Capitulo 14. Escondite

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El escondite, un juego tan fácil, divertido y lo suficientemente competitivo para que sea entretenido jugarlo. Ese juego que ha estado en la infancia de todos o, mejor dicho, de casi todos.

Por muy increíble que parezca ninguno de los Slytherins había jugado nunca al escondite. En parte sería por las estrictas normas de su casa que, ahora que no estaban en ella, no tendrían que acatar, pero eso no eliminaba los dieciséis años de vida en los que su infancia se les fue arrebatada.

Aunque Sirius hubiese pasado por lo mismo él llevaba un año de diferencia con su hermano, a lo que quiero llegar es que el ya ha vivido con los Potter durante tres años y, en ese tiempo de convivencia, el escondite fue uno de los juego que más entretenía al anterior heredero de la casa Black.

—supongo que podríamos intentar jugar—propone Pandora después de escuchar las reglase previamente explicadas por Remus Lupin—, seguro nos lo pasamos bien.

—aunque—se aventuró la rubia de Gryffindor—, sería mejor si nos ponemos en parejas ¿no creen?

—tu solo quieres besarte a escondidas con Dorcas—refunfuño Mary, pero al mismo tiempo se acercaba a la pelirroja de Evans y sonreía de manera cómplice.

—¡Me pido con el amor de mi vida!—exclamo Barty, para después lanzarse sobre Evan que pedía desesperadamente algo de ayuda.

—pues yo podría ir con...—iba a sugerir James, pero fue interrumpido por la rubia de Slytherin que imitó a su cuñado y se lanzó sobre Regulus.

—¡Vamos a ganar, Reggie!—exclamó de manera optimista, Regulus asintió felizmente y trasmitiéndole a su mejor amiga la, muy escondida, faceta optimista que tenía en su interior.

James apretó levemente los puños sobre si mismo, quería alejar a la rubia de ojos azules de su Regulus.

"Oh no" Pensó para su adentros, Regulus no era suyo, se estaba apropiando de una persona y eso era lo contrario de lo que le quería demostrar al pequeño pelinegro, quería enseñarle que era libre y que James, sí él Slytherin quería, podía ser su lugar seguro.

Decidió soltar la ira a la vez que desempuñar la mano y sonreír al ver que el chico que hacía a su corazón latir con fuerza sonreía emocionado ante la idea de poder jugar al escondite habiendo tenido una infancia llena de hostilidad y desprecio ante la idea de que un niño sea feliz.

Al poco tiempo sintió el brazo de su amigo Sirius en sus hombros y sonrió ante lo que parecía una invitación a ir juntos en el mismo equipo. Sonrió ante eso y miró cómplice a su amigo.

—vamos a ganar, Prongs—un ápice de certeza lleno la mirada del Gryffindor, James asintió con fuerza para después mirar a Regulus ¿tan horrible sería dejarle ganar? ¿Se vería así de feliz si ganase el juego? Bueno, por intentarlo...

Para fortuna de unos y desgracia de otros (James entraba en este primer grupo) fueron Sirius y James los que tuvieron que contar para que los demás se escondieran. El Gryffindor de gafas estaba realmente feliz, perfectamente podría dejar ganar al Slytherin hermano de su mejor amigo, solo tenía que convencer a su compañero de que les dejase ganar. Así que, en vez de contar, James le comento la idea a Sirius intentando no sonar desesperado por su aprobación.

—¿que te parece?—pregunto después de explicarle su forma de hacer que los vencedores sean Pandora y Regulus—, Regulus estaría muy feliz y no perdemos nada.

—perdemos el juego—respondió Sirius—. Además ¿por que quieres que Reggie gane? No es que te haya tratado con una amabilidad colosal.

—siento que como me ha tratado es su forma de ser amable conmigo—sonrió ante el recuerdo del trato que había tenido con el menor y de como, apenas estando a una semana conviviendo juntos, ya había conseguido bastantes besos, sonrisas y abrazos por parte del menor.

—bueno—suspiró resignado Sirius—¿no hubiera sido más fácil decirme que te gusta y ya?

James se paralizó en ese momento, se le pasaban por la cabeza unas cuantas preguntas, la mayoría con respuesta un tanto obvia como "¿sabe que me gusta Regulus?"

—¿que?—intentó hacerse el inocente—, no se de que hablas—lamentablemente James no era el mejor de los actores. Sirius simplemente sonrió por la expresión de James, comprobando sus sospechas, después se levantó de donde estaban sentados y extendió la mano hacia su mejor amigo y, supuestamente, futuro cuñado.

—venga, Prongs—James accedió allá ayuda, levantándose de un salto—, vamos a dejarle ganar a Reggie.

James sonrió cómplice, chocó su puño con él de Sirius y empezaron a correr por el bosque, en busca de sus amigos.

El frondoso bosque estaba repleto de árboles de troncos gruesos, ramas espesas con rebosantes hojas y musgos pegados a los costados más húmedos de los mismos troncos de los árboles. Los grillos repiqueteaban como siempre hacían, dándole a Regulus un ápice de soledad aún en compañía de su mejor amiga.

—muy bien—suspiró exasperada la chica después de unos segundos de silencio sepulcral—, dime, ¿que te traes con James Potter?—pregunto apoyando su brazo derecho en el costado de su cadera con simpleza.

—nada—intento responder con seguridad el menor, provocando únicamente una respuesta con un acento algo dubitativo, inseguro de la respuesta a esa pregunta.

Pandora le miró con su típico rostro acusatorio e incriminado, Regulus suspiró resignado y vencido tras la competición de miradas pasados unos segundos.

—Repetiré mi pregunta, se sinceró—amenazó la chica con cara de pocos amigos—¿que te traes con James Potter?

Regulus vaciló levemente antes de responder en un murmuró avergonzado:—estoy enamorado de él.

Pandora únicamente se llevó las manos al rostro con total cansancio—lo que me faltaba, ahora tendré que soportar a un Regulus enamorado—pensó en voz alta.

—sí, bueno, hablando de eso...—bajo la mirada con una sonrisa pícara en sus labios y un complejo juego de manos en ellas—creo que también le gusto—soltó al final, esperando la reacción de la chica.

Ella se llevó la mano hacia el tabique de la nariz y lo masajeo con fortuita delicadeza—¿por que crees eso?

—en parte por que me lo ha dicho—respondió con sencillez—, la otra parte es que me beso.

La conversación transcurrió con felicidad, acentuando los puntos claves y emocionados ambos por el relato.

Lo que no sabían era que cierto chico de pelo denso, negro y largo estaba escuchado la conversación con todo lujo de detalles.

Verano con los PotterWhere stories live. Discover now