Capitulo 11. Baño en el río

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Regulus entraba despacio a la gélida agua del Río, estaba tan fría que no podía meterse aunque sabía que, cuando se metiese, ya entraría en temperatura ambiente con el agua.

Algo que le pareció curioso al Slytherin era la profundidad del Río. Remus, el más alto del grupo y James, el segundo con más altura, eran los únicos que conseguían llegar al fondo. James se había metido solo un corto rato mientras que Remus tenía a un Sirius asustado de hundirse agarrado a su cuello sin querer separarse, eso no molestaba a Remus, quien sonreía complacido y abrazaba a su pareja con cariño.

Regulus noto cuando James se sentó junto a él con su cuerpo mojado, sin embargo, decidió ignorarlo.

—¿no te bañas?—preguntó al ver al Slytherin únicamente remojando sus pies.

—Está muy fría—contestó el menor con indiferencia, aún conservando su vista en sus pies ya acostumbrados a la temperatura del agua.

—tonterías—respondió James, poniéndose de pie de un salto, colocándose tras Regulus, agarrándole de las axilas y levantándole para después cargarle en un abrazo de Koala mientras él Slytherin gritaba que le soltara.

—ni se te ocurra—dijo Regulus mirándole con cara de pocos amigos al mayor, el contrario sonrió y se lanzó al agua cargando a Regulus en sus brazos.

James salió del agua con el pequeño en brazos, no se quería separar del abrazo del mayor y, al igual que Remus con su novio, el Gryffindor no se quejaba de eso.

—Ni se te ocurra soltarme—pidió a modo de amenaza el menor.

—¿que pasa?—preguntó burlón James—¿no sabes nadar?—continuo con la burla hasta que el menor bajó su mirada, avergonzado—oh...ósea no es algo malo, que va, mucha gente no sabe nadar y no pasa nada por...

—James—interrumpió el menor subiendo su vista de nuevo—, no pasa nada.

El Gryffindor suspiró aliviado y agarró con fuerza al Slytherin, quien había apoyado su cabeza en el hombro de este.

Al cabo de un rato, James le preguntó en un susurro—¿te lo estás pasando bien?

—sí—contestó el menor otra vez con indiferencia pero sin querer alejarse de su contrario—, de todas formas ¿por que no vas a abrazar a Evans? Seguro te entretiene más que yo.

—Eso seguro, tú no estás hablando—respondio a broma, sin embargo, giró su cabeza y le dio un pequeño beso en su rostro, que apoyaba en el hombro derecho—, pero es que quiero abrazarte a ti.

El corazón del menor empezó a latir con gran velocidad y una reprimida sonrisa dibujó su rostro.

Verano con los PotterWhere stories live. Discover now