Capítulo V

1K 86 19
                                    


Como cada noche la intensidad de las olas en el mar se volvía mayor por lo que era imposible entrar en el agua.

Lo que sí se podía era ver el panorama  sentada sobre la arena al lado de Felipe mientras descansaba la cabeza sobre su hombro.

—Mi vida está cambiando, después de conocerte todo ha sido mejor —confesé.

—Fue gracias al destino, él fue el responsable de hacernos coincidir.

Todo estaba fluyendo de maravilla, Felipe estaba muy feliz con el avance que llevaba en sus cursos y yo estaba satisfecha cumpliendo con todos los deberes.

Ya no salíamos tanto como semanas atrás, pero estábamos bien con eso.

Un día Felipe llegó corriendo emocionado por contarme que había conocido a otras personas. Se trataba de Miguel un chico mexicano que había conocido en el gimnasio, Ricky un chico que venía de California y a un par de hermanos argentinos, Santiago y Julieta.

Fue cuestión de un par de días para que formarán una amistad sólida.

Cada vez más se hacían más unidos, se juntaban a ver partidos de fútbol tres veces por semana y organizan asados en las terrazas los fines.

Estaba muy feliz por él aunque eso hacía que el tiempo juntos fuera poco.

Lo descubro por segunda vez en el día mirándome los brazos consiguiendo que me sienta nerviosa.

—¿Por qué me miras tanto?

—Nunca me cansaré de ver tus tatuajes, algún día tenés que contarme si tienen un significado.

—Obvio que lo tienen —respondo, por inercia le doy un vistazo a los pequeños tatuajes apenas visibles que tenía. —Y tengo un par más, pero están mejor ocultos.

Felipe suelta una risa nerviosa que de inmediato me contagia.

—Me encantan.

—Y si te encantan, ¿Por qué no tienes ninguno?

—Soy más de admirarlos que de tenerlos.

—Felipe —lo llamo para quedar cara a cara —¿Te pasa algo?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Felipe —lo llamo para quedar cara a cara —¿Te pasa algo?

—No, todo bien, ¿Por qué lo decís?

—Porque no parece, hoy estás muy callado y eso es raro en ti.

Siento que intenta ordenar las ideas en su cabeza, por lo que suspira profundo y se toma el tiempo para responder.

—Hoy es uno de esos días en donde extraño lo que era mi vida lejos de aquí.

—Debe ser difícil, ¿Quieres contarme más?

Quería intentar ponerme en su situación y entender lo que le pasaba.

—Extraño a mi gente, a la comida, a mi país...

Sabía que era imposible curar ese vacío tan grande con simples palabras.

—Ya van miles de veces que te he escuchado hablar tan lindo de Argentina que deseo algún día poder ir.

—¿Lo decís en serio? —preguntó sorprendido.

Asentí.

—Totalmente, Philip.

—Te enamorarás del país, y si es que seguimos en contacto me encantaría darte un tour de lo qué es Buenos Aires.

—Yo encantada de aceptar tu oferta.

Por primera vez tengo la necesidad de darle un abrazo y no dudo en hacerlo, tomándolo por sorpresa.
De inmediato corresponde acercándose aún más, estaba segura que era algo que él necesitaba, pero no se atrevía.

La cercanía que había entre nosotros después de separarnos hizo que sus ojos viajaran hasta mis labios.

Besarme era lo que seguía, y yo pensaba que no era mala idea, pero hoy no sería el día.

—Seguro que en tu casa también te echan de menos y no paran de pensarte, pero confía que con el tiempo se volverá más fácil sobrellevarlo —dije antes de ponerme de pie. —Vamos por una barra de chocolate, eso te ayudará con el ánimo.

 —Vamos por una barra de chocolate, eso te ayudará con el ánimo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
THE ACTOR | Felipe Otaño Where stories live. Discover now