Entramos a una cafetería cercana al Obelisco y tomamos una mesa cercana a la ventana.
El olor a azúcar y café estaba en cada partícula del lugar y el ambiente era tranquilo, en otra circunstancia disfrutaría más el momento, pero justo ahora la curiosidad me estaba matando.
Presentía que no era buena señal estar aquí, luego de que había insistido tanto para tener este encuentro.
Se acercó la chica mesera con la hoja del menú en las manos para tomar nuestra orden.
—No es necesario, para ella es un té helado y yo quiero un café puro.
Sonreí al pensar que tenía la delicadeza de recordar los pequeños detalles.
—¿Algo más? —preguntó en dirección a mí.
—Por ahora no, gracias. —asintió y se marchó.
—Al fin estamos solos —dijo Felipe.
—Ahora podemos hablar...
[...]
La misma pregunta no paraba de repetirse una y otra vez en mi mente, ¿Por qué ocultó algo tan importante durante mucho tiempo?
Cuando lo conocí pensé que era usual y ordinario como cualquier persona en el mundo, pero la realidad era que estaba demasiado lejos de ser normal. Hasta hoy descubrí que mantenía una relación con un actor y productor en ascenso, que tenía una amplia trayectoria de cortometrajes, obras de teatro, series y películas en las que había participado.
No me gustó nada la idea de ser la última persona en saberlo.
Era una noticia colosal, y yo no me sentía lista ni sabía cómo reaccionar, era una mezcla de emociones.
—¿Hasta cuándo planeabas decírmelo?
—Sé que tuve que hacerlo desde hace mucho, pero tenés que entender que tuve buenas razones para no hacerlo...
Llevaba días actuando extraño.
—¿Buenas razones? Si tan sólo hubieras dicho la verdad desde el principio, esté mal momento no estaría pasando.
Me dolía el corazón, era evidente que no confiaba en mí.
—No es tan fácil como parece, no me estás entendiendo.
—Tienes razón, no entiendo. Estoy tan confundida que no sé que debo creer y que no... —dije mirándolo directo a los ojos —Quiero que respondas con sinceridad, ¿Los sentimientos y todo lo lindo que decías sentir por mí eran reales o pasa que eres un gran actor que fingió?
Dejé que el enojo me dominara, no fue lo mejor.
—Me ofende que pienses eso, no dudes que todo fue real, yo jamás mentiría con algo así.
—No lo sé.
—Me convertí en un bobo por vos, te quiero y si no lo recordás, dejé en pausa una parte de mi vida para estar...
—Yo no soy la culpable, nunca te pedí que dejaras algo para estar conmigo.
Abrió la boca para responder, pero finalmente decidió no hacerlo.
—Conoces todo de mi vida porque ganaste mi confianza en poco tiempo, pero ahora comienzo a dudar que haya sido la mejor decisión, tal vez el entusiasmo me hizo ser ilusa y dejarme llevar.
—Victoria, pensá bien antes de seguir, porque tus palabras pueden ser hirientes, no quiero que después te arrepientas —dijo desviando la mirada.
Desearía que fuera una pesadilla y despertar.
—Necesito calmarme, vos también. No tiene sentido seguir, pensé que después de contarte nada iba cambiar entre nosotros y que ibas a apoyarme.
Terrible, primero confiesa una noticia muy fuerte y después pide que lo acepte.
—Que irónico, aunque yo también quisiera que todo fluyera como antes, es imposible después de que me mentiste.
Era como un rompecabezas en donde recién las piezas empezaban a encajar.
Me atormentaba recordar las tantas veces que intenté saber más y que él hacía todo lo posible para cambiar de tema.
No estaba listo para compartir esa parte de su vida conmigo.
Hubo silencio durante minutos que parecían ser horas, no podía pensar con claridad cuando me sentía decepcionada.
Con un poco más de tranquilidad y seguridad encontré una solución.
—Creo que es momento de regresar.
—¿A dónde?
—A casa.
Mi breve estadía en Argentina había sido maravillosa y pensé que podía durar un poco más, pero no.
Felipe era la razón principal por la que había llegado hasta aquí y ahora que estábamos en un mal momento, no podía quedarme y mucho menos ser una tortura para él.
No quería lastimarlo más, ni salir lastimada.
—Como quieras —respondió con evidente decepción en su tono de voz —No voy a detenerte si eso es lo que querés.
—Antes de irme, ¿Hay algo más que debería saber?
—Sí, sobre las redes sociales...
—¡Hola! Vos saliste en Disney Bia, ¿no?—preguntó una mujer que venía de la mano de una niña pequeña que se mostraba tímida —¿Podrías tomarte una foto con mi hija? Es re fan de la serie.
Sentí alivio porque al parecer la discusión no había llegado a otras personas, de lo contrario sería una pena, porque estábamos en un restaurante familiar y ninguno de los dos necesitaba más problemas.
—Sí, obvio —asintió cambiando de actitud, mostrándose amable y feliz.
Ambas regresaron a su lugar con la foto y justo entonces, llegó otra chica.
—¡No puedo creerlo! — gritó emocionada —Yo a vos te ví recién en una telenovela del trece.
—Muchas gracias —contestó con una sonrisa —¿Querés una foto?
—Sí, sí, por favor —observó todo a su alrededor y se detuvo en mí —¿Podés sacarla?
Asentí y me extendió su móvil.
De pronto había un par de adolescentes más esperando para sacarse una foto con Felipe.
Seguro era linda la sensación de tener reconocimiento, esperaba que disfrutara su momento como celebridad.
Me dirigí a la barra y pagué las bebidas antes de salir hacia el hotel.
Definitivamente había sido suficiente por hoy, no quedaba más que hacer la maleta y comprar el vuelo lo más pronto posible a USA.
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Aviso que este es el penúltimo capítulo 📷✈️
Quiero contarles que entre mis notas encontré un par de ideas que fácilmente pueden servir para unos capítulos extras (narrados desde otra perspectiva) pero no sé, aún no decido, ¿A ustedes les gustaría leer un poco más sobre esta historia? O como yo creen que es suficiente.
