Oh...

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𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐆𝐮𝐬𝐭𝐚𝐛𝐨...

Abrió lentamente sus ojos cerrándolos al instante al notar la dura luz del hospital. ¿Que hacía ahí? Miro a sus alrededores sin ver a nadie en la habitación exceptuando a las maquinas conectadas a él. Murmuró unos sonidos  intentando moverse, cosa que no logró. De pronto escuchó un golpe proveniente de la puerta. —Gustabo.— Escuchó esa gruesa voz, esa maldita y adictiva voz. Miro al pelinegro el cuál venía junto al de cresta, podía ver en ambos mucha preocupación, pero de más en el mayor, se le veía demasiado intranquilo. Ya estaba bien, todo estaba bien ¿Porqué seguían estando así?. De pronto fue sorprendido por un abrazo de parte de este, le seguía doliendo el cuerpo, pero ignoró eso y aceptó su linda muestra de cariño. Podía ver en los ojos del trajeado preocupación, tristeza y sobretodo angustia.

𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐂𝐨𝐧𝐰𝐚𝐲 𝐡𝐚𝐜𝐞 𝐜𝐢𝐧𝐜𝐨 𝐡𝐨𝐫𝐚𝐬...⏳

Había llegado al fin al hospital. Notaba como la su camisa se manchaba de la sangre del rubio, se estaba desangrando en sus brazos. Sentía como poco a poco la angustia lo mataba, el no poder hacer absolutamente nada, aparte de apretar la herida de este, lo hacía sentir impotente.

Los enfermeros se llevaron al rubio en una camilla, pero Conway seguía esta aguantando la mano del pequeño, hasta que lo tuvieron que separar. Detrás de él se encontraba Horacio, igual de preocupado que él.
El pelinegro impaciente se sentó en uno de los asientos de espera, provocando un sonido al sentarse con fuerza.

—Conway.— Llamó Horacio quien lo miraba tímidamente y preocupado.
—Perdón por... por no...— Notaba como la voz del de cresta se cortaba, tenía su garganta cerrada.

—Horacio.— Lo llamó captando su atención. —Cálmate y después habla.— Después de esas palabras saco un cigarro bajo la mirada del contrario.

Horacio hizo caso a sus palabras y controlo su respiración, tendría que calmarse si quería expresarse correctamente. —Perdón por no haber hecho nada antes en el QRR, solo... solo me quede en el coche sin hacer nada y Gustabo... acabo así.— Soltó todo, todo lo que aguantaba desde que miraba el rostro inconscientemente de su hermano en el vehículo. Inútil fue lo que se sintió en el momento al no ayudar y más fue cuando Gustabo fue abatido.

El de traje hizo un sonido con su garganta, entendía su sentimiento, pero no era su culpa, era culpa de aquellos que le atacaron.

—Horacio, no es tu culpa que Gustabo este aquí. Mételo en tu cabeza.—Tras esas palabras metió su cigarro en sus labios y comenzó a fumar intentando calmar sus sentimientos.

Su cigarro no lo calmó, sus pensamientos lo estaban ahogando, sintiendo como su garganta se estaba cerrando. Saber que hoy podría haber perdido a Gustabo y las últimas palabras que le había dicho eran "Háblame con respeto, gilipollas", lo mataba. Mordió su labio con impaciencia, se quedarían ahí un buen tiempo.

Pasaron las horas y seguía esperando mientras su pierna se movía frenéticamente, miraba el reloj el cuál parecía no funcionar. Sus pensamientos fueron interrumpidos por una enfermera que lo llamó.

𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐆𝐮𝐬𝐭𝐚𝐛𝐨 𝐚𝐜𝐭𝐮𝐚𝐥...⌛️

Miraba a el pelinegro el cual parecia no despegarse de el. Como un acto inconsciente su mano fue hasta el cabello del contrario acariciando este con cariño, ¿Sentía pena por él? Nunca se imaginaria ver a aquel hombre aferrado a su cuerpo como si fuese la ultima vez que lo vería.

