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Evan

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Evan

—¿Ya se besaron los protagonistas o cuál es el motivo de esa sonrisa? —preguntó Diego interrumpiendo mi lectura.

—Sí, demasiado rápido, apenas voy en el capítulo cuatro y son treinta— respondí sin quitar la vista del libro.

—Está claro que en este cuento va a salir algo mal—cantó Diego intentando imitar una canción con la que lleva días obsesionado—¿Percy le confesó primero su amor o solo se aventó?

—Solo se aventaron después de unos cuantos halagos. Creo que en ocasiones es más sencillo aventarte con la persona que hablar previamente de tus sentimientos. En general considero que la plática siempre es difícil.

—Estoy de acuerdo con eso— respondió Diego, el cual había comenzado a vestirse después de terminar de bañarse—En mis breves relaciones nunca he sido el confesar mis sentimientos el primer paso. Con Leah ella fue la primera en dar el paso, aunque considero que es mi relación más... ¿sentimental? Nunca le dije que la amaba, ni siquiera sé si lo sentía, quizá si. Con Martha.... bueno—Diego comenzó a reír ante el recuerdo—Ni ella me dijo que le gustaba ni yo se lo dije, solo sé que un día me besó en una fiesta y como me pareció linda le seguí la corriente aunque no fue una buena idea. Con Zoe creí que finalmente me podría enamorar o sentir esa conexión de la que todos hablan tan maravillosa, pero todo se fue al carajo—Diego se acostó en la cama y coloco su pie frente a mí para ayudarlo a colocar uno de sus botines— Por favor, sabes que los botines y yo no somos amigos.

Deje mi libro de lado no sin antes marcar la página y me giré para ayudarlo.

—Y aún así los sigues usando—dije refiriéndome al botín que claramente no entraba con facilidad.

—Me hacen ver bien, y no toda mi vida son tenis y rodilleras.

Finalmente el botín entró, pero Diego no se levantó de la cama, sino que permaneció recostado sobre sus codos.

— ¿Y tú?

—¿Yo que? —Pregunté sin entender— ¿Hablas de los botines? También me gustan, de hecho considero que se te ven mucho mejor que los zapatos de vestir.

—No hablo de eso, ¿Tu eres de los que suele aventarse o esperas que la persona se acerque a ti?—Preguntó Diego— Solo sé que odias cuando intentan juntarte con alguien o que te pregunten sobre tu vida amorosa.

—Odio que pregunten porque es inexistente—intenté moverme un poco hacia la izquierda para volver a tomar mi libro, pero Diego me tomó del brazo antes de que pudiera hacerlo.

—Siempre soy yo el que se la pasa hablando y tú nunca me cuentas nada—Diego me vio directamente a los ojos.

—Por ahora no hay nada que contar. Todo lo relacionado al romance en mi vida son los libros.

the boys gameOù les histoires vivent. Découvrez maintenant