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Evan

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Evan

Mamá ha actuado demasiado raro desde el día de ayer que me recogió en la casa de Diego. Cuando llegue a casa note un olor a quemado, y minutos después nuestros platos ya estaban servidos con un intento de puré de papa con carne quemada. Aprecio que tenga el detalle de cocinar para mí, aunque mi estómago no lo hace.

El martes por la mañana le mandé un mensaje a Diego indicándole que mi madre me llevaría a la escuela, por lo que no tendría que llegar por mí.

« Extraño» Respondió. No lo culpo, ella jamás me ha llevado a la escuela debido a que trabaja muy temprano.

Ella disfruta arreglarse e intentar que el uniforme de la escuela luzca lo mejor posible en ella, pero estos días he notado que suele arreglarse más de lo usual. Hoy por la mañana noté que tiñó sus canas plateadas por un tono castaño claro como el que solía usar cuando era más niño.

—Te prepare algo— dijo poniendo un plato con waffles frente a mí. Voltee a ver y note que la tostadora estaba prendida, por lo que en algún momento de la semana tuvo que haberlos comprado.

—Sé que no saben igual como los hechos en casa… o como los de Diego— Mamá tomo su taza de café y sorbió sin retirar la vista.

—Tú también solías hacer unos muy buenos. Hace años que no...—me arrepentí de decirlo, ya que ella solo los cocinaba porque eran los favoritos de papá. Luego dejé de comer los que ella hacia porque me recordaban a él, hasta que Diego comenzó a hacerlos agregando diferentes tipos de esencias para que ese sabor no me siguiera recordando lo mismo.

—Esta mañana quería hacerlo, pero apenas me daba tiempo de llevarte a la escuela y llegar al trabajo.

—Sabes que no tienes que llevarme. Diego por eso se ofreció a hacerlo, para que tú no te preocuparas, e incluso podría tomar el camión.

—Justo por eso quería hacerlo, no recuerdo la última vez que estuvimos juntos en el carro camino a tu escuela— Mamá siguió tomando su café lo más rápido que pudo sin quemarse.

—Nunca habíamos tenido un carro para que pudieras hacerlo, y cuando lo tuvimos no había necesidad porque Monte Carlo quedaba en la siguiente calle.

—Cierto, bendita Isidora— Mamá hizo referencia a la madre de Diego, la cual le dio su antiguo automóvil en cuanto supo que el segundo trabajo que había conseguido mi mamá quedaba demasiado lejos del hogar de la abuela. En esas fechas Isidora también le dijo que podíamos vivir con ellos, pero no aceptó.

Termine de comer y me apresure a lavar los platos que use y la taza de mi mamá. Ella salió de la casa y pude escuchar que realizaba una llamada, pero hablaba muy bajo.

Una vez en el carro la plática regreso a los waffles que solía cocinar, y también hizo mención a la otra persona aparte de mí que los disfrutaba. Intente desviar la conversación, pero ella seguía volviendo de una forma no muy sutil.

the boys gameWhere stories live. Discover now