que te enviaré. ― dijo seriamente. ― Me pondré en contacto con Aarav, para ver si puede rastrear la llamada. ― dijo mencionando al niño indio que trabajaba para Matteo. ― Luego nos veremos allí.