16

213 19 14
                                    

La carrera de Hungría había llegado, no podía pensar mucho en Yuki, debía hacer mi trabajo como toda persona responsable así que me ubiqué en la recta de salida. Fue interesante porque se pudo ver a Yuki en una batalla con Lance Stroll por el décimo puesto el cual ganó Yuki sumando un punto más.

Desde el día de la fiesta no habíamos hablado mucho solo un par de conversaciones aleatorias y casuales, pero nada con respecto a lo que había pasado, pero entiendo que no era el lugar para hablar de ese tema, aunque tampoco había recibido ningún mensaje o algo por el estilo. Así que volvíamos a sentirnos lejanos. "Será por las cámaras y lo que habla la gente" pensé incrédula.

Me dirigí al Box para agarrar mis cosas y reunirme con Robert y Ty.

—Hay que hacer el post carrera, Oli— dijo Robert.

—ok, te ayudo.

Le entregué mis cosas a Ty para que las llevara al hotel y me quedé con Robert para grabar, él lo llamó a Yuki.

Yuki habló sobre la carrera, lo mucho que había disfrutado la batalla y lo bueno que había sido sumar puntos nuevamente. Una vez que Yuki terminó, Robert guardó las cosas y estaba a punto de irme con él hasta que Yuki tomo mi brazo.

—¿Podemos hablar?

—Si, claro.

Despedí a Robert y le dije que después lo alcanzaba.

—Acompañame al motorhome.

Lo acompañé, entré pidiendo permiso. Yuki se adelantó se notaba que estaba buscando algo. Así que solo esperé. Cuando finalmente lo encontró se acercó a mi con una pequeña cajita.

—Espero que se guste.

Tomé la caja con delicadeza y al abrirla me encontré con un collar con una grulla de origami. Era de oro, brillaba y era super pequeño.

—¿Y esto, Yuki?

—Un regalo.

—Es demasiado, no puedo aceptarlo.

—Porfavor aceptalo, lo compré pensando en vos.

Después de su insistencia decidí aceptarlo, el lo colocó en mi cuello de manera tierna y me sonrió de la misma manera.

—Te queda hermoso.

Volví a mi cuarto de hotel había sido un día ajetreado, pero había terminado muy bonito, toqué mi cuello y me encontré con el collar "es el regalo perfecto" pensé.

Decidí mandarle un mensaje.

Escribí:

Gracias por el collar, no me lo sacaré jamás.

Respondió:

Me alegro que te guste, Oli 😊

Me revolqué en la cama feliz, estaba totalmente atontada. ¿En qué me había convertido?

Bélgica llego rápido, era la última carrera antes del receso, estaba emocionada.

—Dios, estoy cansado— dijo Yuki en el box.

—Ánimo, es la última semana— le dije.

Yuki dirigió la mirada a mi cuello, obviamente aun llevaba el collar y como le dije, no me lo iba a sacar nunca más, lo usaría todos los días. Me sonrió y se puso su casco. Era la qualy, estaba deseando que le fuera bien y así fue, Yuki y Daniel llegaron a la Q3, en la posición novena y décima respectivamente. El equipo festejó, tener los dos autos en la Q3 era un gran avance. Dani y Yuki bajaron del auto el quipo se avalanzó hacia ellos. Saqué mi cámara y disparé un par de veces. Cuando todos se calmaron, Dani paso por mi lado y me acaricio la cabeza mientras intentaba hacerle unas fotos con su enorme sonrisa, Yuki lo apartó con un empujón amistoso y lo copió acariciándome la cabeza.

—Buen trabajo, Yuki.

—Buen trabajo, Oli.

Desgraciadamente en la carrera Dani perdió su posición y quedó décimo segundo, Yuki quedo decimo sumando otro punto.

Se sentía raro que sea la última carrera de la primera temporada, todo había pasado tan rápido que no podía creerlo, sentía que ya me había adaptado por completo. Llegué al hotel y comencé a programar el contenido de las próximas semanas, al final me cansé y me quede dormida, al día siguiente, a la tarde debía abordar el avión que me llevaría a mi casa en Italia.

Abordé el avión con la mala sensación que no me había despedido de Yuki, pero pensé que si él también iba a estar en Italia podíamos vernos algún día. Dijo que no tenia nada planeado así que quizá exista esa posibilidad.

Llegué a la casa, entré y tiré mi bolso en un costado, estaba cansada. Mi bolso con la cámara lo coloqué sobre la mesa de la cocina. Prendí la pava para hecerme unos mates, los extrañaba un montón, mientras tanto buscaba mi celular para hacer video llamada con mis papas y avisarles que llegué bien.

Después de tomar unos mates, fui a hacer unas compras porque mi heladera estaba vacía, el mercado barrial mas cercano me hacia acordar a casa, no voy a mentir, me sentía un poco sola. También le avise a Alessandro que había llegado que le avisara a Doña Gio. Al poco tiempo alguien tocó mi puerta.

—¿Alessandro?

—Hola, mi abuela te manda esto— dijo entregándome una canasta de frutas.

No podía entender como existía gente tan linda como ella en este mundo.

—¿Qué? ¿Porqué?

—Regalo de bienvenida. Solo aceptalo o se va a enojar.

Acepté la canasta y lo invité a pasar, pero se negó, también tenía que hacer compras. Cerré la puerta y me giré, con mi vista hice un paneo general, la casita estaba tan vacía. Extrañaba ver a Yuki en ropa de entrecasa y adormilado en mi cocina.

Me animé a mandarle un mensaje.

Escribí:

Hola, llegué a Faenza ¿pasaras las vacaciones por estos lados?

De lo contrario a lo que pensaba Yuki no contestó, pero el mensaje figuraba visto, los siguientes días fueron una tortura pensando que podía estar mal o si le mandaba otro mensaje, pero decidí que no haría eso. Aunque seguía sin entender a Yuki decidí que me concentraría en mí, salía a correr por las mañanas y a menudo visitaba a Doña Gio para pasar una buena tarde. Leí libros y hablé con mi familia, todo comenzaba a ordenarse nuevamente, pero el sábado cinco de agosto a las veintitrés horas recibí una llamada que me cambiaria el mundo.

¿Cómo llegué a quererte tanto? || Yuki Tsunoda F1Where stories live. Discover now