Cᴜᴀʀᴇɴᴛᴀ |𝟒𝟎|

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–¿Qué?–pregunte con el ceño fruncido.

¿Enzo estaba pidiéndome casamiento? Creo que iba a morir en cualquier momento.

Estaba preparada para darle mi respuesta, la cual claramente iba a ser positiva. Pero él abrió la boca y se rió mientras negaba con la cabeza.

–Era broma.

Bueno, sinceramente me desilusione un poco bastante.

  ⎯⎯ ୨ Perspectiva de Enzo ୧ ⎯⎯

–¿Qué?–preguntó mientras fruncía el ceño.

Soy un idiota.

No le tuve que haber dicho eso.

Obvio que quería casarme con ella, pero también era obvio que ella no querría casarse. Y era completamente entendible; ella aun es muy joven.

Tuve que fingir y sacar mis dotes actorales.

–Era broma–solté mientras me reía y negaba con la cabeza.

–Ah–dijo ella en seco y luego se rio.

Decidí fingir demencia y olvidar este momento.

–¿Estas loca? ¿Te querías ir?–dije sonriéndole y no poder evitar bajas mis ojos a sus labios.

–Si, no te quería ver más–dijo mientras se reía. Alce una ceja y eso aumento su risa, aunque luego la interrumpió con un corto beso en mis labios. Luego se separo y estaba completamente seria–Pero Enzo, ¿No crees que es lo mejor?

–¿Lo mejor? ¿De qué hablas?

–Si...Lo mejor para que mejores. No me gusta verte así, y si vos estas mal, yo estoy mal. Y no podré ayudarte así.

Okey, en cualquier momento le vuelvo a hacer la pregunta de casarnos y si no me dice que "Si", la hipnotizo.

–Jose, No toco un cigarrillo nunca más en mi vida–dije serio, mirándola a los ojos.

Ella me regalo una sonrisa dulce, dejando que se le marquen esos hoyuelos que tanto amo.

No pude resistir y le comencé a llenar la cara de besos.

                              ❀

Luego de muchas, muchas, muchas fotos, videos con saludos, autógrafos, y más fotos; llegamos a casa.

Desactive los comentarios de instagram, al menos temporalmente.

Llegamos a casa, Jose tenia ganas de sorprenderme con algo cómo forma de pedirme perdón por haberse querido escapar.

Y lamentablemente no, no era lencería nueva para que se la quite de un tirón.

Pero iba a cocinar.

Me daba miedo que queme la casa (No sabe cocinar nada), pero dijo que confíe. Y si ella me seguía sonriendo como cada vez que se reía de mis chistes con su mala habilidad para la cocina, dejaba que me queme las casas que quiera.

𝐎 𝐋 𝐃 𝐄 𝐑 || 𝖤𝗇𝗓𝗈 𝖵𝗈𝗀𝗋𝗂𝗇𝖼𝗂𝖼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora