5. Los hombres lobo me enseñan a luchar.

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La noche se tornaba oscura, pero tenía la luz. La compañía de los hombres lobo brillaba ante la oscuridad. Antes de dormir aúllan como trompetas melancólicas porque ellos saben que la directora me odia. Pero ellos me quieren mucho. Dicen que soy uno más de la manada.

—Prepárate para mañana, Ángel Ramos —dijo el lobo anciano.

—¿Qué pasará mañana? —pregunte curioso.

—Ya sabrás…

Sin saber que me esperaba mañana, me fui a dormir.

Al despertar me fui al baño y me cepille los dientes. Fui al pasillo.

—Debes de cambiarte la ropa de mesero —dijo Óscar.

—¿Por qué? —pregunte—. ¿Hoy es un día especial?

—Puedes usar mi ropa. ¿Te gusta el color azul?

—Si, me gusta el color azul.

—Pues solo tengo ropa de ese color.
Pude ver que se acercaba el lobo anciano.

—¿Ya te pusiste la ropa de combate?
—Lobo anciano… —dije—. ¿Ropa de…?

—Hoy tu desafío es luchar.

—Te traeré la ropa azul y la ropa de combate —dijo Óscar.

Quede algo confundido. Pero parece que voy a pelear. Espere hasta que Óscar vino con las ropas.

—Gracias, Óscar.

—Creo que es de tu talle…

Fui al baño y me cambié de ropa. Me miré en el pequeño espejo.

Salí del baño y me acerque hacia el lobo anciano.

—Sígueme —dijo. Lo seguí.

Caminamos hasta estar enfrente de un…

—¿Qué es eso? —pregunte.

—Eso es una arena de combate.

—Gracias por decirme eso, lobo anciano.

—Lo hice con gusto, Ángel Ramos.

—¿Qué debo de hacer?

—Debes entrar dentro de la arena de combate.

Con mucha seriedad camine un poco.

—¿Qué debo hacer? —tenía algo de miedo.

—Deberás desafiar a los guerreros más fuertes de los hombres lobo y debes ganar. Para eso debes de entrar a la arena de combate.

—Me da miedo —dije con inseguridad.

Escuche algunos pasos y risas. Las gradas estuvieron llenos de descendientes listos para disfrutar de mi muerte.

—Pelea contra el miedo y derrótalo —dijo el lobo anciano.

Mi corazón latía con fuerza. Habían demasiados espectadores para mi humillación.

Mis piernas temblaban como mi abuelita con epilepsia.

Decidido entre dentro de la arena de combate.

No solo habían descendientes, sino que algunos lobos estaban sentados para ver un espectáculo.

Todos esos ojos me miraban.

—¿Debo de luchar contra quienes?

—Serán hombres lobo en su forma humana —dijo Óscar—. Nosotros los hombres lobo podemos usar toda nuestra fuerza en nuestra forma humana como animal.

ÁNGEL RAMOS (YA EN FÍSICO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora