Cocina de Lang

439 40 45
                                    

Habían hecho muchos intentos para despertar al Rubio de Orca que seguía sin despertar a pesar de la cantidad de cachetadas que Lemon le había dado. Para ese momento ambas creían que ya lo habían matado.

—Trae una pala...

Lemon volteó con horror por las palabras dichas por la mismísima Milli Roseanne. Tomó los hombros de su amiga y con desesperación empezó a agitarla.

—¿Planeas esconder el cuerpo?

—Detente, harás puré con mi cerebro...

Un quejido roncó hizo que Lemon se abrazara a la pelirroja, que solo había tomado su varita en caso de peligro.

—Mi cabeza...

Ambas voltearon hasta encontrarse con el rubio de ojos grises que había recuperado la consciencia. Entonces no había peligro, ese quejido había Sido de él.

Levantó el rostro encontrándose con ambas chicas a unos pasos de él. Por otra parte, ellas tuvieron que morderse la lengua para no echarse a reír de las mejillas rojas del chico. Bien, quizás Lemon había exagerado con la fuerza emitida en sus golpes.

—Genial, no somos asesinas.

—No iremos a prisión... —Lemon cayó de rodillas contra el piso con total alivió. Había imaginado que estar tanto tiempo cerca de Mash había hecho un efecto en ella dándole fuerza demás como para matar a alguien con solo cachetadas.

Los tres se encontraban en medio del bosque, ambas chicas habían huido ahí después de haber escuchado a una multitud acercarse al patio detrás de la academia, no podían dejar que nadie más se acercará al rubio, estuvieran o no bajo el efecto de lo que ahora denominaban droga. A Dot lo habían dejado noqueado ahí, él no era una tentación y podría haber hecho las cosas difíciles teniendo cerca al rubio no identificado. Lo razonable era llevarse solamente al rubio.

—¿Quienes... son ustedes?

Después de una rápida presentación y explicación de cómo habían llegado a ese bosque, decidieron preguntar que es lo que había pasado.

Roy, con algo de vergüenza, explico que había acudido al Cupido de Easton, había pensado que con una poción de amor, podría conseguir un mínimo interés de una chica de Tercer año de la Casa Lang. Explico que en más de una ocasión intentó acercarse, o por lo menos que cuando intentaba hablarle, ella no lo viera como si se tratará de algún tipo de enfermedad.

Por ello había recurrido a Love Cute, era su única esperanza, tenía entendido que su magia tenía algo que ver con el poder del amor y aunque su reputación como Cupido fuera por los suelos, había acudido a ella.

—En realidad, ya esperaba que algo como esto ocurra... —Se interrumpió rápidamente al notar los rostros asqueados de ambas chicas— ¡Me refiero a lo de fracasar! —mordió su labio, parecia que solo lograba arruinar las cosas. —Yo solo quería conseguir aunque sea un poco de interés de la chica que me gusta desde que entre en Easton.

Mili observó a Lemon en el piso, estaba llorando a mares. La historia de Roy Forest la había conmovido, al menos eso parecía.

Ciertamente era lamentable, intentar, fallar, volver a intentarlo y volver a fallar, repitiendo el mismo proceso... No entendía como no se había rendido, ella lo habría hecho en la tercera falla.

—Dijiste que Love Cute hizo la pócima con ayuda de un libro ¿Verdad?— Roy asintió. —Entonces deberíamos ir a buscarla o al menos al libro, debe haber algún antídoto.

Si no había uno... Bastaría con saber la duración de los efectos, tendrían que dejar a Roy en cuarentena en algún lugar alejado, pero era la única solución que se le ocurría en ese momento. Con algo de suerte podrían encontrar un antídoto en el tiempo que tuvieran a Roy en cuarentena. De todas formas en algún momento tendría que llegar alguien de rango superior para arreglar el problema que unos estudiantes habían creado.

Cupid's Stupid [Mashle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora