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Evan

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Evan.

Había pasado una semana desde la fiesta, y lo único que sabía era que Emmanuel, un compañero de equipo de Diego, conoció a una chica que entre algunos apodaron "Mora" por su cabello azul y morado. Ella al parecer se negó a darle su número y el chico me pregunto en repetidas ocasiones si no la conocía, ya que pertenecía a la preparatoria Monte Carlo. Negué una y otra vez a pesar de que si conocía a la chica, la cual en realidad se llamaba Alessandra. Ella es una de las personas con las que mejor me llevaba en el lugar, y no era difícil adivinar de quien se trataba, ya que eran contadas las chicas de ojos azules en mi escuela, y menos que tuvieran el cabello corto y de dos colores.

Tengo el presentimiento de que algo más paso esa noche, pero Diego no había querido hablar de ello, por lo que yo tampoco le pregunte mucho sobre el tema. Solo tengo la leve sospecha de que Damián era la causa de su molestia y no algún rechazo por parte de Zoe, ya que había estado toda la semana escribiendo cartas para mandárselas con Javier porque a ella le gustaba este tipo de romance y yo había estado ayudándole a redactar. Él puede ser un gran amigo, pero es pésimo con todo lo que sea escritura y amor. Por lo que casi todas las noches estamos tirados en el suelo tratando de hacer que escriba algo lindo.

—Apesto en esto, Evan —Diego suelta la carta mientras baja la mirada.

— Eres bueno con las palabras, bueno... me haces sentir bien— Le digo intentando hacerlo sentir mejor mientras le doy una gran sonrisa— La carta que me diste hace dos años cuando te confesé que iríamos a escuelas diferentes no estuvo tan mal. Tan solo ocupas algo que te salga del corazón.

—Nada más contigo lo soy, cuando salía con Leah ni siquiera fui capaz de mandarle un mensaje bonito sin sentir que era parte del trato de la relación—En ese momento vuelve a subir la mirada hacia mí—En ocasiones pienso que si realmente saliéramos seria increíble escribiéndote cartas. Tu logras sacar lo mejor de mí—Diego toma su vaso y bebe lo último que quedaba de este. El olor a frambuesa que desprende es bastante intenso.

—El sueño ya te afecta, Diego. Al igual que la bebida —Le digo mientras me levanto del suelo y llevo las cartas al escritorio—Ve a dormir, yo terminare esto.

Diego toma la botella vacía y la esconde debajo de la cama.

—Te amo Evan, eres la mejor persona que podría tener en el mundo.

Segundos después escuche un fuerte ruido en la cama, lo que significa que Diego se ha desplomado en esta al estilo de una plancha de lucha libre. En eso mi madre toca la puerta y en voz alta nos informa que no quiere escuchar ruidos extraños por la noche, por lo cual Diego solo bromea diciendo que pondrá una almohada en la cabecera, lo cual por suerte mi madre no entiende. O finge no entender.

Comienzo a corregir unas cuantas cartas que Diego escribió y las guardo en una caja aparte para poder pasarlas a limpio. Una vez que ya está todo guardado me acuesto al lado de Diego, el cual extiende su brazo hacia mí y me acerca a él. Se encuentra completamente dormido, pero es algo que suele hacer por instinto. Pasan unos minutos más y yo finalmente me quedo profundamente dormido.

the boys gameTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang