7.- Reducción

164 32 20
                                    

Isagi dormía en el suelo frío de concreto  al igual que todos, preguntándose porqué tenía que sucederle todo aquello. Su vida de estudiante común dejó de existir de un día para otro y ahora se encontraba entre 10 criminales de diferentes condenas y niveles de riesgo, tratando de sobrevivir para obtener su libertad.

—¿No puedes dormir? —susurró Bachira a sus espaldas, tras ver cómo Isagi se removía de un lado para otro intentando conciliar el sueño.

—¿Cómo hacerlo sabiendo que mañana podría ser mi último día aquí?

—No lo será. —aseguró Bachira, apoyando uno de sus codos en el suelo para apoyar su rostro sobre la palma de la mano. —Yo te voy a ayudar.

—¿En serio? Es, decir... ¿Porqué?

—Porque somos amigos.

—Shhh, ya cállense, quiero dormir. —se quejó Igarashi, que estaba en medio de los dos pero a ninguno parecía importarle.

El sonido de una alarma los despertó 8 horas después. Un guardia entró con un carrito de comida para servirles el desayuno dentro de la habitación.

—Otra vez esa mierda. Creí que ya habíamos ganado una mejor comida. —renegó Raichi al recibir su plato.

—Creo que lo de ayer sólo fué una recompensa por haber pasado la prueba. Hoy el menú vuelve a ser el mismo. —opinó Isagi. —Aunque yo no pude comer nada diferente a pesar de que fuí quien acabó con Kira, eso fué injusto. —pensó aún sintiendo culpa.

Cuando todos comían, la gran pantalla del muro encendió para mostrar al director Ego en lo que parecía el balcón de un edificio de primera clase, tomando un desayuno gourmet para la envidia de todos.

—¿Qué tal la noche, ratas callejeras? ¿Se acurrucaron para sentir algo de calor? ¿Cómo está su comida? Insípida como siempre, ¿no?

—Ese tipo... —Isagi temblaba cada vez que Ego aparecía en pantalla, sabiendo que un nuevo "juego" estaría por empezar.

—¿Qué está comiendo? Se ve delicioso... —dijo Gagamaru estirando su mano hacia la pantalla.

—Yo creí que estaba en algún despacho dentro de esta prisión. —bufó Naruhaya con envidia.

—Parece que incluso se ha ido de vacaciones mientras nosotros nos jugamos la vida en este agujero. —asumió Imamura.

—¡Apresúrese y díganos lo que sigue en su estúpido proyecto! — exigió Raichi perdiendo la paciencia y comiendo su arroz blanco de mala gana.

Ego sonrió y se relamió los labios después de sorber algunos fideos. Dió un suspiro para preparar la explicación.

—Hoy empieza la primera fase, ya que se ven tan desesperados por salir de su celda y ser liberados de los grilletes que los limitan. Antes que nada, dejenme hablarles un poco sobre la estructura de Bluelock. La prisión pentagonal está dividida en 5 estratos, en los cuáles están divididas las celdas desde la A hasta la Z. Donde la celda Z son los de menor riesgo y la celda A son los prisioneros más peligrosos.

—¿Qué? ¿Entonces... todos estos criminales son "buenos" a comparación del resto de celdas? —se preguntó Isagi recordando que la mayoría de ellos tenían manchadas las manos de sangre.

—La primera medida de reducción se tratará de lo siguiente. Al dar las 12 del medio día, el corredor Z será abierto durante 30 minutos. Sus cadenas serán retiradas y podrán moverse libremente. Sin embargo, también abriré otra celda con la que deberán enfrentarse por las razones siguientes.

>>Por cada prisionero eliminado del equipo contrario, el victimario reducirá su sentencia 10 años. Por cada eliminado en su propio equipo, la condena de todos aumenta 10 años. Cuento con ustedes.

—¿Qué? ¿Qué ha dicho? —Kuon sudaba frío tratando de asimilar lo que sus oídos escucharon. —¿Cuál es el propósito de eso?

—Está loco. —afirmó Kunigami. —¿Tenemos que matar a los prisioneros de otras celdas para ganar nuestra libertad? ¿Qué tipo de redención es esa?

—Yo se los advertí. —dijo Ego, mostrando una sonrisa de diversión— Hay una fina línea entre la vida y la muerte. Ustedes mismos se encargaran de hacer la reducción de espacio que tanto necesita este lugar. Elijan la libertad que quieren perseguir. Suerte, escorias malvivientes.

La pantalla cambió de nuevo, mostrando un reloj que marcaba las 7 am. Les quedaban 5 horas para prepararse.

—Yo... jamás haré algo así... no... —Isagi apretó dientes y puños. De todo lo que podrían pedirle hacer, asesinar era lo último que aceptaría.

El reloj marcó las 12 pm. La reja se abrió de forma automática al igual que los grilletes de todos. Afuera hubo un silencio inquietante y después escucharon abrir la reja de la celda siguiente con la letra Y.

Un chico alto y de físico imponente avanzó a la luz, seguido por el resto de integrantes que agacharon la cabeza cuando comenzó a hablar.

—No me estorben si quieren sobrevivir, yo mismo mataré a todos esos incompetentes.

—¡Sí, Rey! —respondieron permitiendo que aquél chico de mirada asesina y fuerza estremecedora avanzara hacia el grupo del corredor Z.

Isagi se paralizó mientras los demás se separaban para buscar su propia supervivencia, dejándolo atrás.

Nombre: Barou Shouei
Condena: 380 años
Motivo: Homicidio en masa. 54 víctimas.

—¿Cómo voy... a ganarle a este tipo?

PENTÁGONO DE LA MUERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora