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Pudo mandar al diablo al modelaje tantas veces que contarlo con los dedos le era imposible, pero lo que estaba frente a sus ojos.

Lo titularon como la perla oscura de la noche, todos los flash de las cámaras encendían y apagaban como un diluvio de lluvia, lo único que iluminaba el salón eran los camarógrafos desesperado por cada ángulo, la luces del escenario encendía por cada paso quedaba Yoon Jeonghan, iluminando los cristales que decoraban su rostro. La tela descansaba pacíficamente desahogada, con un corte en forma de V que delineaba la forma de su torso.

Nadie era capaz de asimilar el hecho de que Jeonghan no era el que se encontraba controlando las luces debajo de las plateadas botas que sobresalían cuando movía su cuerpo, o tal vez era así, nadie realmente fue capaz de decir una sola palabra. Era la primera vez que el príncipe de Corea modelaba para su país.

Los rumores de que Yoon Jeonghan llevaba el modelaje a otro nivel nunca fueron rumores. Había que estar en su presencia para entender que el porte de Jeonghan era otro nivel que nadie era capaz de explicar, no solo se trataba de un rostro hermoso que robaba el aliento de cualquiera. Había una delicadeza en su semblante, y una furia de pasión al momento en que daba el paso para modelar cada pieza, se sentía como si cada paso, cada ángulo estaba completamente planeado.

Seungcheol quien nunca había visto arte en el modelaje, se encontraba ahí sintiéndolo, en la primera fila de siempre finalmente absortó a lo que se encontraba frente a sus ojos. La ropa perdía todo el protagonismo y se trataba de Yoon Jeonghan, quien ahora se encontraba tan cerca que Seungcheol no dudó en inclinar su cabeza para no perderse el arte que era.

Bendito seas Yoon Jeonghan, fue lo único que pudo pensar cuando se encontró con ese rostro.

El pelo negro de Jeonghan reposaba cerca de sus hombros que encajaba perfectamente, y el traje más esperado de la noche hecho para él, un traje digno para el reclamado príncipe de Corea.

Seungcheol no sabría que haría si se encontraba con aquellos ojos maquillados para perfilar la preciosa mirada, ya de por si estaba demasiado inmerso en la forma en que se adueñaba de la atención de todos, una sonrisa encantadora apareció en esos labios antes de que los demás modelos empezaran a salir y Seungcheol quedó congelado en ese momento, entendiendo porque los diseñadores morían por tener a Jeonghan.

La fiesta privada después el show no tardó en empezar, su madre siempre preparaba cada detalle con cuidado, era una fiesta tan importante que Seungcheol odiaba.

— Ya va siendo hora que nos larguemos de acá, ¿No crees? — Hansol ya se estaba cansando, no entendía la estúpida actitud que se le había metido a Seungcheol de quedarse más tiempo. — ¿A quién buscas?

— Yoon Jeonghan. — Le dijo a su mejor amigo, este de inmediato carcajeó al escucharlo.

— ¿Eres estúpido? — Seungcheol frunció el ceño al ver la actitud de Hansol, quien ya se removía la corbata. — Yoon Jeonghan desaparece.

— ¿Qué?

— Lo ves en el escenario o no lo vuelves a ver hasta que él no quiera. ¿Crees que todos estarían tan despejados y tranquilos si Yoon Jeonghan estuviera aquí? — Hansol agotado no tardó en poner sus ojos en blanco y sostener el hombro de Seungcheol. — ¿Podemos largarnos y dejar esta imposible situación?

— ¿Cuándo una situación ha sido imposible para mí? — El ego en su tono era innegable, el semblante duro en su expresión demostraba cuanto le molestaba cuando le decían que algo no era posible para él. — Soy Choi Seungcheol.

— Y él es Yoon Jeonghan, lo imposible.

Seungcheol tuvo que dejar la copa en la mesa, no había tomado un solo sorbo de alcohol. No lo entendía porque de tantos modelos Yoon Jeonghan fue el único que llegó a ese punto de gloria que todo el mundo exclamaba que el modelaje era.