Poco a poco se fue separando viendo su rostro, y aquellos ojos que juraría estaban cristalizados. Sintió como su rostro fue acunado en las grandes manos del mayor, parecía que no le importase las miradas sorprendidas de los presentes en la sala.
Notaba que el pelinegro le quería hablar, pero que no le salían las palabras y el orgullo también le impedía expresarse.

—Conway— Llamo enseguida captando su atención. —, relájese.— Dicho eso acarició su cabello viendo como este bajaba la mirada vergonzoso, pues si le era verdad que había montado un "escándalo" por nada.

El rubio siguió observando al de traje durante unos segundos más, para luego girar su vista a un enfermero, quien veía la escena desde lejos. —Disculpe, ¿me podrían dar ya de alta?— Pregunto impaciente, los hospitales no era un lugar que le gustará, había tenido conflictos en su pasado con lugares así. El trabajador asintió resignado y salió del lugar en busca de papeles.

Ahora dirigió su vista a su hermano, no se había movido se su posición en todo ese tiempo, observaba lo que sucedía desde la lejanía, aun con el sentimiento de culpa. Este le dedico una pequeña sonrisa y nada más, al fin y al cabo seguía algo anestesiado y no estaba para hablar, hablaría con el en casa.

Tras unos minutos al fin había salido del lugar, ahora estando junto a el superintendente y su hermano aún preocupado en la entrada del tan frecuentado sitio. Suspiro mirando a ambos a sus lados y comenzando a caminar hacía el patrulla, había un ambiente tenso. Iba a abrir la puerta cuando se adelanto el pelinegro, abriendo esta para que pasase. Le dedicó una corta mirada y montó en el vehículo esperando a ambos.

—¿Se puede saber que coño pasa?— Preguntó ya harto del silencio de ambos, pues se estaba comenzando a poner nervioso, y más fue cuando el vehículo arranco y aún ninguno había contestado.

Escuchó un suspiro de frustración proveniente del mayor. —Simplemente estábamos preocupados por ti, capullo.—

—Oh... Pero si solo fue un tirito en el hombro, no me hizo nada.— Tras esas palabras noto la mirada del pelinegro plr el espejo retrovisor, una mirada que demostraba sentimientos distintos a los de antes.

—Os llevaré a casa, quiero que ambos descanséis.— Habló otra vez el de traje, tendría que hacer muchas cosas, y una de ellas era acabar con la vida de los que trataron de secuestrar a sus agentes.

Nuevamente el silencio reino todo vehículo, hasta que llegaron a casa de los hermanos. Horacio fue el primero en salir, esperando a su hermano en la puerta de la casa.

—Gustabo.— Nombro el pelinegro para que no saliese aún. El rubio lo miró esperando sus palabras, notando su inquietud y como no sabía por dónde comenzar. Rodó sus ojos mirando a Conway. —Te quería decir sobre la discusi- Su frase fue parada por los labios del otro que lo agarraron de sorpresa, obviamente siguió aquel beso con pasión. El ojiazul subió ambas manos hasta el rostro de este intensificando aquella intimidad que ambos estaban compartiendo. No hacía falta palabras, con ese beso ya se estaban contando todo lo que debían.

—Hasta luego, Jack Conway.— Miro el rostro de Jack, quien lucia confuso, pero aquel beso lo había dejado lo suficientemente estupido como para entender algo.

Después de eso salió dirigiéndose junto a su hermano, dejando a un desorientado y bastante feliz, Jack Conway, en el patrulla, quien se aseguro a que ambos entraran antes de irse del lugar.

❥ (●'◡'●)ノ💕

He estado leyendo todos los comentarios y muchísimas gracias por el apoyo, aunque no lo parezca esto me da mucha más motivación a escribir. Un abrazo, corazones. ❤️

Os dejo un dibujito que hice de Gus <3

Actualizaré tmb la portada cuando pueda 💪

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Actualizaré tmb la portada cuando pueda 💪.

Mi gusto mas culposo | FreddytaboWhere stories live. Discover now