Capítulo 1. La petición

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Regulus entró en la habitación de los merodeadores, atravesando la sala común de Gryffindor con las miradas curiosas de los que participaban en esta casa. Regulus se preguntaba si era por el hecho de que el aclamado y orgulloso Slytherin estuviera en esa sala común o por las notables magulladuras que sufría en su rostro por culpa de las mismas personas que le crearon.

Pero sabía que tenía que hacerlo, sabía que no podía volver a esa casa que a él mismo le gustaba nominarla su propia y privada casa de los gritos, aunque le cambió el nombre a la suya añadiendo una palabra que encajaría más con la descripción : La casa de los gritos ahogados. También sabía que esta era la única solución para no volver a ella y, aunque pasase vergüenza en ese momento, era su única esperanza, bueno, la suya y la de sus amigos.

La habitación de los merodeadores era como las habitaciones Slytherin pero de otros colores, además de que cada cama tenía su particularidad distinta que la hacía posible de diferenciar entre los cuatro habitantes de ella.

La puerta fue abierta por Lily Evans, Regulus agradeció con una sonrisa de labios cerrados el haberle ayudado a entrar en la habitación de los chicos y, cuando la pelirroja cerró la puerta, el menor aprovechó para buscar con la mirada la cama que mas se intuía que podía ser la de su hermano.

Después se sentó en la cama próxima en la derecha que reconoció ser de su hermano Sirius al no estar hecha y tener un disco enfundado del Muggle que le gustaba escuchar: David Bowie.

Estuvo allí un rato, en completo silencio y permitiéndose el, aparentemente, privilegio de derramar lágrimas tras lo ocurrido en esa última visita de fin de semana largo que había sido aprovechado para visitar a sus padres.

Aunque mucho dolor caían en forma de lágrimas de sus ojos no había ni una pizca de arrepentimiento en ellas, no se arrepentía de lo que había hecho pero sí temía como lo solucionaría.

En un rato la puerta fue forzada a abrirse el corazón de Regulus latió con miedo y fuerza y sintió como su mente se nublaba y olvidaba todo lo que tenía que decir.

Los cuatro merodeadores, que estaban bromeando sobre cosas sin importancia, se detuvieron mirando al menor de los Black con estupefacción.

—¿Regulus?—preguntó Sirius en un leve murmuró al ver a su hermano con ojos rojizos por las enfermizas gotas que habían caído de sus ojos apenas hacen unos minutos.

—Sirius—saludó formalmente asintiendo levemente—, compañía—dijo refiriéndose al resto de merodeadores que miraban de la misma manera que su hermano a Regulus—, lamentó esta inesperada visita, no ha sido muy fácil para mí tampoco organizarla—se disculpó con su seriedad aristócrata que siempre portaba consigo mismo—. No obstante, necesito un favor vuestro, ¿no os importaría dejarme un poco de vuestro tiempo?

Sirius miró a su grupo de amigos buscando también una respuesta de ellos, aunque él ya la tenía clara y concisa.

—¿cuanto tiempo ocupará?—preguntó Remus mientras revisaba la hora con un hechizo—tengo clase de astronomía en dos horas, no puede alargarse mucho la reunión si me quieren tener presente.

Regulus asintió levemente y sonrió con amabilidad al aceptar—no te preocupes—respondió Regulus con esperanzas—, no ocupará mucho tiempo.

Regulus se sentó en la cama de su hermano mientras que los merodeadores ocupaban la cama de James, como estaban al lado se hacían ver enfrente del Slytherin.

La conversación empezó con un delicado Regulus explicar cómo, en sus últimas visitas de sus amigos y él mismo con sus respectivas familias, habían sufrido toda clase de abusos relacionados gravemente con la violencia al usar maleficios como "Crucio" en su contra para "castigarles" y, al haber delatado en una áspera conversación sobre cómo se sentía realmente en sus familias ante sus progenitores, buscando consuelo en ellos, habían acabado en la calle.

Dada esa situación y en la experiencia nula de sus demás amigos en esas situaciones optaron por pedir ayuda a Sirius que se había visto involucrado en esa misma situación y era la persona más próxima a los Slytherins que había sufrido el destierro.

—de ahí—continuó Regulus después de su no muy específica situación—, me ha llevado a preguntarte, Sirius, ¿donde te quedaste tras destierro de Walburga y Orión?—preguntó Regulus al finalizar su momento de conversación y explicación.

Sirius miró a James con lamento al tener que responder a la pregunta de su hermano sin poder proporcionarle la ayuda que necesita—Reggie—al final se animó a contestar con la verdad—, me quede en la casa de los Potter, los cuales me ofrecieron cobijo.

Regulus intuía esa respuesta de su hermano, a su vez, temía que fuera la correcta puesto que no resolvería el conflicto que se le presentaba a penas a unas semanas de terminar el curso escolar de Hogwarts con la llegada de las vacaciones de verano.

—oh—murmuró—sí, sí, me la imaginaba—añadió Regulus rascándose la nuca con incomodidad.

La mirada de Regulus mostraba su preocupación al imaginarse como tendría que afrontar el futuro, James la noto.

—en realidad...—se optó por formar parte de la conversación con delicadeza—, eres más que bienvenido a nuestro hogar, Regulus, eres el hermano de mi hermano no de sangre—sugirió James, llevándose una mirada confusa de sus amigos y esperanzada brevemente por el Slytherin.

—Gracias por la oferta—agradeció con modales el menor, sintiendo su corazón latir con velocidad ante ello—, sin embargo, me tendré que decantar por rechazarla. No soy sólo yo el que necesita un hogar, mis amigos están igual de necesitados que yo y no puedo abandonarlos—respondió—, ellos son mi familia no sanguínea.

James suspiró y contestó ante Regulus, afirmando que sus padres estarían en total desacuerdo con esto pero nublado con la idea de ayudar al joven de mirada gris—ellos están invitados también.

Regulus miró con confusión, esperanza y agradecimiento al amigo de su hermano, no tardó mucho antes de que uno de los presentes, los cuales estaban tan sorprendidos como Regulus, optase por decir algo—James, Effie no tomará esta noticia de la manera que esperas que se la tome—comentó Peter, intentando advertir y persuadir a Regulus de la idea espontánea que había planeado.

—Ella entenderá la situación, Peter—respondió James, mirando de reojo a Regulus para evitar que su reacción cambie ya que su sonrisa espontánea le hacía verse bien—, dudo que me reniegue él ayudarles.

—me es, en serio, de mucha ayuda, Potter—pudo hablar Regulus, aún sin creerse la oferta de James tan generosa que consiguió solucionarle los problemas al menos en el verano—. No te arrepentirás—concluyó Regulus, levantándose de la cama con su pose común para volver a la sala común Slytherin y a su habitación.

Regulus salió de la habitación con un peso fuerte apartado de sus hombros.

Verano con los PotterWhere stories live. Discover now