Capítulo IX

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Sus palabras se repetían una y otra vez en mi cabeza, intenté decir algo pero no me salía.

Desvíe la mirada y estuve en trance por un largo tiempo, no tenía la suficiente valentía como para mirarlo.

Él observaba a su alrededor y de vez en cuando me veía, lo suficiente como para no causarme incomodidad.

No era necesario que Felipe hablara, ya había dicho lo suficiente, ahora me tocaba a mí.

—¿Te sentís bien? —preguntó rompiendo el silencio.

—Sí.

Tenía que responder a su pregunta anterior y dejar de hacerme la interesante, pero antes tenía que pensar si realmente estaba lista para tener algo más con él.

Había pasado más de un año de mi última relación, pero los planes, los días, los problemas, las reconciliaciones, la ilusión, los regalos, las metas, el tiempo y la despedida era algo que aún tenía muy claro en la mente.
Ya era tema superado, pero fue inevitable que llegaran a mí los buenos y malos recuerdos en una ola gigante y agresiva.

Por otra parte Felipe estaba acá y formaba parte del presente, había llegado sin previo aviso causando miles de altibajos, haciéndome sentir tanto en tan poco tiempo.

Sin duda alguna era una de las mejores y más lindas casualidades que me había regalado el destino o la vida.

La cercanía fue la que nos unió, pero era consciente que en un par de meses esto acabaría, él regresaría a su vida pasada en su país y la distancia no jugaría a nuestro favor.

La probabilidad de salir herida o peor, dejar herido al ser tan hermoso que tenía enfrente era lo que más me aterraba y me hacía dudar, pero tampoco era posible vivir todo el tiempo con miedo.

Tenía que existir un riesgo.

—No estás obligada a responder ahora.

Era mucho más de lo que quería, no iba a hacerlo esperar más.

—No hay nada que pensar, sí quiero.

Decirlo sonaba a una completa locura, pero, ¿Por qué no olvidarme por un momento de todos los contras y tomar el riesgo de vivirlo?

De su parte recibí el abrazo que necesitaba y después de dar ese sentí calma, cosa que no sentía hace mucho.

—Estoy tan enamorado, espero que vos estés igual y si no, yo me encargo que en un tiempo lo estés.

Tan lindo como siempre, deseé que algún día mis palabras pudieran fluir de la misma manera.

—Perdón por tardar demasiado en responder, me gusta el suspenso —dije en un intento por justificar.

—A vos te espero toda la vida.

No era primicia que sus palabras causarán toda una revolución en mi interior.

—¿Qué es lo sientes por mí? —pregunté después del abrazo.

Consideré buen momento para hablar sobre los sentimientos.

—¿Qué no siento por vos? —respondió después de sonreír. —Siento de todo, juro que el amor no formaba parte de este viaje... pero luego encontré a una chica muy linda que paseaba perros y pasó.

Fue posible hacerme reír en medio de un momento como este, aún cuando mi corazón latía a más de cien por minuto.

—Me emociona este nuevo episodio entre tú y yo.

—A mí también.

—¿Y sabes qué es lo mejor de todo?

Se me daba bien ocultar lo nerviosa que estaba.

THE ACTOR | Felipe Otaño Where stories live. Discover now