Capitulo 8. Interesante

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Regulus bajó a la cocina con unos pantalones hasta las rodillas anchos y negros, unas converses verdes con calcetines negros y una camiseta que todos los jugadores de Quidditch de Hogwarts tenían, solo que esta era de Gryffindor.

En la cocina no había nadie, supuso que los demás estaban dormidos así que decidió desayunar cuando los demás llegasen. Se dirigió al salón donde había un gran estante lleno de libros, busco uno que le llamase la atención o del cual reconociese al escritor, al final tomó uno con un nombre interesante y se sentó en el sofá a leer.

—¿que llevas puesto?—preguntó Barty cuando le vio usando la camiseta de Quidditch de cierto cuatro ojos de la casa Gryffindor.

—siempre he pensado que me quedaría bien el rojo—contesto Regulus, sin levantar la mirada de las páginas que leía—, ahora se que tenía razón—sonrió, levantando al fin la mirada a su amigo.

—Estas muy mal—respondió Evan, sentándose en él apoyabrazos en el que Regulus apoyaba su cabeza al estar recostado en el sofá y le acarició el pelo—. No te hagas ilusiones con el, por favor—pidió Evan a su amigo, él sabía el romance que Regulus tenía con James desde que era muy pequeño.

—tarde—respondió el menor centrándose en su lectura.

Pasaron un par de minutos cuando James Potter entró al salón, también ya vestido. Cuando vio al sofá donde estaba Regulus leyendo y llevando su camiseta tardó más bien mucho en reaccionar.

—Hola, Potter—saludó Regulus sin levantar la mirada del libro.

James simplemente hizo un gesto de saludo con la mano, asintiendo con la cabeza y sentándose en un sofá individual intentando evitar la mirada de Regulus y el par de víboras Slytherins que notaron la tensión que había entre ambas partes.

—Potter—siseo Barty, acercándose a él—¿no tienes nada que decirle a Regulus sobre su camiseta? Le queda bien ¿no?

James miro por un momento a Regulus, quien miraba la escena con algo de extrañeza.

—le queda genial—respondió James, pasando su mirada de Barty a los ojos grises de Regulus—, si por mí fuera la elección, elegiría que la pusiese siempre.

—¡Ay!—exclamo Barty con voz tierna a los ojos de Evan—que rico es el amor—se dirigió a los brazos de su novio, quien le recibió en un fuerte abrazo.

—gracias, Potter—respondió Regulus, volviendo a mirar el libro—, será interesante llevar esta camisa en todos los partidos que juegues y que no sea contra mi—asumió Regulus.

—en mi opinión, es un privilegio que portes ni camisa y la lleves en los partidos—respondió el mayor, tomando un libro de la mesa de café—, además de poder ayudarte con el lápiz de ojos todos los días.

Regulus sonrió ante ello, no era una sonrisa dulce, más bien una cómplice.

—sí, será interesante—comentó Regulus para después cerrar el libro y caminar derecho a la cocina.

Verano con los PotterWhere stories live. Discover now