Seungcheol que había experimentado la mayoría de las cosas en el mundo como el repudio que tenía hacia el modelaje, ahora deseaba volver a estar frente a la pasarela, y verlo modelar, verlo convertir cada pieza de ropa en más que tela.

— Pero... ¿Por qué tú quieres encontrar a Yoon Jeonghan? — Hansol conocía a Seungcheol como la palma de su mano, y sabía perfectamente que este tenía una extraña regla de no tener ningún tipo de relación con ningún modelo. — ¿Qué pasó con tu fobia?

— No seas idiota, y vete primero si estás cansado, yo me quedo. — Seungcheol pudo notar el tono burlón en la pregunta de Hansol, y decidió ponerse en marcha, abandonando el balcón privado, desde el segundo piso observaba a todos, entre la gente había una figura que no reconocía y se encontraba rodeado de gente.

Este mismo se veía digno de estar en la pasarela, el cabello de un color rojo que hacia lucir su precioso rostro, tenía una encantadora sonrisa al hablar, y todos prestaban atención, ni siquiera era capaz de reconocerlo de cerca, lo escuchó hablar inglés y después de coreano, dependiendo de a quien le hablaba. Definitivamente un encanto que era irresistible.

Seungcheol solo tenía un objetivo del que Hansol estaba seguro que iba a fallar.

Se rindió, pasaban las horas y lo único que hacía era divagar por todos lados, siendo reconocido y saludado por absolutamente todo el que lo encontró, no había rastros de Yoon Jeonghan tal como Hansol había dicho.

Salió por el pasillo exclusivo para la familia, el hotel había sido completamente alquilado pero nadie se quedaría, su madre era muy quisquillosa con cada pequeño detalle y muy exagerada para que todo salga a la perfección, el pasillo para subir a tomar el helicóptero siempre estaba vacío, y esa noche no era diferente.

Seungcheol ahora caminaba y cuando estaba a punto de prender un cigarrillo, escuchó cierto quejido lo que lo hizo detenerse. Sonrió porque estaba seguro que habían unos traviesos aprovechándose de la soledad del lugar, lo que él ya había hecho en el pasado, y no pensaba interrumpir hasta que escuchó el nombre de su objetivo.

Seungcheol dio unos pasos hacia atrás, buscando de donde provenían las voces hasta que observó a una persona alta acorralando a otra que no era capaz de observar, solo podía ver las manos enredándose en los cabellos rubios, se tuvo que esconder para continuar viendo la escena sin que le descubrieran.

— Wen Junhui, ¿Cuántas veces tengo que decirte que no puedes buscarme?

— Joshua fue amable esta vez, no podía simplemente no venir.

— ¿Tengo cara de Joshua?

— No.

— Exacto, me tienes que obedecer a mí si quieres seguir viéndome.

Lo próximo que Seungcheol fue capaz de escuchar fueron unos besos, no era capaz de observar a la persona que estaba con el actor y cantante chino Wen Junhui, lo conocía porque había modelado para la revista de su madre, pero estaba seguro de que la voz era masculina para que se tratara de una chica.

Estaba tan curioso para poder contarle a Hansol de tremendo chisme pero de inmediato supo que sería un secreto que lo torturaría toda la vida, y la sonrisa de su rostro se borró. Wen Junhui ahora besaba el cuello de Yoon Jeonghan, el que se encargó de darle todo el espacio posible y abrazó la espalda. Seungcheol no tuvo tiempo para esconderse, ni siquiera era capaz de mirar hacia otro lado, no podía quitar sus ojos de aquellos que lo miraban.

Jeonghan reconoció ese rostro de inmediato, y no hubo ni una sola reacción de su parte, apretó los cabellos para que Jun permaneciera en su cuello, mientras él descaradamente le sonreía a Seungcheol y con su dedo hizo señal de silencio.

Seungcheol no solo entendió a los diseñadores, también entendió a Jun.

Big Reputation | JeongcheolWhere stories live. Discover now