3

303 43 5
                                    


Claro que lo iba a encontrar, así lo planeó.

Yoon Jeonghan estaba emocionado por el escenario que había planeado para Choi Seungcheol. Los sonidos que salían de su boca aumentaban por solo pensar en el hecho de que en cualquier momento él podría aparecer, y encontrarse con tremenda escena que tomaba acción en uno de esos lujosos pasillos para ojos de afortunados.

Estar estrujándose contra el artístico tapiz con el peligro de ser encontrado no era algo común en Jeonghan, estaba seguro que Joshua lo mataría si se enterara de la situación sin embargo siempre hacía de las suyas sin ningún problema. Su propia actitud juguetona era un peligro para sí mismo, un solo paso manejado por la lujuria podría acabarlo todo pero no perdía el control de sus piezas, siempre había como ganar. Jeonghan siempre ganaba.

Desde que Joshua le mencionó a través del chat que Seungcheol no dejaba de buscar por él, no podía dejarlo sin la mejor parte del show. De inmediato le escribió a la señora Choi sobre la mejor manera de salir del hotel, y ahí estaba su respuesta. El helicóptero de la familia Choi.

¿Quién no había escuchado de Choi Seungcheol?

Debías de estar viviendo bajo una piedra para no saber quién era ese encantador, millonario, único hijo y heredero de la empresa. Ni mencionar su talentosa y gran carrera como solista. Había escuchado todo tipo de rumores sobre él, como que era un malcriado que recibía todo lo que quería y nadie era capaz de darle un no como respuesta. Jeonghan no confiaba en las palabras ajenas, los rumores suyos eran peores hasta eran sus risas del desayuno.

En su imaginación se encontraba Seungcheol, en ese perfecto traje clásico que esculpía la gran estructura de su cuerpo a la perfección buscando con insistencia y preguntando su nombre, aquello solo aumentaba las ganas de saber de que se trataba esa necesidad de encontrarse, aunque sin duda alguna no se lo pondría fácil.

Su cuello siendo besado y su cuerpo siendo tocado en lugares que no se debían en un lugar como ese no le emocionaban tanto hasta que se encontró con ese par de ojos. La cínica sonrisa decoraba su rostro porque lo había logrado, como siempre.

Seungcheol paró en seco cuando observó la señal de silencio viniendo de Jeonghan, sintió todo tipo de escalofríos cuando este no tuvo ningún tipo de reacción por su llegada, su cuerpo dio pasos hacía atrás lo suficiente para esconderse, pero no completamente porque Jeonghan nunca le quitó la mirada de encima.

Había pasado toda la noche buscándolo, y ahora estaba ahí, era incapaz de mover un músculo, esa era la sensación que Jeonghan causaba en todos, cualquier paso se sentía como el equivocado, y no importaba la cercanía entre ellos, era inalcanzable.

Definitivamente estaba interrumpiendo algo, pero eso no parecía importarle a Jeonghan, quien lo hizo sentir parte del momento íntimo, ese contacto visual entre ellos lo había hipnotizado.

No solo se trataba de la magnífica forma en la que Jeonghan demostraba su pasión por modelar, fueron esos pocos minutos de un caliente Jeonghan siendo alborotado por unos besos.

Seungcheol tuvo que tragar fuerte, sin entender porque aún se mantenía observándolo incluso cuando ya los ojos no estaban sobre él, Jeonghan miraba hacia el techo, cerrando sus ojos al momento de inclinar su cabeza apretando la tela con sus manos. La escena era un deleite.

La culpa cayó sobre él de inmediato, se sintió como todo un pervertido, se ajustó la corbata, y decidió ponerse en marcha evitando aquel pasillo que era testigo de la lujuriosa escena. Soltó un gran suspiro cuando se encontraba en marcha en el helicóptero acomodándose en uno de los asientos cuando finalmente se deshizo de la corbata y solo quedaba la camisa blanca en él.

Aquella era una señal para rendirse pero no lo hizo.

A la mañana siguiente se encontraba en la empresa de su madre, su objetivo no era claro ni para él mismo.

