Sᴇɪs |𝟎𝟔|

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Ya veía borroso, no se ni que número de trago era ni lo que bebía.

Emma estaba en perfectas condiciones, mientras yo estaba por morirme.

Iba hacia el baño, cuando me tropecé y Nico lo noto. No tardo en agarrarme y preguntarme si necesitaba que me acompañe al baño. Le sonreí y le dije que si.

Es muy buen chico.

Llegue al baño y corrí a arrodillarme. Mientras vomitaba Nico me sostenia el pelo.

No sé cuantos minutos estuve así, pero cuando me pare y salí del cubículo del baño, camine hacia el lavamanos. Me mire en el espejo para ver si me había manchado, y luego de ver que no, me hice un buche con agua para luego comerme una pastilla de menta, la cual se deshizo en mi boca rápidamente.

De un segundo al otro, Nico me agarro de la cintura, dándome vuelta. Bajo las manos hacia mi culo, apretándolo cómo si tuviéramos toda la confianza del mundo.

Acercaba su boca a la mía mientras yo me iba para atrás y trataba de sacar sus brazos de mí. En ese momento lo único que podía pensar era ¿Donde estaba Emma y por qué me había dejado tirada?

–Suéltame–al no recibir respuestas y sentir sus manos aferrándose más a mi culo, se lo repetí–Nicolas, suéltame–comencé a desesperarme.

–¡Josefina! Mierda, ¿Dónde estas?–una voz masculina que ya conocía rompió el silencio que quedaba en el baño.

Y por más que parezca raro, es la primera vez que me alegro tanto de ver a Enzo.

–¡Eh! ¡Suéltala!–la voz de Enzo volvió a resonar en el baño, aunque no era lo único que se escuchaba. El baño se había llenado de gente sorprendida por la aparición del actor.

Nicolas me soltó enseguida, poniendo las manos a la altura de sus hombros. Cómo si no hubiera hecho nada y fuese inocente.

Hijo de puta.

Jose, mierda, ¿Estas bien? ¿Te hizo algo?–pude notar lo preocupado en sus ojos que analizaban cada parte de mi rostro, y en su tono de voz, que primera vez no era en ese tono frío, y que primera vez lo escuchaba insultar.

Al ver que no respondí debido a mi estado y el shock que tenia, perdió la paciencia y se dirigió a Nicolas, acorralándolo contra la pared.

–¿Que le diste?–le preguntó alterado y en un tono amenazante mientras lo tomaba del cuello de la camisa.

–Ron, Whisky, Sex on the beach, mojito y margarita–respondió el castaño, tartamudeando. El tan cagón aprovecho cuando Enzo volvió a mirarme y salió corriendo, mientras todos miraban expectantes.

–Encima mezclado, joder–murmullo, echándose el pelo atrás en un gesto que parecía algo...¿Asustado?–Ven.

Intente dar un paso, pero fue en vano. Cuando él vio que casi me caigo con tan solo querer avanzar, apretó los labios. Sé que estaba queriendo asesinarme.

–Ten, tápate–dijo para luego darme su buzo. Yo lo tome y respire fuerte cuando me lo estaba pasando por la cabeza, aspirando todo su aroma.

Luego de ponerme su buzo, el cual me tapaba por demás porque me llegaba por un poquitito arriba de las rodillas. Tomo uno de mis brazos pasándolo por sus hombros mientras uno de sus brazos lo pasaba por mi cintura. Enzo hizo que me ponga la capucha para que nadie me reconozca, así que eso hice, por primera vez le obedezco.

Costo salir, y mucho. Fueron treinta minutos de gente amontonándose y chocándose contra mí, mientras yo tenia que mantener la cabeza gacha para que no me reconozcan.

𝐎 𝐋 𝐃 𝐄 𝐑 || 𝖤𝗇𝗓𝗈 𝖵𝗈𝗀𝗋𝗂𝗇𝖼𝗂𝖼Where stories live. Discover now