7.

965 87 8
                                    

Con las manos en las espaldas, Chiara caminaba de forma tentativa y curiosa por todo lo que le rodeaba en aquellos momentos. Horas más tarde de haber acabado con la misión, o el intento de misión y con la luna en el cielo ya, por primera vez iba a pasar la noche en el dúplex de Violeta.

Sus ojos verdes no dejaban de observar todo, en cierta manera, era una decoración muy parecida a la suya. Muy simple, aunque algo más colorida y mucho más espaciosa. Chiara miró hacia la escaleras de caracol que daban a la habitación principal, allí arriba, pero se negó a subir para no invadir la privacidad de la pelirroja. Por el contrario, la bruja se centró en el tocadiscos que también tenía en el salón y en sus gustos musicales.

No dudó mucho en escoger un disco y ponerlo para empezar a crear un ambiente acogedor para Violeta; también preparó una botella de vino que había comprado previamente y dos copas de cristal que había encontrado en los armarios de la cocina:

I've been waiting for a girl like you to come into my life

I've been waiting for a girl like you, you're a love that will survive

I've been waiting for someone new to make me feel alive

Yeah, waiting for a girl like you to come into my life

Chiara canturreó el estribillo mientras servía el vino desde la cocina, pero en aquel momento la puerta principal se abrió con aquel ruido característico de las llaves. Y durante unos segundos se quedó congelada. El perfume era el de Violeta, lo supo al instante, pero en el aire también había miedo... y era por parte de la actriz.

Y lo primero que le salió decir fue:

–Soy yo, Vio.

Y aunque desde la cocina no podía ver a la dueña del dúplex, supo que aquello la había tranquilizado lo suficiente como para caminar tranquila por su casa.

–Lo siento, no me acordaba que...

Que iba a estar aquí.

Chiara la vio aparecer por el umbral de la puerta con una sonrisa tímida; aquellos vaqueros de tiro alto y aquella camisa azul le daban un aire tan juvenil y... estaba preciosa, que la bruja tan solo pudo recorrerla de arriba a abajo con la mirada.

–No importa.

Entonces sus ojos se encontraron en la cocina por primera vez. Y los ojos de Violeta cambiaron: pasaron del previo susto y la disculpa, al deseo y la necesidad, al cariño. Un segundo más tarde la tenía entre sus brazos, abrazada con fuerza a ella, incluso Chiara se tuvo que apoyar con la cadera en el mármol de la cocina para no tambalearse y caerse al suelo.

—¿Te han dicho alguna vez que das los mejores abrazos?

–Mmh–susurró la morena contra su hombro–. No, nunca.

–Pues lo haces.

Chiara sonrió y la apretó aún más contra ella; no quería soltarla nunca.

Pero sabía que tenía que hacerlo.

–¿Cómo fue la cena con Denna?

Las manos de Chiara se detuvieron en la cintura de Violeta, mientras se interesaba por su día.

–Bien, bueno, entretenida poniendo a Denna al día de todo lo ocurrido–comentó con media sonrisa–. Obviamente, está contenta de que siga con vida y está deseando conocerte un día de estos. Aunque si que me ha dicho algo que me ha sorprendido, que no fue capaz de verme en la habitación del hospital, que no la dejaron pasar, ¿tú sabes algo?

Chiara se relamió los labios, algo nerviosa, aunque negó con la cabeza.

Quizás fue cosa de Noemí.

I put a spell on youWhere stories live. Discover now