Capítulo I

1.7K 109 16
                                    


Felipe había aceptado acompañarme a entregar las mascotas a sus dueños, después caminar hasta mi casa y durante el camino no había parado de hablar.

—El basket comencé a practicarlo antes de entrar a la adolescencia, aunque eso sí, también soy re aficionado al fútbol —de vez en cuando hacía pausas, imagino que para recordar más detalles —Estoy seguro que el basket me ayudó a ser más alto.

—Seguramente.

—¿Sabes? Entre fut y basket para ver en televisión, sin dudar elijo al fútbol, podría pasar todo el día viendo partidos y se disfruta aún más con todos los amigos reunidos, con un choripán y un mate... ¿Sabes lo qué es eso?

Negué con la cabeza.

—Imagina una infusión de...

—Oye —interrumpí —Es súper interesante lo que cuentas, pero no dejo de sentirme mal por como te traté hace un rato.

De verdad me sentía como la peor persona y no podía parar de pensar en eso.

—¿De qué hablas?

Era imposible que tuviera demencia pero parecía no recordar lo que pasó.

—Sobre todo lo que te dije cuando te conocí...

—No recuerdo que pasó —dijo con una enorme sonrisa. —O tal vez sí, pero dejemos eso en el pasado, no es bueno darle importancia.

—Gracias una vez más.

—No tienes nada que agradecer —echó un vistazo a lo que tenía frente a él. —Linda casa y lindo jardín.

—Bueno, ya tengo que entrar, lamento no poder seguir escuchando lo que me decías.

—Eres la primera persona con la que hablo desde que llegué, sin contar a la cajera del supermercado y al dueño del alquiler, gracias a vos por escucharme —soltó.

Fue lindo escuchar eso.

—¿Puedes darme tu número o tu user de instagram? Así planeamos algo para otro día, obvio si tú quieres.

Su compañía me había hecho sentir cómoda, así que tenía la esperanza de verlo una segunda vez.

—No, no, si nos volvemos a ver o no que sea el destino el que decida.

Vale, era una idea rara pero justa.

No sabía como despedirme de alguien al que acababa de conocer, así que estiré mi puño para que lo chocara.

—Bienvenido a Norteamérica —dije caminando hacia la entrada. —Y por si tenías curiosidad, mi nombre es Victoria.

—Fue un gusto conocerte, Victoria.

Lo observé alejarse hasta perderlo de vista, ya dentro de casa respiré profundo para intentar entender todo lo que acababa de suceder.

Lo observé alejarse hasta perderlo de vista, ya dentro de casa respiré profundo para intentar entender todo lo que acababa de suceder

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
THE ACTOR | Felipe Otaño Where stories live. Discover now