Los marujos de OT

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El día había llegado, el día que iría a Madrid, el día que volvería a ver a sus mejores amigos, el día que al fin podría volver a ver a las personas que más le habían ayudado durante estos meses, pero también tenía cosas malas.

Tendría que volver a verla a ella.

Llevaba toda la noche dando vueltas en la cama, sin apenas poder pegar ojo, sobrepensando en todas y cada una de las situaciones que podrían pasar al volver a ver a aquella pelirroja. ¿Fingiría normalidad? ¿Le ignoraría? No sabía cual de las dos prefería, pero definitivamente, en esos momentos no quería ni verla. 

Estaba haciendo un abrazo grupal con su familia, toda su familia era muy emotiva a la hora de despedidas, y más si tenían que pasar tanto tiempo separados. Siempre habían sido una familia bastante unida, tenían sus diferencias pero nunca tuvieron problemas muy grandes entre ellos. 

— Como no llames te mato.— Susurró Mía abrazando a su hermana por el cuello, haciendo a Sofía reír suavemente.

— No me extraña que te lleves bien con Ruslana.— Respondió la mayor, pues Ruslana había pasado un par de semanas en casa de la castaña el mes pasado, y se había llevado bastante bien con Mía, pues ambas amaban molestar a Sofía por encima de todo. Mía le hizo burla y después volvió a abrazarla.

— Aparta enana, que la acaparas todo el rato.— Respondió Santi apartando a Mía del abrazo con Sofía, para abrazarle él.— Y dile a Martin y a Juanjo que si quieren tener una relación poliamorosa.— Sofía le dio un zape a su hermano, mientras este reía.

— Imbécil.

— Era broma, idiota.— Santi rió suavemente, escuchando las risas de sus padres a sus espaldas, y volvió a abrazar a Sofía.— Escribe y cuéntanos como va todo, ¿vale?

— Lo haré.

Por último, Sofía abrazó a sus padres y a Lucas, obligando a sus padres a tenerla informada de los avances con la quimioterapia, ya que hacía tan solo un mes que le habían dicho a su padre que tenía cancer, por lo que quería saberlo todo, sobre como iban las sesiones, las quimios... todo. 

— Nos vemos, ¡os quiero! 

Se montó en el autobús y suspiró suavemente, buscando su sitio y sentándose allí, preparando sus auriculares para ponerse música, una peli o quedarse dormida, dependiendo lo que el cuerpo le pidiera. 

Decidió dormir, pues había dormido tan poco aquella noche que si no no aguantaría toda la cena y la post-cena, ya que apostaría cualquier cosa a que después de la cena se irían todos juntos de fiesta, conociendo a sus compañeros de programa era lo más probable. 

Antes de cerrar los ojos, cogió su móvil y revisó sus redes sociales. Debería subir algo, llevaba tres semanas sin dar señales de vida más allá de algunos Tweets que subía, y sabía que debía darles contenido a sus fans, las amaba con todo su corazón, pero era bastante desastre con las redes, pero ahora iba a juntarse con Ruslana, Kiki y Martin y, conociéndoles, se encargarían de que la castaña subiera contenido diario.

De repente, su corazón dio un vuelco al entrar a Instagram. Si había alguien más inactiva en redes que ella, esa era Violeta. Pero, de repente, el icono indicando que había subido una historia apareció en su pantalla, y la menor se quedó unos segundos quieta, paralizada, mirando hacia el icono de Violeta sin saber muy bien lo que hacer. 

¿Debía mirarlo? No, no sería bueno para ella. Pero ahora que ya sabía que había subido algo, si lo ignoraba estaría pensando en eso todo el día. Entonces, ¿mirarlo? Seguramente se arrepentiría de hacerlo. ¿Qué se supone que debía hacer?

Reteniendo el aire en sus pulmones y con su mano ligeramente temblando, llevó su pulgar hacia el icono de Violeta y lo dejó presionado durante unos segundos, para después cerrar sus ojos y soltar, sabiendo que posiblemente la historia de Violeta ya debería haber cubierto su pantalla al completo. Abrió sus ojos lentamente, pudiendo así ver la historia que Violeta había subido.

Ya no te hago falta [Violeta OT 2023]Where stories live. Discover now