Capitulo 2. Maletas

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Ese día los Slytherin se levantaron bastante temprano. Nadie tenia aún nada empacado y era ese mismo día el cual despedirían Hogwarts un curso más para pasar el verano.

La habitación de los Slytherins era un caos, que sí Regulus se duchaba, que sí Barty había perdido la camisa de Quidditch de Slytherin, que sí Lucius no tenía el peine y Severus, mágicamente, tenía un peine nuevo idéntico al de Lucius. Evan, estresado y con el macuto ya preparado, salió al pasillo cargando la maleta extremadamente pesada.

Nada más Evan salió al pasillo de Hogwarts con la carga de la maleta se encontró a los cuatro merodeadores esperando con paciencia.

Evan se acercó a los Gryffindors con educación y saludó a cada uno con un beso en cada mejilla y un "hola, buenos días, gracias por todo" a medida que saludaba a cada una de las personas.

—Ah—recordó con timidez—, soy Evan Rosier—se presentó aun conservando la timidez, esperando después de presentarse a que los demás también lo hicieran.

—James Potter—empezó el alto de gafas—, este es Remus Lupin—señaló a su amigo—, Peter Pettigrew—continuó—y creo que ya conoces a Sirius Black.

Evan asintió ante lo último—sí. Regulus me ha contado varias cosas sobre vosotros.

Remus sonrió ampliamente con amabilidad—gracias, perdónanos por la tardanza—se disculpó—, hay gente—miró con amenaza a James y Sirius—que no se ponían de acuerdo sobre las pertenencias de cada uno.

—sigo pensando que ese era mi cepillo de dientes—refunfuñó Sirius cruzándose de brazos y mirando para otro lado.

—no importa—minimizó Evan con una sonrisa—, de todas formas, a los demás también les queda lo suyo—comentó mirando para la puerta de la sala común, donde se escuchaba el griterío de Lucius pidiendo a Severus que le devuelva su libro.

—sí, lo podemos notar—respondió Peter, a continuación un sonido de algo hecho de cristal rompiéndose en el suelo sonó desde dentro de la sala común.

—¡Regarde ce que tu as fait, morceau de crétin!—se escuchó la voz de Regulus insultando en Francés en un grito enfadado.

—Lo siento, Reggie—se disculpó la voz nerviosa de Barty—, yo lo arreglo—otro golpe seco sonó desde dentro de la habitación.

—¡Oh, connard!—volvió a gritar en francés—¡Regardez le désastre que vous avez monté! ¡Mieux vaut ne pas bouger que vous allez casser autre chose!

—¡No me hables en Francés que no te entiendo!—grito Barty de respuesta.

—¡Imbécile!—grito de nuevo Regulus en Francés, esta vez se escucharon pasos cada vez más fuertes y más cercanos a la puerta.

—¡Eso sí lo he entendido!—grito en respuesta Barty.

Esta vez la puerta se abrió y dejó ver a un intranquilo Regulus que cargaba una muy pesada maleta. James al verle reacción velozmente tomando el macuto de sus manos con cuidado y delicadeza, quitándole a Regulus el peso.

—Oh, gracias—agradeció Regulus dejándose cargar la maleta—. Je suis désolé d'avoir pris du retard, il y a des problèmes là-dedans—dijo en francés hablando con su hermano, que entendió perfectamente lo que decía el menor.

—Pas de problème, mais ¿y a-t-il encore beaucoup à faire?—respondió Sirius garantizando a Regulus que no pasaba nada.

—no lo se—respondió —. Un momento—pidió Regulus, para después girarse a la puerta y gritar, a sus amigos y compañeros de cuarto—¡Dépêchez-vous ou je jure que je pars sans vous, bande de rats affamés!

—¡que te calles ya!—grito en respuesta Barty, quien después volvió a tirar otra cosa que cayó rota en mil pedazos en el suelo—, ups.

Regulus se giró con paciencia la justa y sonrió forzadamente y se balanceó sobre sus mismos pies, buscando algún cambio de tema.

Evan, algo alterado por la situación, decidió acercarse a Regulus con cuidado y, en susurros le preguntó a Regulus diferentes cosas en relación al camino a la casa de los Potter, al equipaje y a aquel libro que Evan le dejó hace tiempo y que sigue sin aparecer y del cual empieza a sospechar que no lo recuperará.

Después de un rato, Lucius salió al pasillo junto a Evan, Regulus y los demás merodeadores, explicando que no había recuperado su supuesto peine y que Severus es, en palabras textuales, "una pobre rata que no puede ni comprarse un puto peine".

Cuando por fin todos los Slytherin se encontraban fuera (Barty endeudado con Hogwarts por romper la mayoría de cosas que se podían romper en la sala común Slytherin y con una reprimenda bien larga en Francés de Regulus) consiguieron montar en el tren, donde se volvieron a dividir en sus grupos normales.

Los Slytherins se marcharon con Pandora Rosier, hermana de Evan que habitaría en la casa de Dorcas Meadowes y esta recién nombrada que les acompañó en la cabina como se hacían todos los años.

Los Gryffindors, por otro lado, estuvieron con Mary McDonald, Marlene Mckinnon, Lily Evans, Alice Fortescue y Frank Longbottom. Pasaron un camino agradable en la cabina donde compartieron sus planes de verano con sus familiares.

Verano con los PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora