20. Mi sangre es maldita.

7 6 0
                                    

Me levanté de la silla. Perdí el equilibrio y mi brazo echó sin querer la taza de café. La taza se destrozó en muchos pedazos.
Tire la silla y caí al suelo. Golpee el suelo con furia y tristeza.
-¡No es cierto! ¡No soy tu hijo!
-¡Si lo eres! ¡Los fantasmas te obedecieron cuando les dijiste que dejaran a tu amigo! ¡Esa es la prueba de que eres mi hijo!
Eso era cierto. Hasta Luz pudo notar eso.
Yo no quería aceptar la realidad. Mis padres están vivos y yo lo sé. El Rey demonio no es mi padre.
Óscar se levantó de su silla.
-No puedo confiar en ti, Ángel. Hueles igual al Rey demonio -dijo Óscar.
Me levanté del suelo.
-No creas nada, Óscar -dije-. Ignora tus sentidos. Tu sabes que yo soy tu amigo.
-No lo se, Ángel.
Luz se levantó de su silla.
-Los fantasmas te hicieron caso. Esa es la evidencia, Ángel -dijo Luz-. Eres mitad demonio.
-Luz, tu no digas eso -dije.
Estuve triste y desesperado. Una gota de moco se escapó de mi nariz. Me suele pasar al estar triste.
-¡Te odio! -grite al Rey demonio.
-¿Me odias? -pregunto el Rey demonio.
-¡Odio que tu y yo compartamos vínculo sanguíneo!
Acepte que el era mi padre.
-Pues yo no te odio, Ángel.
-Si fueras un buen padre, me hubieras sacado del maldito orfanato. ¡Pero nunca lo hiciste!
-Lo lamento, hijo.
-¡No me llames "hijo"!
-Debes unirte a mi, Ángel.
-¡Nunca!
-Ángel, tu no eres como tu padre -dijo Luz-. Te conozco y se que tu no matas a las personas y no vas a crear ninguna guerra como él.
-Luz, gracias -le dije.
Me fui y le di un abrazo a Luz.
-Yo sigo desconfiando de ti, Ángel -dijo Óscar-. ¡Hueles como tu padre! ¡Tienen el olor de la maldad!
-Óscar, tu me conoces, somos amigos -dije.
El Rey demonio ríe.
-De tal palo tal astilla -dijo el Rey demonio.
Cerré mis ojos por enfado.
Abrí mis ojos y no podía creer que mi mejor amigo estaba desconfiando de mi. Mire a Óscar con tristeza.
-Si quieres creer que seré como el monstruo de mi padre -dije-, entonces piensa lo que quieras creer.
-Ya no te conozco -dijo Óscar.
-¡Si! Si reconoces. Recuerda -le dije-. Recuerda que soy tu amigo. Tu amigo que prefiere videojuegos que el amor. Tu amigo que estará contigo en las buenas y en las malas. ¡Ayúdame y ven conmigo! ¡Somos amigos!
-No, yo no te conozco, Ángel. Tu paste es un demonio y tu también lo eres.
Me acerqué a Óscar.
-Necesitas entender que yo no soy como mi padre, Óscar.
Óscar me apartó con un empujón y se transformo en un hombre lobo. Óscar dio un gruñido salvaje.
-No puedo confiar en ti, Ángel. Mi instinto me dice que eres peligroso.
-¡Óscar!
-¡Ángel!
Óscar vino por mi. Me mordió en la pierna.
Le di una patada en la cabeza.
No pude creerlo, pero estaba peleando contra mi mejor amigo.
Los dos peleábamos en el suelo. Mis rayos no le hacían ningún daño porque me estaba conteniendo, pero él no.
Subi a la mesa y lo destruí. Las astillas flotaban en cámara lenta mientras Óscar me miraba con odio.
Le di una patada y lo lance hacia arriba. Óscar aterrizó con un salto hacia atrás.
Óscar usaba sus garras y colmillos. Yo usaba mis puños y patadas.
Recordé todas las veces que Óscar me ayudó contra Juan. Óscar y yo estábamos en una distancia de cinco metros.
Luz rompió el silencio:
-¡Alto! ¡No peleen! ¡El café hechizo a Óscar para estar en contra tuya, Ángel!
Luz es inteligente.
La risa del Rey demonio resonaba dentro del castillo. El disfrutaba como dos amigos peleaban a muerte.
Una lagrima se escapó de mis ojos.
Óscar se acercó a mi. Abrió sus dientes para destrozarme. Me detuve y dije:
-Yo no peleare. No destruiré nuestra amistad.
-¿Qué vale la amistad? -pregunto Óscar.
-¡Tu amistad vale más que ella oro! ¡Vale más que mi lazo con mi padre!
-¡Mentiroso! -grito Óscar.
Óscar iba a matarme con sus dientes, pero...
-¡Óscar! -grité.
Un rayo de color rojo electrocuto a Óscar.
Me sorprendí. El aire ya no circulaba en mi interior. Cada respiración quemaba y dolía.
Rápidamente volteé a ver al desgraciado que mató a Óscar. El Rey demonio se reía como loco.
-Muerto el perro, se acabó la rabia -dijo.
El Rey demonio mató a Óscar. Mato a mi mejor amigo.

ÁNGEL RAMOS (YA EN FÍSICO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora