Probabilidades implícitas

Shadow

HuskerDust Week 2024

Angel se estiró perezosamente y contuvo la risa cuando sintió una pluma acariciar su nariz.

―Husky... tus alas, ―intentó moverse, pero solo fue capturado con más fuerza. Una enorme mano estaba cerrada posesivamente en su cadera y la otra en su cintura, con las largas garras enterradas en el pelaje de su pecho. Un cuerpo cálido en su espalda, una larga cola enredada en sus tobillos atrapándolo―. Husky...

La felina lengua se deslizó en la parte de atrás de su cuello un par de veces antes de morderlo suavemente ahí, paralizándolo de cualquier intento de escape.

―Tú insististe en dormir juntos, ahora hazte de las consecuencias, ―la voz mucho más gruesa de Husk lo hizo estremecerse. Ya de por si su voz generaba un peso cálido en su vientre bajo, pero ¿recién despierto? Era pecado líquido―. No planeo moverme.

Era un buen argumento, incluso, era un argumento excelente, pero las plumas acariciaron su nariz otra vez, haciéndolo estornudar y provocando la risa del felino a su espalda.

―Solo bájalas un poco, estoy inmovilizado aquí.

No que se quejase de eso último. ¿Plumas en la nariz? No, gracias ¿Estar atrapado? Bueno, se sentía demasiado bien cuando se trataba de Husk. Dientes afilados rascaron su cuello y un ronroneo prolongado lo relajó más. Era injusto, ¿cómo se suponía que fuese a trabajar y actuase como el pecador más deseado del Infierno cuando era más tentador ser la almohada de Husk?

―No lo sé, me da pereza, tendrás que aguantar, ―el felino respondió casi con crueldad antes de ronronear contra su cuello―. Hueles demasiado bien.

―¿Sabes lo afortunado que soy que tú también te trasnoches? ―Angel susurró y estiró su cabeza no solo para escapar de las pequeñas plumas en la parte superior de las alas de Husk sino para permitirle morder todo lo que deseara―. Tener horarios similares tiene sus beneficios.

―La princesa se cansó de intentar hacerme madrugar. No me arrepiento de nada, ―Husk se rio entre dientes y lamió su cuello haciéndolo estremecer―. No planeo perderme esto.

―¿Acicalarme a las diez de la...? ¡Ah! ―Angel dejó caer su cabeza cuando los afilados dientes atravesaron su sensible piel entre su hombro y cuello―. Husk...

―¿Es demasiado...?

―No, más... ―Él rogó― Husk... márcame, muérdeme, por favor.

La mano en su cadera comenzó a descender entre sus muslos y Angel empujó su cuerpo hacia atrás queriendo rozarse más contra su cuerpo.

―Déjame tocarte... ―él lamentó, luchando un poco con sus brazos para liberarse de su abrazo, pero solo lo oyó reír―. Gatito malo.

―No lo dices en serio. Te encanta estar así.