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Llegó el fin de semana, aún no había ido a eso de las reuniones del ejército de Dumbledore, Harry vino a buscarme; pero le dije que no iba a ir, porque me sentía mal.

En fin, en la mañana fui al salón de pociones, no era una sorpresa que mi padre y Draco estuvieran ahí. Lo que me sorprende es que ahí estaba la profesora Potter, hablando con ellos dos, parecía enojada.

—Buenos días, profesora Potter — saludé — hola papá — dije mirando a mi padre y voltee a ver a Draco; pero no dije nada.

—Buenos días, Lilian — saludó la profesora Potter — Yo debo irme, espero que tengas buen día — dijo y se fue.

—Que bueno que ya estén los dos aquí, pueden entrar — dijo mi padre y abrió el salón de pociones, que estaba totalmente desordenado y parecía algo hecho a propósito — Volvere al medio día, para ese momento quiero ver todo ordenado. ¿Entendido? — preguntó.

—Si, entendido — respondí — puedo preguntar qué les tocó hacer a los demás.

—No, comiencen a limpiar y ordenar, sin varitas — dijo y se fue.

—Tracey limpiará el baño de prefectos, Theo y Daphne tienen trabajo juntos van a ir al salón de herbologia a ordenar las cosas de ahí — dijo Draco y lo ignoré.

Entre a la sala de pociones, y me fijé rápidamente en el estante de ingrediente y me acerque ahí.

—Yo ordenaré el estante — dijo Draco. Pude los ojos en blanco y me fui por una de las escobas para poder barrer.

—Si quieres yo también puedo barrer — volvió a hablar.

—Draco, yo sé barrer, yo sé ordenar estantes y en realidad sé hacer muchas cosas, no quiero que me molestes o me propongas hacer algo por mi, yo puedo sola — dije y tome la escoba.

Empecé a barrer, todo estaba en silencio. Ordene los libros y Draco ordenó los materiales, cuando yo quise revisar el estante de libros, él también se acercó. Me aleje de ahí, e intenté buscar alguna otra cosa más que ordenar; pero no había nada y decidí sentarme en una silla, para descansar un rato, Draco me siguió y se sentó frente a mi.

—Lo siento por haberte insultado, no debí...

—Callate, quiero silencio — dije y cerré los ojos.

—Lo siento — dijo.

—Llamaré a mi papá para decirle que terminamos de limpiar — intenté irme; pero Draco me agarró de la mano — Sueltame, hablo enserio.

—Lo siento, por lo menos seamos amigos, por favor — pidió y me solto la mano.

—No, no quiero ser tu amiga, déjame en paz, por favor — dije.

—Lilian, enserio lo siento — siguió insistiendo.

—No — dije.

—¿No? — preguntó.

—Si, eso dije — respondí.

—Esta bien — dijo.

—Voy a llamar a mi padre y otra vez me alejare, ya no hablaremos — dije segura.

—Por lo menos seamos amigos — dijo.

—¡No!, nunca más en mi vida — grite.

—¿Qué pasa aquí? — dijo mi padre, me acerque a él y le dí un abrazo, por alguna razón me sentía indefensa, por eso lo abrace y me puse a llorar mientras lo abraza.

—El castigo termino, vaya a su cuarto señor Malfoy — dijo mi padre, quien ahora me estaba abrazando.

—Si, lo siento — dijo Draco y se fue.

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