Mimado

979 83 22
                                    


Sus ojos se abrieron de par en par al ser repentinamente removido por Freddy, se giro hacia este extrañado por su rostro que expresaba obvia preocupación.

—Gustabiño... ¿estás mejor?
—Sí, estoy bien... ¿por qué? —El rubio observó bien al contrario, estaba bien vestido y sereno, como si no hubiera hecho nada la noche anterior.
—Ayer llegaste a mi casa muy exaltado... me fuiste a besar y te desmayaste repentinamente... luego vi que unas de tus heridas se habían abierto y soltaste mucha sangre. —El tono de este era serio, aunque ahora se le notase mucho menos preocupado que hace unos segundos...

El menor se quedo estático con la mirada pérdida, se la hacía imposible de creer ¿todo lo que había pasado con Freddy simplemente lo soñó?

—¿Es enserio...?
—Sí... por cierto, pavo, ¿que soñabas? Hacías unos sonidiños raros... —El mayor se acercó al rubio, a centímetros de su rostro.— Y en un momento te pusiste a "gritar" mi nombre. Eres un guarro, Gustabiño.

El rubio juraría que su rostro estaba rojo por completo en aquel momento, a saber las barbaridades que el pelinegro había escuchado mientras este dormía. Tapo su rostro con sus manos evitando que le viera la cara, a lo que el contrario lo miro divertido.

—¡No te hagas el vergonzoso ahora, chorbo!

Dijo tomando las manos del ojiazul para ver su cara sonrojada, tumbo al rubio en la cama mientras agarraba sus muñecas con una sonrisa en su rostro.

—¡Suéltame! —Dijo el menor soltando una pequeña risa aún con el rostro rojo.
—¿Y si no quiero, que harás?

El menor sonrió divertido y en respuesta le dio un suave y rápido beso al pelinegro, que lo tomo de imprevisto, por lo que aprovecho para zafarse del agarre y levantarse de la cama rápidamente. El pelinegro soltó unas pequeñas carcajadas viendo al menor que parecía activo y juguetón, como si no le hubiera pasado nada anteriormente.

—¡Ven aquí, eso es trampa, pavo!
—¡Menos quejas y ven a pillarme, si puedes!

Freddy con una sonrisa en su rostro en un rápido movimiento empezó a perseguir al menor por toda la casa escuchando sus carcajadas al tropezar con el sofá cayendo ambos en el, riendo los dos por la situación. Observó a Gustabo quien reía dejabo suya, su mirada se torno como el del primer día que lo vio, atrapado en esa maravillosa sonrisa brillante como perlas y grande como sus ojos azules que le recordaban al mar. Era como tener a la mejor creación de Dios solo para él, algo que cuidar y proteger, y definitivamente lo protegería con su vida.

—Pillado...
—Pura suerte.
—Ahora que te he pillado... ¿me dices que soñabas? —Preguntó con un tono bajo cerca de su oído.
—Digamos que era un sueño muy interesante... pero, no es apto para todo el mundo...
—¿A sí? Cuéntamelo.

El menor soltó una risa nerviosa rompiendo el contacto visual, no sabía como seguir hablando sin sonar como un pervertido.

—Bueno... estábamos tú y yo, y acabamos haciendo algo que... ambos queríamos.
—Que ambos queríamos... —Dijo repitiendo las palabras del rubio. —¿quieres hacer ese sueño realidad?
—Definitivamente sí.

Con una sonrisa coqueta en su rostro se acercó a los labios rosados del más pequeño hundiéndose en un beso apasionado explorando su boca por completo con el objetivo de sabérsela de memoria. Juraría que besar a ese chico era una maravilla por completo, sus labios sabor fresa lo hacían mejor. Siguió así unos largos segundos más, sentía que la respiración le faltaba, pero no quería separar se  de él, fue el contrario el primero en separarse debido a la falta de oxígeno, pero eso no detuvo al mayor quien siguió repartiendo besos húmedos por el cuello del menor quien disfrutaba de ello.

Mi gusto mas culposo | FreddytaboUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum