𝙸 𝚠𝚒𝚜𝚑 𝚢𝚘𝚞 𝚠𝚎𝚛𝚎 𝚊 𝚐𝚒𝚛𝚕 // Juanjo y Martin.

5| Me gustas.

POV: Martin

Juanjo se acordaba del beso. Se acordaba del puto beso. Encima tuve que mentir para no cagarla todavía más. Aunque técnicamente fue él quien empezó, pero yo no le paré, y... Joder, no sé, estaba agobiadísimo.

Había sido un día realmente estresante. Sentíamos mucho la falta de Suzete, y a veces incluso se nos olvidaba que ya no estaba en la academia y la incluíamos en planes de nuestras horas libres. Estaba frustrado por la canción de esta semana, aunque de vez en cuando, trabajarla con Ruslana me tranquilizaba al menos un poco. La canción no era del todo difícil, pero seguía asustado por lo que el público pudiese pensar, aunque el 'qué dirán'  es una costumbre en mí y me costaría hacerla desaparecer. Lo bueno, es que no teníamos coreografía, nuestra mayor preocupación era la afinación, y la interpretación se nos hacía fácil con Abril de profesora.

Ruslana y yo nos encontrábamos en un box ensayando y dando nuestra opinión sobre cómo sonaba la voz del otro. Mi mirada estaba clavada en el suelo mientras ella volvía a poner la canción para probar a cantarla con los cambios que habíamos hablado.  —Pumuki, ¿Estás bien? Te noto muy ido— Su voz me sacó de mis pensamientos.

—Sí, es que tengo la cabeza en mil sitios, entre la canción y cosas mías, parece que estoy mentalmente ausente de todo—  Me pasé una mano por el pelo suspirando. Ella se acercó a mí y me abrazó.

—Sea lo que sea, me lo puedes contar, lo sabes—  Dijo en bajo sin separarse de mí, y yo sonreí frotándole la espalda en agradecimiento por el afecto físico antes de separarme.

—Te lo contaría, pero puede que ahora nos estén grabando, así que prefiero hacerlo en otro momento—  Dije sentándome en el suelo, como siempre, y ella me miró extrañada.

—¿Cómo? Si aquí dentro no hay cámaras— Miró al rededor para comprobar y asegurar su argumento.

—¿Sabes que ese espejo es una cámara oculta, no?—  Señalé al pequeño espejo circular en la pared paralela a la puerta de cristal que nos separaba de la sala de ensayos, y pude ver el terror en su mirada.

—¿Cómo que es una cámara?—  Asentí.  —Que yo me he encerrado a llorar aquí pensando que estaba bien escondida— Se sentó a mi lado pegando su cuerpo al mío y pasé un brazo por sus hombros en un abrazo.

—Yo me escondo en el baño para llorar— Confesé.

Ruslana giró la cabeza para mirarme.  —¿Por qué no me lo cuentas?—

—¿Perdona? ¿Y tú?—  Respondí girándome también de golpe, y ambos nos empezamos a reír.

—A partir de ahora, no más esconder nuestras emociones entre nosotros, ¿Vale?—  Sugirió intentando llegar a un acuerdo, pero sabía que sería difícil.

—Me cuesta expresar mis emociones, pero lo intentaré—  Aseguré.

—Bueno, eso me sirve por el momento. Pero ahora...—  Dijo separándose de golpe y sentándose delante de mí.  —Te tapas el micro y me cuentas qué es lo que te está rallando, venga—  Dio dos palmadas al terminar de hablar, y yo suspiré haciéndole caso, ambos tapándonos los micrófonos.

—Creo que me gusta Juanjo— Ruslana dio un bote en su sitio.

—¿¡Perdona!?  ¿Por qué me estoy enterando ahora?— 

—Porque no me gusta que sea así. Álvaro me trata muy bien, y...—  La voz de la chica delante de mí me interrumpió.

—Ah, ¿también te gusta Álvaro y tampoco lo sabía?—  Dijo llevándose una mano a la cabeza.