Razones

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Mili se caracterizaba por ser paciente y amable.

Toda su infancia escuchó a su abuela mencionar lo afortunada que había sido Mili al nacer. Desde nacer siendo doble línea, tener una belleza que se ajustaba al estándar de la mayoría, hasta pertenecer a una familia reconocida por el amplió conocimiento en pociones y manejo de objetos mágicos.

Aunque provenía de una familia importante, sus padres jamás la obligaron a hacer algo que no quisiera. Tal vez era su manera de compensar su ausencia en la vida de la pelirroja, y por eso mismo, Mili procuró jamas causar problemas a su familia.

Porque solía pensar que el defecto real, era ella.

Durante su primer año en Easton, estuvo completamente sola. Escuchando a sus espaldas los murmullos mal intencionados de personas que ni siquiera la conocían. Recibiendo rechazo por parte de otras chicas por un supuesto “pretty privilege”. Mili no veía ningún privilegio en ser objetivo de chismes y rumores inventados por ser considerada bonita a ojos de las demás, mucho menos recibir atención de otros que se acercaban a ella sin algún interés real por saber algo de ella.

Cada día, era como vagar en un desierto; dónde las miradas no hacían más que arder, al mismo tiempo se sentía como un polo; donde su soledad la congelaba, similar a un mar en el que sus propias inseguridades la ahogaban y como si estuviera extraviada en un bosque en el que todo lo que la rodeaban, eran sus propios miedos y dudas.

Una semana después del funeral de su abuela, aquel hombre extraño con dos flechas cruzadas en su barbilla le extendió un pudín, detectó inmediatamente el veneno. ¿Por qué se lo comió?

Curiosidad.

¿Que pasaría si se lo comía? Se preguntaba si al menos alguien la visitaría si enfermaba. Si moría, ¿alguien además de sus familiares la recordarían de una buena manera?

Fue decepcionante darse cuenta que cuando enfermó, nadie la visitó, y que su única compañía eran los empleados.

La carta avisando del estado de Mili, nunca llegó a manos de sus padres, ambos estaban en otro viaje en el que ni siquiera ellos sabían cuando volverían, por lo que solo los empleados sabían de su "misteriosa" enfermedad.

Cada día que pasaba, perdía poder magico y una de sus marcas comenzaba a hacerse más pequeña.

Si perdía su poder magico, la oficina de magia se la llevaría y haría un sin fin de experimentos con ella hasta su muerte.

¿Era ese el destino que se marcó para si misma el momento en el que probó aquel postre?

«Yo no quiero ...morir».

Con los días comenzó a sentirse más débil y solo se dedicó a dormir sin ánimos para nada.

«De cualquier manera, nadie vendrá a verme».

Una noche, sintió su garganta tan seca y áspera que no pudo llamar a alguien por algo de agua. Así que se levantó y camino con dificultad hacia la cocina, se detuvo frente a la puerta al escuchar murmullos detrás de ésta. Reconoció las voces inmediatamente, eran tres empleadas de limpieza.

—¿Escucharon que hay un estudiante en Easton que no poseé magia?

—¡Si! Fue algo muy romántico—. Sonrió la más joven.

Ambas mujeres negaron observándola con desaprobación.

—¿Romántico?

—¡No entiendo como pudieron permitir eso, va en contra de las reglas!

Cupid's Stupid [Mashle]Where stories live. Discover now