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Nick y Charlie no se separaban ni un segundo después de lo que había pasado.

“Si estás acá no me puedo concentrar, voy a terminar un dedo menos cortando las verduras, Nick” le replicaba Charlie.

“Es que si no estoy con vos te extraño. ” le decía él dándole un beso para convencerlo, y no bastaba más que eso para salirse con la suya. A decir verdad le gustaba tenerlo cerca, pero también le preocupaba porque sabía que Stéphane estaba muy pendiente de él.

—¿Cual es tu sueño, Charlie? — se encontraban solos en la casa, eran las diez de la noche y recién terminaban de cenar. Nick había cocinado para él, Charlie no le tenía mucha fe en la cocina pero sorpresivamente era muy bueno. Igualmente había cocinado algo simple: carne al horno con unas simples papas, pero todo estaba muy rico.

Nick estaba encantado con poder hacer algo por él, así sea algo tan simple como cocinarle.

Charlie pensó en una respuesta. Antes hubiese dicho algo como “ser millonario” o “dar la vuelta al mundo” pero hoy, teniendo en cuenta como se habían dado las cosas, eso le parecía lo más superficial del mundo.

El menor descansaba en el pecho de Nick mientras él le hacia mimos en el pelo. Estaban tan relajados que en cualquier momento se quedarían dormidos. En momentos así Charlie se replanteaba toda su existencia, se odiaba por no haber sido valiente antes para vivir esas cosas, se odiaba por haber vivido engañado con una vida que claramente no le hacía feliz.

—Creo que lo que más quiero en este momento, mi sueño ahora mismo es poder ser feliz. Simplemente eso, ser libre y feliz de una vez por todas. — Nick lo abrazó más fuerte. Eso era exactamente lo que él quería para ellos, y sabía que daría lo que fuera para que se hiciera realidad. Una persona tan linda como él se merecía el mundo entero a sus pies. — ¿Y el tuyo? Seguro que poder deshacerte de mí.— bromeó, aunque por dentro sentía que era verdad, que le molestaba estando ahí. Se daba cuenta de que Nick podía perder todo: su familia, sus amigos, su poder, y todo por él, por un chico común y corriente que no era no tenía especial, que no tenía nada para darle.

—Creo que conocerte fue una de las cosas más fuertes que me pasaron. Me hiciste abrir los ojos en muchas cosas, Charlie. Mi padre siempre había sido mi ídolo, mi ejemplo a seguir, y aunque sabía que era una porquería pensaba que así debía ser, que todo ese mal estaba justificado a cambio de poder y de dinero, dinero sucio.— tragó saliva. Sentía que su garganta se cerraba, que el aire no entraba con normalidad. Charlie le acarició el pecho con ternura, dándole apoyo para continuar. —No me importaba una mierda que el resto sufriera, que la gente llorara implorando ayuda. Supongo que era porque me gustaba sentir que tenía su vida en mis manos, que yo tenía el poder. Yo nunca quise esto, sabes? Mi padre un día, cuando tuve la edad suficiente para entender estas cosas, decidió introducirme a este mundo. Yo al principio no quería, no me gustaba su trabajo, si es que se le puede llamar trabajo a esa mierda, pero quería estar cerca de él, poder compartir tiempo juntos, y es triste porque lo único que teníamos nosotros para compartir era esta porquería. Yo pensaba que al fin podría contarle mis cosas, que me escucharía y se interesaría por mi, pero no. Siempre decía que no había tiempo para sentimientos, que los hombres no lloran, que los hombres están hechos para ganar, no para perder. Con el tiempo le di la razón y me volví tan frío, tan miserable. Cualquier pedacito de inocencia que podría tener se fue a la mierda junto con mis sueños, mis aspiraciones. Yo quería ser otra cosa, quería una vida normal. De hecho una vez se lo dije... — se rio entre lágrimas, irónico.— le dije que quería estudiar una carrera, quería ser pediatra. Amaba a los niños, era mi sueño. Me dijo que los Nelson no estábamos hechos para esas mierdas, que nosotros éramos capaces de tener el mundo en nuestras manos si nos uníamos, que el mundo sería nuestro. Y yo como un idiota, me uní a él. No sabía en lo que me estaba metiendo, y cuando quise darme cuenta, me volví la sombra de mi padre, la misma porquería que él. O tal vez más, porque una persona de bien se hubiera negado, le hubiera puesto los puntos y se habría largado, habría construido su vida pese a las consecuencias, pero yo no. Yo fui un cobarde, un ciego.— se odiaba tanto. Había comenzado a temblar. Charlie también lloraba. Quería ayudarlo, quería decirle que no tenía la culpa de nada, que había sido un niño corrompido por una mierda de persona, pero que él era diferente. Pero no dijo nada, no sabía si porque las palabras se quedaron atascadas en su garganta, o porque tal vez sabía que nada de lo que dijera sería suficiente para sanarlo. Tantos años de dolor no podrían desaparecer con unas cuantas palabritas de amor, por supuesto que no. Pero lo abrazaba con todas sus fuerzas, para transmitirle simplemente que estaba ahí, que lo apoyaba. —Y después apareciste vos. Y yo seguía siendo una mierda, estaba dispuesto a matarte ese día. De hecho quería hacerlo. Había algo en vos, algo que me hizo replantarme todo lo que había hecho a ese momento. Y si bien te lastimé, fue la primera vez que me detuve a pensar en alguien más que en mí. No quería lastimarte, por un momento creí que eras la única oportunidad de salir de esta mierda. Pero la cagué, te lastimé. Yo estoy hecho para odiar, para lastimar, para matar. No soy la persona indicada para amarte, ni siquiera sé si puedo hacerlo. Pero es que me gustas tanto, me gusta tanto estar con vos. Por primera vez siento que puedo cambiar, que la vida me está dando una chance para salir de toda esta mierda. Pero sé que no te puedo pedir que te quedes conmigo, no puedo. No quiero. Si mi vida es una miseria no tengo porque arrastrarte conmigo. Te voy a sacar de acá, eso te lo juro, Charlie. — lo tomó de la cara delicadamente, las manos le temblaban mucho, y lo besó dulcemente. Sentían las pestañas húmedas del otro sobre las suyas, hasta podían escuchar sus latidos tan claros que parecía que estaban compartiendo el mismo corazón, aunque tal vez era así, tal vez Nick le estaba entregando su corazón hecho trizas en la mano, esperando que Charlie se lo pudiera arreglar con su amor.

Everything has changed || Heartstoppper.Where stories live. Discover now