Ya no te hago falta [Violeta OT 2023]

Horrible de horrible

— Muchas gracias Lucía, en serio.— Agradeció Sofía cuando llegaron las nueve de la noche. Llevaba una hora sentada en un barrio poco transitado hablando con Lucía, contándole lo que había pasado con Violeta y tratando de explicar como le hacía sentir aquello.

Se levantó de aquel banco en el que había estado durante una hora tratando de reflexionar sobre lo que había sentido aquella mañana en las firmas, sobre lo que había sentido en la fiesta del día anterior y sobre lo que sentía en realidad. 

Y estaba aterrada. Aterrada porque se había dado cuenta que lo que sentía por Violeta nunca se había ido, tan solo se habían escondidos, esperando para volver a salir en cualquier momento, el cual pareció ser en esos momentos. 

No se podía creer la facilidad que tenía Violeta para hacerle caer a sus pies con tan solo unas miradas, unas pocas palabras y unas sonrisas. Pero Sofía no quería hablar con ella, prefería seguir reprimiendo sus sentimientos antes que perdonarla y volver a sufrir como sufrió después de que OT llegase a su fin. 

Llamó un par de veces al portal del piso de Ruslana y Martin fue quién respondió, abriéndole la puerta al ver que era Sofía quién había llamado. La castaña subió las escaleras con la canción "As it Was" resonando en sus auriculares.

— ¿Qué tal fue la firma? — Preguntó Martin abriendo la puerta de arriba, y Sofía alzó ambos hombros, tirándose en el sofá.

— Horrible.— Soltó la castaña con su cara contra un cojín, haciendo reír a Martin.— A ver, no horrible de horrible, si no horrible de... horrible.

— Claro, porque entre horrible de horrible y horrible de horrible hay muchísima diferencia.— Se burló el chico, recibiendo una peineta por parte de Sofía.

— La firma bien, con Violeta no.— Martin asintió suavemente, sabiendo a lo que Sofía se refería.— Es que es tan... tan jodidamente perfecta que duele. Encima... — Sofía se calló al darse cuenta de lo que iba a decir, y Martin la miró confundido, quitándole el cojín de la cara.

—  ¿Encima qué, Sofi?

La castaña mordió suavemente su labio inferior, tragando en seco. Sabía que Martin no era como Ruslana pero tampoco era como Chiara, no tenía las mismas posibilidades de matarla que Ruslana pero tampoco iba a ser comprensiva como lo fue Chiara, Martin era como un punto medio entre ambas chicas.

¿Debía contarle a Martin sobre lo que pasó en la fiesta con Violeta? Podría ser buena idea, una opinión más para saber qué debía hacer o cómo debía actuar a partir de ese momento. Pero, ¿y si se lo contaba a Ruslana? 

Debes contárselo a los dos, son tus amigos, no van a juzgarte

— ¿Dónde está Ruslana? Hay algo que quiero contaros y... quiero que estéis los dos.

— Chiara y ella se han ido por allí, creo que al cine o algo así.— Sofía alzó ambas cejas y Martin rió suavemente, asintiendo.— Opino exactamente lo mismo que tú.

— ¡Gracias! Pensé que estaba loca por pensar eso.— Rió Sofía, mientras Martin negaba obvio.

— No son nada disimuladas.— Ambos estuvieron de acuerdo con ello, al menos ya sabían que no estaban solos en el hecho de shipear a sus dos mejores amigas.— Y, entre nosotros, tiene pinta de que Ruslana es una pedazo de gobernada.

Sofía soltó una carcajada pues ella había pensando en exactamente lo mismo, como cuando Ruslana siempre se metía con Sofía cuando estaban en la academia y hasta que Chiara no le decía que parase no lo hacía.

— ¿Recuerdas aquella vez en la academia cuando Ruslana me estaba persiguiendo con el pintalabios en la mano porque yo le había pintado la cara y quería devolvérmelo? — Martin abrió sus ojos, recordando aquel momento que por unos instantes había olvidado.— Me estuvo persiguiendo por toda la academia hasta que llegamos a donde estaban Violeta y Chiara y Kiki le dijo "Ruslana, déjala". Y Ruslana, a sorpresa de nadie, paró.