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Diego

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Diego

El recuerdo de mi pastel con una oblea de Loki se posiciona frente a mí, por lo que me doy cuenta de que estoy soñando, o al menos recordando en sueños. Los globos color verde que decoraban mi sala comienzan a caer, y las personas extrañas y adultas comienzan a llegar. Mi mamá había pasado varias horas tras nosotros mientras mi fiesta se desarrollaba, por lo que no la culpe cuando invitó a sus amigos después de que mis compañeros de clase comenzaron a irse al terminar de comer el pastel de tres leches que habían preparado para mantener el otro intacto.

Evan había estado insistente en partir el otro pastel hasta que solo estuviéramos los dos, por lo que en cuanto nuestras mamás se distrajeron tomamos el pastel redondo y salimos corriendo hacia mi recamara. Al llegar lo colocamos cuidadosamente en la mesa e intentamos retirar la oblea. Únicamente una parte salió intacta, por lo que me rendí y comencé a cortarlo sin importar que se arruinara aún más.

Evan y yo tomamos nuestras enormes rebanadas de pastel y las colocamos frente a nosotros en el suelo mientras platicábamos y buscábamos algo que ver en la televisión.

El recuerdo se torna borroso, pero aparentemente lo que escogimos para ver era tan aburrido que preferimos platicar mientras comíamos. Evan sacó a plática el nuevo libro que había leído, el cual consideraba su favorito. Evan solía considerar cada semana el que más le gustaba como su favorito.

El libro se llamaba mi primer beso, y podía notar la emoción con la que narraba la trama. Él dijo que le parecía increíble que las personas vendieran besos. En su opinión personal debe ser asqueroso compartir saliva con un montón de extraños y tocar los labios de alguien con los ojos vendados.

-Por eso nunca has besado a nadie- dije riendo. Luego guarde silencio al recordar que yo tampoco había besado a alguien.

Nuevamente el recuerdo se volvió confuso. No recuerdo cuál de los dos sugirió que sería buena idea probar lo que se sentía besar a alguien, y la mejor forma de hacerlo sin tener la saliva de extraños en nuestra boca era hacerlo entre nosotros que nunca habíamos besado a alguien.

Al tocar los labios de Evan con los míos recuerdo claramente una sensación extraña en mi estómago, y la forma tan torpe en la que ambos intentamos abrir la boca como lo habíamos visto en varias películas. Finalmente recuerdo que nos alejamos y nos reímos, Evan dijo que no era la gran cosa, y yo fingí estar de acuerdo con él.

...

Al despertar lo primero que veo es a Evan a mi lado dormido. Su boca permanece levemente abierta, lo que lo hace ver demasiado gracioso y adorable. Su cabello castaño y ondulado cae delicadamente sobre su piel bronceada.

Jamás me había detenido a verlo tan detalladamente por las mañanas en todos estos años. Aunque si había notado lo preciosa que es su piel y como ni la más mínima de las cicatrices que hay en esta arruina su rostro.

the boys gameWhere stories live. Discover now