18 de Febrero, hace 4 años.
Punto de vista de Julia:
Me quedan 2 kilómetros para tocar meta, voy primera pero la rusa no hace más que soplarme en la nuca. La tengo pisándome los talones literalmente, he estado a punto de caerme por su culpa.
El deporte es sencillo, no tiene mucha ciencia. Son circuitos con subidas a pie por una ladera helada y una bajadas en esquí. Lo complicado es el cansancio, el saber que son varios kilómetros de subidas y bajadas, los resbalones, la nieve blanda que hace que te hundas hasta las rodillas, el frío que te cala hasta la ropa. Y en mi caso, el estar sola por primera vez. Siempre he tenido a Cisco conmigo, guiándome y animándome.
Quiero demostrarle lo que me ha enseñado, quiero que esté orgulloso de mí.
Miro delante de mí, todavía me queda una cuesta considerable a los lados un precipicio de nieve y a lo lejos se ve la gente animándome, entre ellos Cisco y mis padres.
Clavo los crampones en la nieve con fuerza, está blanda y hay riesgo de que me resbale y pierda mi posición. Tengo la cara helada y aún así no hago más que sudar, es lo bonito de este deporte supongo.
La rusa va pisando por donde lo hago yo para evitar hacerlo en falso y caer. Es una buena estrategia, es una chica que me saca 5 años, mucho más experimentada que yo.
Pasan los minutos y por fin veo la meta, la gente me aplaude y vitorea los medios de comunicación graban y sacan fotos, ya casi no me queda nada para ser campeona. Sonrío mirando a Cisco en la meta haciéndome señas para que aumente el ritmo, saco fuerza de donde no tengo y comienzo a ganar velocidad pero justo cuando voy a levantar el pie trasero noto que la rusa me pisa el tobillo clavando sus crampones en mi piel. Suelto un grito y caigo de lado ante la mirada de todo el mundo y comienzo a rodar por la nieve, un golpe en la cadera, otro en la pierna que hace que me cruja hasta el alma, uno en la cara y así sucesivamente. Estoy acostumbrada a caerme en la nieve.
Pero cuando la fricción me para en la subida y veo al resto de competidoras adelantarme me doy cuenta de lo que ha pasado.
Y no me lo puedo creer, miro mi pie ensangrentado. Años de preparación para esto, para caerme en la meta y ver como todos me pasan por el lado sin inmutarse.
Me pongo en pie con ayuda de los bastones y cojeando intento caminar hasta la meta, puede que no gane pero por lo menos necesitaba terminar la carrera, me debía eso. A mí y a Cisco.
He caído varios metros ladera abajo, todos los participantes han llegado ya. Soy la última en cruzar la meta y los medios de comunicación no dudan en saltarme como hienas, me graban el pie y me hacen fotos.
―¿Qué ha ocurrido?―Me pregunta uno colocando el micrófono en mi boca
―¿Puede enseñarnos el pie?
―¿Tiene algo que decir sobre la caída?
―¿Volverá a participar en los campeonatos después de esta derrota?
No sé qué contestar, no me dejan avanzar me rodean como si fuera una presa. Me hacen fotos y los flashes me ciegan de cuando en cuando. Busco desesperada una salida.
―¡Largo de aquí trozo de mierda!―Escucho a Cisco gritar a lo lejos, intento buscarle con la mirada. Noto las lágrimas salir de mis ojos.
―Are you coming back?―me preguntan otros en inglés
―¡Lía!―Me llama mi entrenador, no sé a dónde ir.―¡Vete a la mierda puto inglés!―De entre la gente sale Cisco empujando a un par de cámaras que le miran enfadados.
YOU ARE READING
La Sociedad de la Nieve
FanfictionJulia Linares Soto, esquiadora de fondo profesional se embarca en el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya sin saber que aquel viaje cambiaría su vida para siempre.