— Seungcheol, hijo, ¿Qué haces acá? — Su madre lo recibió con gusto en la gran oficina, besando su mejilla y acogiendo el rostro en sus manos. La presencia de Seungcheol en la empresa solo podía significar dos cosas. — ¿Acaso tu padre te mandó a verme o necesitas algo?

— De hecho, vine a preguntarte qué tal van los planes para esta noche.

Seungcheol agradeció por la taza de café que le ofreció una de las secretarios su madre, dando un sorbo mientras caminaba junto a su madre, la cual chequeaba unos modelos que se mantenían estáticos como maniquís, las tres personas lucían unos diseños muy extravagantes para esa hora de la mañana.

— ¿Esta noche? ¿De qué hablas?

— Son tres noches, ¿no?

— Oh. — Su madre confundida volteó a verle, pero su expresión cambió de inmediato. — Se acabó.

— ¿Qué?

— Joshua no ha dicho nada más, firmó con la condición de que Jeonghan iba a participar cuando quisiera.

Seungcheol observaba a su madre con el ceño fruncido, confundido sin entender de donde venía todo el poder de Jeonghan, incluso su madre quien era muy difícil de domar y a la que le suplicaban, se veía muy afectada por la ausencia de Jeonghan.

— Fue una noche espectacular, nos llevó a un puesto increíble, nos llamaron de todos lados por ser la primera empresa Coreana en firmar con Jeonghan, pero es cierto lo que dicen, perseguir a Jeonghan es un tiempo perdido, no puedo creer aun que decidí acept...

— Yoon Jeonghan está de camino.

Su madre se exaltó al escuchar aquel nombre como si todas las palabras que estaban a punto de decir no iban a salir de su boca, los modelos se movieron de las plataformas, y todo el lugar calmado empezó a llenarse de personas, de todo tipo de telas, y una gama de colores enorme.

Seungcheol se retiró de inmediato con cero ganas de observar los preparativos, él solo quería encontrarse con ellos encima de Jeonghan.

Había que observar la entrada de Jeonghan para quedar verdaderamente impresionado, las cámaras llenando la entrada de la empresa y él las dejaba atrás al momento de entrar por la puerta para recibir todas las reverencias. Joshua como de costumbre estaba a su lado, eran un dúo impresionante, ambos vibraban en la misma escala, el mismo poder desprendían.

Jeonghan en un estilo más casual lucía hasta más precioso, su pelo largo detrás de sus orejas desorganizándose al momento de hacer pequeñas reverencias, sus facciones se iluminaban gracias a la luz que llenaba la habitación, estaba esa expresión cálida en su rostro totalmente opuesta a lo que Seungcheol había visto la noche anterior.

Seungcheol no podía encontrarse con esa mirada, no después de su encuentro, se arrepintió de levantarse tan temprano por estar pensando en él desde que despertó. Por eso se encontraba en la empresa sin embargo al momento de tener que enfrentarlo no sabía cuál eran las palabras correctas para acercarse pero no tuvo que decir nada.

Jeonghan hizo reverencia una vez estuvo frente a los Choi.

Joshua se encargó de hablar después de que todos se saludaron, la señora Choi estaba encantada de la presencia de los dos jóvenes, indicándoles que la acompañarán a la terraza. Se preparó un gran desayuno para que se disfrutara de la vista, el fresco en la primavera era perfecto, y el invernadero era una de las vistas más lindas que había en la empresa.

Seungcheol los acompañó en silencio, Jeonghan estaba muy ocupado observando todo.

Una vez que entraron al ascensor presidencial, Joshua y su madre no pararon de hablar sobre los planes futuros en la carrera de Jeonghan en Corea, la emoción en la señora Choi era innegable a lo que
Joshua se mostraba agradecido.

Seungcheol y Jeonghan iban detrás de ellos en silencio, el espejo del ascensor siendo testigo de como ambos se ignoraban. Sentía como su corazón se aceleraba, de repente en su cabeza solo estaban ellos dos.

Seungcheol ni siquiera se había atrevido a mirarlo a través del espejo, pero cuando lo hizo, Jeonghan tenía sus ojos en él.

Big Reputation | JeongcheolWhere stories live. Discover now