15 de diciembre

3 1 0
                                    

Estabamos a mitades de mes, el tiempo empezaba a pasar mas rapido de lo que tal vez quisiera. No podía creer en todo lo que había pasado en este corto tiempo, que a veces se había vuelto eterno y caotico. Pero que a su vez lo mas divertido que me ha pasado, no sabía si era una señal del destino, o tal vez karma. 

Creo que papá estaría divertido de ver lo que pasa. Tal vez se reiría de mi divertida vida, estoy segura que aun así me apoyaría y contaría con su comprensión. Probablemente no hubiera aceptado que Sebastián se quedara en casa, no era su favorito, aunque la situación cambio y Sebastián esta solo y nada de lo que creí de él era lo que pensé. 

Despejo mi mente y me veo al espejo, Aurora me había prestado un vestido rojo que me llegaba a los talones, no me sentía tan comoda ya que no era muy mi estilo. La ocasión lo ameritaba, me metí en este problema y era momento de solucionarlo. Para mi suerte mi cabello había amanecido mas dosil de lo normal y se ondulo de la forma correcta, esto pocas ocasiones pasaba. Mi mayor problema ahora era mi maquillaje, durante el día había intentado ver vídeos y con el maquillaje de mi amiga me dio su maquillaje, era todo un lío trataba de entender, no era facil, pero no imposible. 

Finalmente como pude me coloque las zapatillas, me costaba un poco el caminar, no me daría por vencida —probablemente me cansaría a medía noche—, termine por darme los toques finales, salí de mi habitación para ir directo a la sala, Sebastián daba vueltas cerca de la puerta, la verdad es que no se veía mal con ese traje y la corbata un poco desalineada, había tratado de acomodar su cabello aunque tenía algunos pelitos rebeldes, se veía mas guapo de lo normal. 

—Vas a terminar haciendo un hoyo si sigues así —murmure.

Me miro y por fin se detuvo. No dijo nada, solo me miraba sorprendido. Y no lo juzgo, yo tampoco me imaginaba usando esta ropa. 

—Luce apropiado y no se te ve mal. Te sienta bien el color y bueno, por primera vez no pareces desalineada con tu cabello rebelde —dijo mientras no paraba de sonreir, parecía tonto. }

—¡Por supuesto! Soy una belleza y se que seré la mas guapa del lugar —dije de manera segura.

Realmente esa ni yo me la creía, pero tenía que tener seguridad de mi. 

—Estoy seguro que así sera y yo seré el mas afortunado de tenerte como compañera esta noche y bueno mas que compañera, seras mi esposa por unas horas. 

No pude evitar no ponerme roja, la manera de decir las cosas de Sebastián me ponían nerviosa y a su vez me hacián darme cuenta de lo que era y lo que vale como hombre. 

—Bueno es mejor que vayamos, antes de que se haga tarde. 

Sebastián había rentado un auto, yo iba en el lugar del copiloto. Estaba realmente nerviosa, me sudaban las manos, cada vez nos acercabamos mas a la dichosa fiesta. 

—Pensé que sería bueno decir la verdad en el punto de como nos conocemos, nuestras familias. Sera lo mas facil y lo mejor —dijo sin despegar la vista del camino mientras conducía. 

—Perfecto.

—En cuanto al matrimonio, diremos que nos encontramos cuando tenías diesciocho años y al poco tiempo nos casamos, ya que siempre estuvimos enamorados. Aunque no hemos podido vivir juntos por nuestros compromisos, pero que pensabamos hacerlo. 

—Bien, eso parece bien. Suena raro pero como los dos llevamos vidas con distintos caminos profesionales, cada uno va por su sueño, sabiendo que cuando termine mi carrera podemos vivir juntos. 

Durante lo que faltaba del camino no hablamos nada mas, yo seguía nerviosa, no sabía como descifrar su silencio, probablemente estaba igual que yo, pero no decía nada. Me daba miedo que no funcionara. Llegamos al salón donde nos habían citado, estaba afuera de la ciudad y parecía que no había muchos invitados, el evento parecía aun mas exclusivo. 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 09 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Días de diciembreWhere stories live. Discover now