4. 𝚄𝚗𝚊 𝚐𝚊𝚝𝚊 𝚌𝚞𝚛𝚒𝚘𝚜𝚊

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— Papá ¿Cómo es el barón?, ¿es amable? — preguntó con Juliette con curiosidad mientras deshacía maleta de viaje en la habitación que le habían cedido de sirvientes

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Papá ¿Cómo es el barón?, ¿es amable? — preguntó con Juliette con curiosidad mientras deshacía maleta de viaje en la habitación que le habían cedido de sirvientes. Una pequeña alcoba totalmente equipada. —Debe serlo, ningún sirviente que conozca ha tenido una alcoba como esta jamás, con suerte duermen todos en la misma habitación fría. Esto es singular, y conveniente, realmente me agrada ¿Qué te parece?

A mi me ha resultado un joven de lo más excepcional, amable, algo excéntrico por lo de la máscara, debe tener tu edad y ya sabe como llevar una casa como esta y las tierras arrendadas. Es sin duda algo diferente ¿No crees?

Sin duda, aunque lo de la máscara, eso es algo raro —mencionó Juliette—. Quisiera ver esa máscara ¿Era como las de los carnavales?

Era una máscara normal, sencilla, de todos modos eso no debe preocuparte, de hecho no deberías volver a mencionarlo, e intenta no mirarle fijamente con curiosidad, Violette nos dijo que esas eran las normas.

Lo entiendo papá, aunque ya sabes... Seguro que si lo veo, no pensaré en otra cosa. Intentaré ser la muchacha más discreta del mundo. A todo esto, la señora de la casa ¿La has visto? Dijo Violette que era muy bonita.

Recuerda, no hagas preguntas complejas sobre el barón o su madre, lo único que necesitas saber es que es una mujer que está enferma, Violette te dirá en todo momento que debes hacer,  se la buena chica que se que eres.

Daniel se acercó y besó la frente de su hija.

Ya casi soy una mujer, sabes que no seré un problema y me comportaré con propiedad —sentenció Juliette con su talante seguro, Daniel con una sonrisa ladeada no pudo dejar de dudar.

Ay... Mi pequeña, eres la criatura más curiosa que he conocido, como tu madre, haces gala de nuestro apellido Lechat, eres como un pequeño gato curioso ¿Seguro que podré fiarme? —preguntó con sorna.

Lo prometo papá. Esta es mi nueva etapa, la etapa Juliette adulta —dijo Juliette.

No crezcas demasiado pronto. Tan solo tienes once años, aún queda mucho para ser una mujer. —dijo revolviendo el cabello oscuro y ondulado de Juliette.

Los ojos verdes y grandes de su hija brillaron con gracia, iban a ser muy felices en su nuevo hogar.

Los ojos verdes y grandes de su hija brillaron con gracia, iban a ser muy felices en su nuevo hogar

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