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Evan

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Evan

El sonido de la alarma retumbó en mis oídos una y otra vez. Los nervios provocaron que no pudiera conciliar el sueño más que por unos minutos, y cuando finalmente pude hacerlo el sonido de mi teléfono me indico que ya tenía que levantarme.

Al pedirle a mi madre el cambio de escuela no me había puesto a pensar en lo que esto significaría y como las cosas podrían ser diferentes. El primer cambio que no esperaba era estar en un salón diferente a Diego. Mis apuestas para no sentirme solo en el salón recaían en él, pero ahora esto se va a sentir como en primer año siendo el chico nuevo, algo que había querido evitar. Le conté sobre esto a Sora, la cual me aconsejo que lo mejor era cancelar el cambio y volver si no me sentía cómodo estando en otro salón, pero la decisión ya estaba tomada.

Sora era la capitana del equipo de Voleibol femenil en Monte Carlo, y desde el primer día que nos conocimos me tuvo bajo su manto, siendo esta la única persona que sabía mi orientación sexual. Esto era algo que ni mi madre ni Diego sabían, más que nada porque temía su reacción hacia mí o que cambiara su forma de ser conmigo.  Solo le conté a Sora porque es más fácil hablar con alguien que no tiene una imagen de ti. Respecto a esto, Sora siempre me dijo que si ellos realmente me amaban iban a aceptarme sin importar eso.

Minutos más tarde mi madre entro para avisarme que ya se iba al trabajo y  tenía que levantarme porque Diego iba a pasar por mí en media hora. Con gran dificultad me levante de la comodidad de mi cama y fui al baño. Me mire frente al espejo y vi mi cara hecha un asco, llena de ojeras por la falta de sueño. Puse algo de música y tome una ducha. Al salir me coloque la sudadera verde con el nombre de la escuela y un pantalón de mezclilla liso, ya que la sudadera y playera eran la única parte obligatoria del uniforme. Los ojos me duelen tanto que decido no usar los lentes de contacto y opto por dejarme las gafas, ya que por la hora Diego debe estar esperándome afuera.

Agarre mi mochila y salí de la casa cerrando con llave y revisando dos veces que estuviera bien cerrado. Al subir Diego me saludó y comienzo a reír.

—No me sorprende— dice al verme con las gafas, clara señal de que mis ojos no podían tolerar los lentes de contacto, ya que no me gusta usar las gafas a menos que de verdad no pueda colocarme los lentes de contacto— Realmente no me sorprende— vuelve a decir mientras se estira hacia el asiento trasero de su auto y toma una bolsa de cartón para colocarla en mis piernas. Abro la bolsa y veo unas cuantas hamburguesas dentro.

—Gracias— digo antes de comenzar a comer—No podía dormir y cuando por fin pude hacerlo se me hizo tarde, apenas alcance a bañarme.

—Me lo imaginaba, los primeros días de clase nunca han sido tu fuerte— responde Diego mientras intenta tomar una hamburguesa con una mano. A pesar de que ambos compartimos el no poder dormir la noche antes del primer día de clases, él por alguna extraña razón si se puede levantar temprano. — ¿Tienes el horario? — Preguntó.

the boys gameWhere stories live. Discover now